43 sospechas

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Ya era domingo por la tarde, Kagome estaba preparando los últimos apuntes para sus clases del día siguiente cuando su celular sonó, contestó la llamada y se trataba de Inuyasha, ella sonrió alegre pues al parecer el peli-plata estaba de muy buen humor.
Inuyasha: Amor, dime que estás en tu casa.
Kagome: Si, por?
Inuyasha: Ábreme, porque estoy afuera.
Kagome: Eres un loquito.
Terminó la llamada y abrió la puerta, se encontró con su novio quien llevaba una sonrisa de oreja a oreja, no sabía si era felicidad por alguna buena noticia o alguna travesura o locura que se le hubiera ocurrido hacer. Él le dio un beso y después la sostuvo de los hombros, gritó de felicidad y la chica estaba más confundida que nunca.
Kagome: Inuyasha, qué rayos te sucede? Estás loco, verdad? Lo supe desde aquella vez en el parque… *El chico soltó una carcajada*
Inuyasha: Tenemos que hablar de algo, super ultra mega muy importante!
Kagome: Pero, qué es lo que te pasa?
Inuyasha: No, ven. *La llevó a la sala* Siéntate. *La chica obedeció y él comenzó a dar vueltas de un lado a otro sin dejar de sonreír buscando las palabras correctas*
Kagome: Basta ya! Me vas a volver loca si no dices algo!
Inuyasha: Es que, no sé cómo decirlo!!! *Gritó emocionado* Bien, bien… *Exhaló e intentó tener una compostura seria* Tengo que preguntarte algo y quiero que lo pienses bien…
Ella se puso nerviosa, aquello le pareció que Inuyasha estaba a punto de hacerle aquella pregunta que todas las chicas esperan, parecía que iba a pedirle matrimonio, los colores en su rostro empezaron a cambiar hasta que terminó completamente roja, él se sintió extrañado por verla así y se acercó para tomarle la temperatura en la frente.
Kagome: Qué haces?
Inuyasha: Te pusiste roja, estás enferma?
Kagome: Pregúntame de una vez lo que tengas que preguntar!
Inuyasha: Bueno. Vale… Dime la verdad… Has notado algo raro en Rin últimamente?
Kagome sintió que su ilusión se rompía pero bien se puso a pensar en lo que el peli-plata acababa de preguntarle, “Algo raro?” Repitió en su mente, la verdad era que Rin se había estado comportando extraña, como el día en que sola se comió casi media pizza tamaño familiar u otro día en que se salió de clase porque se había sentido mareada pero según ella había sido a causa del desayuno que le había caído mal.
Kagome: Pues a veces come más de lo normal y esta semana se sintió mareada de un momento a otro, crees que está enferma de algo?
Inuyasha: Pienso algo que es muchísimo más emocionante.
Kagome: Qué es?
Inuyasha: Creo… Que Rin está embarazada…
La chica quedó boquiabierta viéndolo como una piedra que no reaccionaba, “QUUUEEEEEEEEEEEEEEEEEEEÉ?!!” Gritó luego de unos segundos tratando de digerir la noticia, no se lo imaginaba, su amiga de toda la vida ¿Embarazada? Vio al peli-plata que seguía sonriendo con aquella ilusión en sus ojos, parecía como un niño al que le hubieran dicho que Santa Claus si existía, pero eso era porque Inuyasha estaba muy encariñado ya con Rin y nada le haría más feliz que estar a su lado en una etapa tan importante como esa.
Kagome: Y por qué llegaste a esa conclusión?!
Inuyasha: Rin ha tenido muchos cambios de humor, ha comido mucho, tiene antojos a todas horas y ahora tú me acabas de mencionar los mareos, todo concuerda! Vamos a ser tíos! *Dijo emocionado y aquello hizo sonreír a Kagome pues había dicho que serían tíos como si ellos ya estuvieran casados*
Kagome: Ella no sospecha nada?
Inuyasha: No, la verdad ni ella sola se entiende.
Kagome: Ahora que vamos a hacer?
Inuyasha: No sé, no quiero decírselo a Sesshoumaru, quiero que primero Rin se dé cuenta.
Kagome: Cómo vamos a hacer eso? Rin es muy despistada.
Inuyasha: Lo sé! Pero ya habrá una forma. Qué te parece si vamos a la casa a comer y me das tu opinión cuando la veas?
Kagome: Bien! Deja me doy un baño y me visto, espérame aquí.
El chico se sentó en el sillón esperando a su novia, mientras tanto en su casa Shippo recién se había ido, la pareja se había quedado sola y ahora estaban en el cuarto de Sesshoumaru, él estaba muerto de risa porque de un momento a otro Rin había comenzado a ponerse muy cariñosa, demasiado cariñosa, primero había iniciado con un juego de tiernos besitos y luego se le trepó encima dándole besos atrevidos, le rodeó el cuerpo con las piernas, el peli-plata la sostuvo agarrándola de una pierna y abrazándola de la cintura.
Sesshoumaru: Amor, qué es lo que tienes? *Seguía riendo*
Rin: Te estoy molestando? Crees que soy una empalagosa? *Preguntó algo triste*
Sesshoumaru: Por supuesto que no, preciosa, me encantas, jamás me molestarían tus besos ni tus caricias.
Rin: Sesshoumaru…*Le dio otro suave beso* Tengo muchas ganas de hacer el amor…
Sesshoumaru: Sus deseos son ordenes, señorita.
La llevó a la cama, la tiró ahí viéndola con una sonrisa traviesa, se quitó la playera y cuando estaba a punto de deshacerse del pantalón notó la ansiedad de Rin quien lo miraba atentamente, su sonrisa se volvió más ancha, se mordió el labio y la chica se dio cuenta de que había sido atrapada.
Sesshoumaru: Quieres que me lo quite? *Su voz era sensual y seductora*
Rin: … Si… *Respondió tímidamente*
Sesshoumaru: Vas a tener que convencerme.
Rin: Sesshoumaru! *Hizo un puchero* Por favor!
El peli-plata se posicionó sobre ella, se acomodó entre sus piernas manteniendo esa sonrisa burlona, besó sus labios y metió las manos debajo de la blusa de Rin para acariciar sus pechos, ella comenzó a gemir inmediatamente, por encima de la ropa Sesshoumaru pasó la lengua sobre uno de los pezones cuando éste estuvo duro y luego le dio una suave mordida.
“Sesshoumaru…” Acercó sus manos al pantalón del mayor y él sonrió “De verdad tienes tantas ganas?” preguntó el de nuevo con aquel tono de voz seductora que la hacía temblar, ella asintió esta vez más decidida, se incorporó y lo abrazó del cuello jalándolo para que se recostara sobre ella, aquel beso era demandante, ansioso, “Rin… Me fascinas” dijo en el momento que se separaba de ella buscando algo de aire para después volver a perderse en sus labios.
La chica llevaba un simple short negro, Sesshoumaru se lo quitó rápidamente y lo tiró al suelo, ella se quitó la blusa también lanzándola lejos, el peli-plata prosiguió a quitarle la ropa interior mientras le daba besos en todo el cuerpo, primero el sostén y después la entretuvo bajando con provocativos besos por el abdomen hasta su vientre al mismo tiempo que se deshacía de las bragas de Rin.
Ya la tenía completamente desnuda, una parte de él se moría por hacerla suya y otra por torturarla un poco más de tiempo, Rin se dio cuenta de que el peli-plata estaba jugando con ella, así que no le dio tregua, llevó su mano a su entrepierna acariciando su hombría por encima del pantalón haciéndolo jadear, “Rin!” gruñó él, la chica lo hizo caer en la cama, le desabrochó el pantalón, sacó el miembro de Sesshoumaru quien seguía sorprendido por aquel repentino ataque y comenzó a masturbarlo, un escalofrío le recorrió el cuerpo entero y se recostó por completo “Ahh… Nhhh!! Sigue así, amor!” demandó al empezar a sentir el deseo dominándolo.
Ella sintiéndose más atrevida y aprovechando que él no la miraba se acercó para darle una lamida que lo hizo gruñir nuevamente, el mayor no podía creer que Rin estuviese tan deseosa como para darle un sexo oral, sintió como lo metía en su boca comenzando a chuparlo, “Rin! Ahhh!!! Si!” jadeaba excitado y sostenía la cabeza de ella firme, su novia hacia presión con sus labios estimulándolo, él se volvía loco al sentirse dentro de su cálida boca y su suave lengua masajeando su miembro, después de unos largos minutos Sesshoumaru ya estaba a punto de llegar al clímax, “Amor, ya no aguanto… voy a venirme…” la chica siguió con lo suyo, el peli-plata se corrió dentro gruñendo de placer, Rin tragó su semen y lentamente lo soltó limpiándose la comisura de los labios.
Sesshoumaru la jaló hacia él y la besó con deseo, “Te gustó?” le preguntó ella con una sonrisa traviesa, “Me encantó” respondió el con voz ronca, estaba más ansioso que nunca, Rin le ayudó a quitarse los pantalones los cuales terminaron con la demás ropa en el suelo, la penetró sentándola encima suyo, la vio sonreír al tenerlo dentro, no sabía que le sucedía a la menor pero todo aquello le fascinaba, ella comenzó a moverse de una manera sensual sobre su cuerpo, en poco tiempo ya estaban cubiertos de una ligera capa de sudor y lo único que se escuchaba en la habitación eran los gemidos femeninos y los jadeos masculinos.
El peli-plata estaba más que encantado, aquella forma de hacer el amor era demandante y provocativa, besó a Rin, ella correspondió intensamente, recargó sus manos en el pecho de su novio moviendo las caderas con un ritmo más candente que hizo sonreír a Sesshoumaru con lujuria, “Ahhh!! Sesshoumaru!! Se siente tan bien!” gritaba la chica que al igual que él disfrutaba al máximo de cada estocada, “Sigue moviéndote!! Grrr!!! Amor, sigue así!!!” gruñó el peli-plata con deseo.

Inuyasha y Kagome apenas estaban llegando a la casa, desde afuera pudieron escuchar todo aquello, los dos tenían la cara completamente colorada pues los vecinos también habían podido oírlos, algunos miraban a la pareja que llegaba y cuchicheaban divertidos, otros solo negaban apenados, “No puedo creerlo” el peli-plata se cubrió la cara por la vergüenza que sentía, no sabía si reírse o enojarse.
Kagome: Cómo podré verlos a los ojos? Me muero de la pena!
Inuyasha: No sabía que eran tan ruidosos… Qué acaso están haciendo una película porno?
Kagome: Inuyasha! Cállate! *Se cubrió el rostro* Y yo pensaba que yo hacía mucho escándalo… Dime que no se escucha así cuando nosotros estamos juntos…
Inuyasha: Y yo cómo voy a saberlo? No puedo estar en dos lugares a la vez como para comprobar cómo se escucha afuera y estar al mismo a tiempo haciéndolo contigo. Tampoco le voy a preguntar a los vecinos…
Kagome: Kyyaaaaaa!!! Tus vecinos nos han escuchado!!!
Inuyasha: Bueno, al parecer ya se calmaron… *Dijo cuando después de un último grito hubo silencio* Pero ya no sé si quiero entrar…
Kagome: Yo no quiero… *Caminó rumbo a la acera*
Inuyasha: No podemos irnos! Acabamos de llegar. *La sostuvo del brazo*
Kagome: Inuyashaaaaa…. *Se quejó mientras él la arrastraba a la casa*
Dentro de su habitación Sesshoumaru estaba algo preocupado, después de haber llegado a un asombroso orgasmo su novia se echó a llorar sin razón aparente, la abrazó cuestionándola sobre lo que había sucedido pero ella solo le respondía que estaba bien y que fue a causa de tantas emociones.
Sesshoumaru: Rin, dime la verdad, te lastime?
Rin: Ya te dije que no fue eso, *Limpió algunas lagrimas*
Sesshoumaru: Pero… Es que nunca habías llorado así, ni siquiera la primera vez que lo hicimos.
Rin: Es que últimamente he estado muy emocional, no sé que me sucede…
Sesshoumaru: Estás segura? *Ella asintió* Bueno, voy a creerte. *Le dio un beso en la frente* Te amo, de verdad me encanta hacer el amor contigo, eres mi vida.
Rin: Sesshoumaru, me harás llorar de nuevo… *Él sonrió*
En ese momento escucharon la puerta, “Mhh… ya regresó Inuyasha” Dijo fastidiado haciéndola soltar una risita, Rin se puso la ropa y fue a darse un baño, cuando salió Sesshoumaru hizo lo mismo, luego de media hora bajaron a la sala donde la otra pareja los esperaba, Inuyasha estaba cruzado de brazos con cara de pocos amigos dejándolos confundidos.
Inuyasha: Espero que estén contentos.
Sesshoumaru: Por qué?
Inuyasha: Por el concierto que le dieron a los vecinos mientras estaban haciendo no sé qué cosas.
Rin: Qué quieres decir? *Se puso roja*
Inuyasha: Su escándalo se escuchaba a dos cuadras, así que no intenten negarlo. *Exageró*
La menor estaba completamente roja y volteó a ver a Sesshoumaru quien tenía una sonrisa de medio lado, “Yo no me arrepiento de nada” dijo él, “Pervertido” comentó Inuyasha molesto lanzándole un cojín que el otro atrapó sin problema.
Kagome: Rin… Yo quería hablar contigo.
Rin: Claro, qué sucede?
Kagome: Pues, me gustaría que fuera en privado. *Sonrió con timidez*
Rin: Ah, me parece bien, vamos a mi cuarto. *Le dio un beso a su novio y se fueron al segundo piso*
Sesshoumaru: Tienes idea de que se trata? *Interrogó a su hermano*
Inuyasha. No seas metiche, lo más seguro es que sean cosas de mujeres. *Su hermano le lanzó de regreso el cojín dándole en la cara* Bruto!
Sesshoumaru: Ya comieron?
Inuyasha: No, creo que nos toca a los chicos preparar la comida.
Sesshoumaru: Pues muévete entonces.
Mientras ellos hacían de comer las chicas entraron al cuarto de Rin y cerraron la puerta, a la menor le parecía que Kagome estaba muy sospechosa, esperaba que no deseara hablar sobre lo que había sucedido recién entre ella y Sesshoumaru porque le daría mucha vergüenza.
Rin: De qué se trata?
Kagome: Cómo te has sentido últimamente?
Rin: Eh? Ah… Con respecto a qué?
Kagome: Pues de salud, me quede preocupada por tus malestares en la universidad.
Rin: Pues…
Kagome: Aún te sientes mal?
Rin: El otro día que estaba con Shippo en la cocina… Por poco y me desmayaba.
Kagome: Has hablado de eso con Sesshoumaru?
Rin: No, no quiero preocuparlo.
Kagome: Rin… Siempre debe estar tu salud por encima de todo.
Rin: Mmmhh… *Hizo una mueca*
Kagome: Hagamos algo, si no quieres que Sesshoumaru se entere mañana después de la universidad iremos al doctor en secreto. *Dijo tratando de inspirar confianza en su amiga*
Rin: Enserio? Pero… Tampoco le vas a decir a Inuyasha, verdad?
Kagome: No… Claro que no. *Mintió pues esa idea había sido en primer lugar del peli-plata*
Rin: Bueno, entonces iremos. *Sonrió*
Kagome: Yeyyy! Ahora… De verdad no sabían que todo lo que estaban gritando podía escucharse en la calle?
Rin: KAGOME!!!
Kagome: Qué?! Es que enserio! Fue demasiado perturbador!
Rin: No voy a poder ver a los vecinos! Qué vergüenza! *Se cubrió la cara*
Kagome: Jajajaja, Ya ni Inuyasha va a poder verlos jajaja!
Después de un largo rato platicando salieron de la habitación y bajaron para encontrarse con sus respectivos novios, comieron juntos, luego se fueron un rato a un parque para platicar a gusto, cuando regresaron a la casa después de dejar a Kagome y se toparon con algunos vecinos Rin los saludó tímidamente, sentía vergüenza pero al igual que Sesshoumaru ella no se arrepentía de nada.

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