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Todos ya se habían ido a dormir y Thomas no podía hacer nada más que contener las ganas de vomitar que aun tenia, después de salir de la ballena ya lo había hecho tres veces. El hedor que desprendía su ropa era horriblemente intenso.

Estaba limpiando la cubierta de restos de ballena, se había desecho de su camisa en un intento de calmar un poco el olor.

Se había concentrado tanto en la cubierta y en el olor que no se dio cuenta de que lo estaban observando. Sentada arriba de un barril se encontraba Elizabeth, más que nada se divisaba su sombra, aunque no se necesitaba de demasiada luz para darse cuenta de que era ella. Thomas levanto la mano saludándola, ella tardo un momento en devolverle el gesto, bajo del barril y camino hasta él.

-Entonces era cierto.

- ¿Qué cosa?

-Que entraste al cráneo de la ballena.

-Aun apesto ¿no? – no hizo falta que respondiera, el cómo apretó la mandíbula intentando contener el asco la delataba.

-Yo...vine a hablar contigo, sobre lo que me preguntaste hace rato. - Thomas contuvo la respiración, esta vez no por el mal olor.

-Me agradas, y a decir verdad eres...lindo.
Thomas sonrió, sus mejillas se habían tornado de un leve rojo. Nunca le habían dicho que era lindo -nunca le había dicho una chica que era lindo-.

-¿Entonces, me hablas por que te parezco lindo?-Thomas detuvo la escoba y apoyo de alguna manera su peso en ella. Elizabeth soltó un suspiro y perdio la mirada en el horizonte.

-Tu también eres linda.-ella rápidamente regreso la vista a Thomas y le dedicó una leve sonrisa. Thomas vaciló. ¿Por que no decía nada?

-Digo eres más que linda, eres hermosa, una hermosa señorita...marina, -Elizabeth río.- una marina hermosa que  es también señorita...no...digo que...-agitó levemente si cabeza intentando acomodar sus ideas, sin embargo el encantador sonido de la risa de Elizabeth lo saco de su momentáneo trance.

-Bueno, me alegra notar que alguien en esta tripulación me nota.- 《espero ser el único.》 pensó Thomas.

El chico iba a decirle algo más,  sin embargo la voz y sombra del segundo oficial se hizo notar en busca de su prima.

-¡Elizabeth!-la chica giro su cabeza ante la mención de su nombre.

-¿Que haces aquí arriba?-lo chica no respondió. -Ve a dormir.-Elizabeth no dio queja alguna, pero antes de cumplir con la orden se giro para despedirse de Thomas.

-Buenas noches Sr. Nickerson.

-Buenas noches Srita. Lovell.-después Elizabeth desapareció de su vista. Pero para desgracia de Thomas el segundo oficial no. Este lo inspeccionaba con la mirada de los pies a la cabeza.

-Sabe señor...

-Nickerson, señor.

-Sr. Nickerson, no me gustan las amenazas, y esto no va a ser una, más bien es una advertencia.- el oficial se acercó considerablemente al muchacho.

-Le aconsejaría que se concentrará en su trabajo, ¿le gusta el mar Nickerson?-Thomas no respondió.

-Bueno en ese caso, manténgase en sus labores en cubierta, de lo contrario terminará durmiendo con los peces, ¿entiende?- Thomas trago y asintió. El segundo oficial se alejo de él y camino por el mismo lugar por el que había llegado. Sin embargo se detuvo a mitad de camino y volvió a mirar a Thomas.

-Y de aquí en adelante quiero verlo siempre con camisa Nickerson.

De ahora en adelante Thomas dormiría con un ojo abierto.

En el corazón de mi tormenta || Fanfiction de Tom HollandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora