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Después de año en el mar Thomas, a diferencia del resto de la tripulación disfrutaba del tiempo que pasaba en el barco. O en otras palabras disfrutaba el tiempo que pasaba junto a Lizzie.

Aunque precisamente el día de hoy no sería uno de sus favoritos.

El capitán le había ordenado bajar la carga de la nave, junto con otros marinos. Sin embargo, Lizzie tenía órdenes de quedarse a bordo, al igual que Coffin.

No solo la estaba pasando fatal por el peso de la carga y el calor del lugar, sino por imaginarse los miles de intentos que haría Coffin para que Lizzie quedara encantada con el mientras Thomas no estaba.

A pesar de que su humor no era el mejor, debía admitir que le divertía un poco que no fuera el que la estaba pasando peor.

El señor Bond se estaba esforzando inútilmente para que los nativos pudieran entender el valor del aceite de ballena.

Thomas sonrió, era lo primero bueno que le pasaba en el día.

Otra cosa que lo perturbaba era que se aproximaba el cumpleaños de Lizzie, y no tenía ni idea de que darle.

Ella le había obsequiado un chaleco de piel color café para cuando cumplió 15, además de una comida decente.

¿Qué se le podía regalar a alguien cuando tú no tienes nada?

Debía admitir que la única idea que tenía era demasiado arriesgada y con tendencia a fracasar.

En el corazón de mi tormenta || Fanfiction de Tom HollandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora