En el corazón de mi tormenta || Fanfiction de Tom Holland

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-Puede ser rudo algunas veces, pero es un buen hombre. - Thomas se sobresaltó al oír aquella voz. Dulce, tierna e inusualmente fina como para que fuera de un hombre. Y eso era porque la voz no le pertenecía a un hombre.

Una chica estaba parada del lado opuesto por donde había desaparecido el primer oficial, no era muy alta, era delgada y con el cabello volando por el aire.

-Mmmm...-Thomas no pudo decir nada, simplemente se quedó mudo, pensé que no subían mujeres a bordo. La chica camino con paso tranquilo hacia él, llevaba un pantalón vino algo gastado, botas negras, una camisa de tela blanca, sobre esta un corsé negro, y finalmente una chaqueta café.

-Nickerson, si no me equivoco. - una leve sonrisa se plasmó en su cara.

-Sí, así es.

-Soy Lovell, Elizabeth Lovell. -estiro su mano, por un momento Thomas considero dejarla con la mano extendida, solo por un momento, pero finalmente termino devolviendo el gesto.

-Thomas Nickerson. - intento poner una sonrisa, pero lo único que salió de su boca fue una mueca rara. - Disculpe si soy muy indiscreto, pero...

-Va a preguntarme que hago a bordo, ¿cierto? - parecía divertida por la gran timidez con la que el joven la veía a pesar de tener la misma edad.

-Pues..si.

-Mi primo es el segundo oficial, Matthew Joy. –Claro era una explicación razonable. Era por eso que conocía al primer oficial. Thomas no sabía demasiado de las vidas ajenas, pero había escuchado del resto de la tripulación que el primer oficial, Owen Chase y el segundo, Matthew Joy se conocían desde hace años.

- ¿Y tú?, dime Nickerson ¿Qué te trae a bordo? - Thomas no supo que responder, ¿Qué lo traía a bordo?, era una muy buena pregunta. Que no tengo familia.

-La aventura. - sonrió de lado en un intento de sonar convincente. Elizabeth inclino la cabeza.

-Bueno en ese caso creo que debes despegarte de la cubierta, no creo que encuentres muchas aventuras en ella. -sonrió y regreso por donde había llegado.

Pues ahora esta será tu familia, para bien o para mal, para mal, sobre todo.

Tal vez el oficial Chase se había equivocado.