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El primer oficial había sido el primero en abandonar el bote en dirección al del señor Joy, solo unos segundos después Lizzie hizo lo mismo.

-Matthew, ¿qué pasó, ¿qué paso?

Lizzie tomo delicadamente la cara del señor Joy entre sus manos.

-¿Qué?, ¿qué haces aquí?

El segundo oficial apartó de manera brusca las manos de la chica, y rápidamente trato de incorporarse.

-Déjame ver.

Lizzie intento recobrar -sin éxito- el lugar que sus manos habían tenido con anterioridad.

-No, no, no.

-Shhh....tranquilo, déjame ver.

El señor Chase, se encontraba aún lado de Lizzie y enfrente al segundo oficial, solo se dedicaba a mirar cómo el resto de los hombres, a pesar de que pudiera intervenir, era más probable que Lizzie logrará algo.

-No, estoy bien.

-Tranquilo, no te muevas.

-¡Estoy bien!

-Lo se, lo se, solo quiero ver.

Finalmente el señor Joy le permitió a la chica acercarse.
Lizzie removió un poco el sombrero de manera que pudiera ver la profundidad de la herida, aunque esta era mas grave de lo que el hubiera imaginado. El golpe habia producido una una abertura en la cabeza del segundo oficial.

-Fue un golpe y ya, un rasguño ¿oíste? solo un rasguño.

-Denle un poco de agua.

Esta vez fue el primer oficial el que hablo, Lizzie no hacia nada más que contemplar la escena atónita. El señor Chase estiro su mano en dirección a uno de los hombres en espera de lo que había solicitado.

-Esta bien, tranquilos.

Ninguno de los hombres respondió a la orden, simplemente se quedaron estáticos contemplando la escena.

-¿Qué no oyen?, ¡Que le den agua!

-No, no, no, no la necesito, estoy bien.

Nuevamente los hombres vacilaron, pero finalmente uno le extendió una botella de agua al primer oficial.

A pesar de que el señor Joy negara necesitarla, la realidad es que en el momento en el que el señor Chase le tendió la botella este no dudo en tomarla y beber de ella.

-Toma, bebe.

El señor Joy comenzó a respirar de manera rara y cayó de su asiento en el bote.

-Oye, tranquilo, tranquilo. Estas bien, estas bien.

Lizzie había logrado salir de su trance, para dedicarse a acariciar la espalda de su primo, en un acto reconfortante. Sin embargo en cuanto el señor Joy se compuso, tomo inmediatamente su gorro y volvió a ponérselo.

-¡Oigan tranquilos todos, estoy bien!, ¡Capitán Pollard como nuevo!

Evidentemente la cara del capitán no reflejaba nada mas que indiferencia, el estaba consiente de lo que pasaría, incluso el mismo señor Joy lo sabía, pero no estaba dispuesto ha aceptarlo.

-Me siento como nuevo ya vieron. ¡Elizabeth!

El señor Joy se acerco al Lizzie y al señor Chase, para acto seguido poner una de sus manos en cada hombro, sujetando firmemente este.

-Si.

Ambos susurraron.

-Estoy bien, ¿oyeron? estoy bien.

-Eres fuerte.

Esa fue la respuesta de el señor Chase, su cara no reflejaba más que melancolía. Lizzie por su parte no encontraba ni un poco de consuelo en las mentiras que el señor Joy decía en un intento de asegurar que se encontraba perfectamente.

-Elizabeth estoy bien, ¿me oíste? estoy bien.

El segundo oficial sonrió en un intento de verse más conveniente.

-Si lo estas.

Era evidente que Lizzie no le creía, pero debía de darle la razón para brindarle de esa manera su apoyo.

-Gracias, estoy bien, ya lárganse los dos.

Mientras el señor Chase se paro y regreso al bote, Lizzie tenia intensiones de quedarse, pero era obvio que el señor Joy no iba a permitírselo.

-He dicho que estoy bien, ya lárgate, vete con tu noviecito.

Thomas tomo eso de manera desprevenida, pues hasta donde le quedaba claro, el no le caía bien al segundo oficial.
De una forma u otra Lizzie regreso al bote, a su asiento junto a Thomas.

-Esta bien, tranquilos.

Esas palabras las pronuncio la chica mientras hacia el cambio de bote, evidentemente en señal de apoyo a segundo oficial.

Mientras eso pasaba Tom escucharía de la boca de Collin una frase que lo atormentaría por el resto de su vida.

<<¿Por qué desperdicia agua en un cadáver?>>

La pregunta había sido dirigida al señor Chappel, esto concedió la respuesta con un tono muy sereno mientras seguía mirando en dirección hacia donde se encontraba el señor Joy.

-Hace mucho que se conocen los dos, navegaron juntos desde niños. Dime, ¿podrías sentarte a ver mientras tu hermano muere?

-Solamente hablo de números señor Chappel, no hay suficiente para todos. 

A Thomas se le heló la sangre, ¿como se podía ser tan inhumano?

Lizzie se sentó a lado suyo y de recargo en su pecho, Thomas la rodeó con su brazo, en un intento de brindarle un poco de paz y tranquilidad.

-El estará bien.

Fue un susurro, una mentira que dolía con cada letra, una que a Lizzie le hubiera gustado creer ciegamente, pero que al final no era más que palabras al aire, qué tan rápido como se pronunciaban era llevadas por el viento.

En el corazón de mi tormenta || Fanfiction de Tom HollandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora