Painful Memories (Saga Deep #1)

Capítulo I

Capítulo 1 ~ The New Charlotte

-No tienes que irte, cariño.

Me giro y veo a mi madre recostada en el marco de la puerta, con los brazos cruzados sobre su pecho. Por su gesto y sus ojos colorados, sé que ha estado llorando. Me ablando en ese instante y camino hacia ella para encerrarla en un abrazo.

-Necesito irme, mamá -susurro.

-No tienes que ir con tu padre. Puedo cambiarte de escuela aquí.

-Mamá, realmente quiero alejarme lo más que pueda de esta ciudad y sí, sé que papá no es la mejor opción, pero realmente quiero irme.

Ella se aleja un poco para mirarme a los ojos, pero aún me mantiene lo suficientemente cerca.

-Voy a extrañarte tanto -susurra.

-También yo... -ambas soltamos un par de lágrimas.

-Llámame, siempre -ordena.

-Lo haré. Y vendré a verte en invierno.

-Cariño, aún falta mucho para eso -susurra.

-Lo sé.

-Bueno... te dejaré empacar -murmura, alejándose de mí con una sonrisa-. Por cierto, Sharon vino a verte -sonríe débilmente y yo me quedo estática.

-¡Te dije que no la dejaras pasar!

-Es tu mejor amiga, Cook, quiere despedirse de ti.

-No es mi mejor amiga, es una zorra.

-¡Charlotte Stevenson! ¡Tú y tu bocota!

-Lo entiendo -escucho la voz de mi ex-mejor amiga detrás de mi madre. Miro sobre su hombro y allí está, se ve que ha estado llorando también.

-Las dejaré solas -mi madre dice y se aleja, no sin antes darme una mirada de advertencia.

-¿Qué quieres? -pregunto, girándome sobre mis talones para seguir armando mis maletas. Si la ignoras, se irá. Me repite mi subconsciente.

-¿A dónde vas? -pregunta, en la misma posición en la que mi madre estaba hace unos momentos. Pero esta vez no me ablando, solo me enfurece más.

-A Londres, con mi padre.

-Pensé que lo odiabas -susurra ella.

-No más que a ti ahora -contesto. ¡Así se hace! Mi subconsciente baila la danza de la victoria en un solo pie con banderines de colores en ambas manos. No puedo verla -y no es que quiera girarme para hacerlo- pero estoy segura que la dejé perpleja con la respuesta.

-Al frío -murmura después de unos minutos.

-Sí, al frío. Tal vez me sirva para calmarme de lo caliente que estoy ahora -contesto fríamente.

-No tienes que irte, Cook -dice y sé en ese momento que su voz está quebrada.

-¡Oh, no! -digo y me giro para encararla-. No me vengas con tus lágrimas de cocodrilo ahora, ¿sí? Sabes que lo que hiciste fue de zorra, estuvimos en contra de eso durante toda nuestra vida, ¿o olvidaste eso también?

-No -dice, dando un paso hacia adelante y yo lo doy hacia atrás, levantando mis manos al aire.

-¡No! -advierto, sacudiendo la cabeza-. Ni se te ocurra tocarme.

-Lo siento -se queja ella.

-¿Lo siento? -me burlo. Oh, sí, muy dura. Pero a la mierda. Ella me mira, como si estuviera buscando algo, espero que desista, de mí ya no sacará nada-. ¿Recuerdas... -comienzo, y cuando tengo toda su atención, continúo-: recuerdas cuando juramos que nunca nada nos separaría? -pregunto y ella asiente, secando una lágrima de sus ojos.