Painful Memories (Saga Deep #1)

Capítulo II

Capítulo 2 ~ ¿New Mom?

Bajo del avión y sonrío a mi nueva ciudad. Sí, nueva ciudad y nueva Charlotte. Estamos bien, hasta ahora. Camino hasta el lugar dónde entregan las maletas y retiro las mías. Sólo dos. No tengo mucha ropa y la otra parte de mi equipaje, que consiste en libros, revistas y equipos de cama y baño, los enviará mi madre  por correo, ya que no podía subir con todo aquello al avión.

Observo a mí alrededor y busco a mi padre. No debe haber cambiado mucho desde que lo vi la última vez hace unos… ¿doce años? Mierda, es mucho tiempo. Mis padres se divorciaron cuando yo era una niña, pero hasta los cinco mi madre y yo vivimos en Londres. Cuando mi madre consiguió un trabajo lejos de papá, ella no dudó en irse lejos de él. Me dieron a elegir entre ella o él y la verdad es que yo jamás veía a mi padre, porque él trabajaba siempre y no me gustaba vivir con él. Elegí a mamá y no he visto a mi padre desde entonces. Él siempre me llama para las festividades y me envía regalos siempre que puede, pero jamás tiene tiempo para verme. La verdad, es doloroso verlo de ese modo, él no tiene tiempo para verme. Pero ya no me importa. Claro que te importa. Mi subconsciente me rueda los ojos. Oh, cállate.

—¿Charlotte Stevenson? —una mano se apoya en mi hombro acompañada de una voz masculina. Doy un brinco hacia atrás y observo al chico. Okey, sí han pasado muchos años y todo, pero estoy segura que él no es mi padre. ¿Qué demonios? Debe tener un par de años más que yo, ni siquiera debe tener veinte.

—¿Si? —pregunto, frunciendo el ceño.

—Oh, genial —dice él sonriendo abiertamente—. ¿Vamos? Tengo prisa.

—Lo siento, me tienes en desventaja —murmuro.

—Oh, claro, que tonto. Hola, soy Ethan —sonríe y estira una mano hacia mí—. Ethan Barks. ¿Ahora vamos?

Levanto ambas cejas y hago un mohín. ¿Quién demonios es él?

—¿Y? —pregunto, intentando que me de más información.

—¿Tu padre no te lo dijo? —frunce el ceño y mira su reloj de muñeca.

—No sé quién eres, Ethan. 

—Soy el sobrino de Noelle —explica, apresurado.

—¿Noelle? —cuestiono. Ok, sí, demasiado desconfiada.

—La novia de tu padre —dice, incrédulo y algo fastidiado.

—Oh, claro —asiento, aunque en realidad no tengo ni idea de quién está hablando.

—¿Vamos? —insiste.

—Claro —intento sonreír, pero hago una mueca. Él toma una de mis maletas y comenzamos a caminar hacia las puertas del aeropuerto.

Sigo al chico mientras nos dirigimos al estacionamiento. Ok, tengo muchas cosas que hablar con mi padre. Una de ellas y la más importante, ¿por qué envió a este simio por mí y no vino él mismo? Voy a asesinarlo.

—Señorita —sonríe mientras abre la puerta del copiloto para mí.

—Gracias —hago un mohín y subo.

—No eres muy alegre —comenta él, girando la llave en su eje, volviendo el Munstang a la vida. Me dedica una extraña mirada y ruedo los ojos.

—¿Por qué no vino mi padre a buscarme?

—No tenía tiempo, ya sabes cómo es.

—En realidad no. Él y yo no hablamos mucho.

—¿Y cuál es la razón de tu visita a Londres? —pregunta mientras nos detenemos en un semáforo en rojo.