Capítulo VII

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Capítulo 7 ~ The Tree on the Balcony

                                

Mi padre llega a las ocho treinta esta vez y todos estamos cenando algo que preparó la señora de la limpieza, ¿cómo era su nombre? Francesca. Está delicioso. Noelle y mi padre hablan animadamente sobre una clase de campamento o algo así, aunque no les estoy prestando atención. Sólo mastico, intentando borrar la imagen que se filtró en mi mente hoy en el balcón.

—¿Qué harás hoy? —pregunto hacia Ethan. Él debe tener alguna fiesta hoy a la que yo pueda asistir y así pensar en otra cosa. Mi padre y Noelle no nos prestan atención, sólo hablan y hablan de “preparativos” para algo.

—Nada —contesta él relajadamente.

—¿Nada?

—Dormir —sonríe y sigue comiendo de su plato.

—Eso es aburrido.

—Entonces hoy me aburriré. Oye, Lie, alcánzame el pan, por favor —pide y estira su mano hacia mí. Asiento y se lo alcanzo.

Hoy sólo tengo que ir a dormir. Nada con qué distraerme. Creo que le pediré a mi padre que me instale un televisor en mi habitación y así hundirme en mis pena viendo “Diario de una Pasión” comiendo helado de chocolate.

—Buenas noches —digo a mi padre y Noelle antes de subir las escaleras hacia mi habitación. Ellos sonríen y contestan algo que no entiendo y siguen hablando sobre lo que sea que estén hablando.

Camino por el pasillo y miro hacia la puerta de la habitación de Ethan, esperando que él la abra y salga de allí con su horrible perfume, pero nada. Abro mi puerta y camino hasta mi cama, tirándome sobre ella en el instante en que logro alcanzarla. Necesito un televisor y helado de chocolate, definitivamente.

Una y quince a.m. Todos en la santa casa están dormidos y yo aún no logro pegar un ojo. Suspiro, cambiando de posición en la cama, pero el sueño se ha escapado de mí. Ruedo los ojos, cambiando de posición  nuevamente. Me siento en la cama y observo a mí alrededor. El silencio se ha apoderado de la casa, no hay ruido alguno. Pienso en salir a mi balcón. Sí, tal vez eso me relaje. Tomo unos jeans ajustados, una camisa, colocándola sobre mi blusa negra; y mis Vans, suficiente para el frío. Salgo del armario y escucho que la puerta se abre. Tomo una bocanada de aire, asustada, pero no es mi puerta la que se ha abierto. Camino hasta esta y observo por el agujero de la cerradura. Como mi habitación está en el extremo del pasillo, puedo ver toda y cada una de las puertas que se abren en él. Agudizo mi vista en la noche y puedo ver que la puerta de la habitación de Ethan está abierta. Él sale de ella y la cierra silenciosamente, observando hacia ambos lados antes de comenzar a caminar hacia las escaleras muy silenciosamente.

¡Por supuesto! Él iría a “correr” hoy. Debo seguirlo y averiguar de qué se trata. Pero si lo sigo ahora no me dejará ir. Me giro rápidamente y corro hacia mi balcón, deslizo la puerta y la cierro detrás de mí. Trepo ágilmente al árbol y comienzo a descender.

—De acuerdo, de acuerdo, no mires hacia abajo —murmuro descendiendo lo más rápido que puedo, siendo precavida, no quiero caerme. En menos de lo que creo, estoy abajo. Corro hacia el otro lado de la casa y al Garaje por la puerta trasera de este, abriéndola con el manojo de llaves que Noelle me dio cuando llegué aquí. Me encuentro con el Munstang de Ethan aún estacionado ahí. Manoteo la cerradura de la puerta del copiloto y efectivamente está abierta. Entro rápidamente y espero a que él salga. No creo que tenga otro auto escondido por ahí. La puerta del garaje que da a la casa se abre y él sale de ella, cerrándola con llave detrás de él. ¡Sí! Camina sigilosamente hasta el auto y abre la puerta del piloto, sentándose en ella inmediatamente.

Painful Memories (Saga Deep #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora