Painful Memories (Saga Deep #1)

Capítulo V

Capítulo 5 ~ Myself in a nutshell.

Abro los ojos y me encuentro en mi cama. ¿Cómo llegué aquí? Me incorporo rápidamente, pero no encuentro a nadie a mi lado. Suelto el aire que no me había dado cuenta que estaba conteniendo y salgo de la cama para meterme al baño. ¡Por fin mi tan deseado y esperado baño! Enciendo el agua tibia y esta comienza a verterse dentro de la tina, largando vapor caliente al aire. Delicioso. Comienzo a desvestirme. Oh, sigo vestida con la misma ropa que ayer, lo cual es un alivio, porque significa que Ethan no me tocó ni un pelo, aunque dudo que lo haga alguna vez, porque todo este tiempo se ha comportado como un… ¿primo? Bueno, no tengo primos, pero supongo que así es como se comportan. Cuando termino, me meto dentro de la bañera, soltando un suspiro cuando el agua hace contacto con mi piel. Sí, justo lo que necesitaba. Al salir, tomo una toalla de la estantería junto al lavamanos y me seco completamente, envolviéndome en ella al terminar para salir del baño y entrar a mi armario.

—Mierda —murmuro, asombrada.

Aún no me acostumbro a la cantidad de ropa metida dentro de este cuarto… es como una segunda habitación. Tendríamos que haber venido antes. Sisea mi subconsciente, pero la ignoro. Yo no soy codiciosa ni mucho menos interesada, si hubiera querido venir a visitar a mi padre, lo hubiera hecho porque lo extrañaba —cosa que no ocurrió en doce años— y no por otra cosa.

Camino alrededor en busca de algo que ponerme, pero siento que jamás terminaré de ver todo lo que hay aquí dentro. Encuentro el atuendo perfecto, es yo en pocas palabras. Busco ropa interior, lo cual me cuesta encontrar, pero cuando lo hago me sorprendo aún más. Creo que Noelle compró toda la lencería y la colocó en mi armario, retiro un sostén, unas braga y un par de medias largas blancas. Me coloco dentro de mi atuendo y busco entre los zapatos. Perfectas. Sonrío y me las coloco. ¿Cómo hizo Noelle para saber cada una de mis tallas? Luego le preguntaré.

Bajo la escaleras y camino hasta la cocina, estoy famélica.

—No… ella es completamente normal, ¿por qué preguntas? —frunzo el ceño y me detengo en la puerta. ¿Con quién habla mi padre…? O mejor dicho, ¿de quién habla?

—No lo sé… —¿Ethan? Me acerco a la puerta, intentando presionar la oreja para escuchar mejor, pero esta no estaba trabada y se abre haciendo un chirrido pequeño.

—Hola —sonrío tímidamente. Mierda.

—Hola, Lie —Ethan sonríe también.

—Hola cariño —dice mi padre, sonriente—. Tu madre llamó preguntando por qué no la habías llamado. Creo que estás en problemas.

Oh, mierda, mi madre. Me olvidé por completo de ella. Sí creo que estoy en problemas. Volviendo al tema anterior… mi subconsciente rueda los ojos. ¿Mi madre? Me extraño. No, no creo que ella haya sido el tema de conversación.

—¿Qué desayuna, señorita Stevenson? —me giro sobre mis talones y me encuentro con una señora de mediana edad de cabello negro y más bajita que yo. ¿Y ella quién es? Oh, mierda, creo que jamás me acostumbraré.

—Chocolate caliente y  una tostada con Nutella… si tienen —contesto y ella sonríe amablemente.

—Por supuesto —contesta.

—Lindo atuendo, Lie —Ethan se burla. ME volteo y le frunzo el ceño, rencorosamente—. Creí que tenías diecisiete. ¿Cuántos tienes? ¿Seis?

—Tengo diecisiete, iluso —contesto.

—Yo creo que te ves adorable —me defiende mi padre.

—¿Ves? Te lo dije —Ethan dice, pero cierra la boca cuando mi padre le frunce el ceño—. Como sea —dice y se marcha de la cocina.