Capítulo IX

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Capítulo 9 ~ The Neighbor of my Nightmares

Estoy en las calles de Miami, con un short y una remera. Hace mucho calor, estoy sudando, en el sentido literal de la palabra. Las calles están desiertas, no hay nadie caminando en ellas, ni siquiera un auto. Observo detenidamente entre callejones y locales cerrados, es como si hubiera habido una guerra aquí y todos hubieran sido escoltados a otra ciudad.

—Hola.

No hace falta ver su cara para saber quién es el dueño de eso voz. Me atraganto con mi saliva al escucharla y casi me desmayo al girarme sobre mis talones para enfrentarlo. Quiero parecer fuerte, quiero decirle que se vaya a dónde no da el sol, pero no puedo hacerlo.

—Hola —susurro, sin poder creer que esté parado justo frente a mí ahora. Miro hacia ambos lados, preguntándome de dónde salió él, pero no hay respuesta en la soledad de la avenida.

—Oye, lamento mucho lo que sucedió —dijo, con ese gesto muy propio de él cuando está realmente arrepentido: frota su cuello con su mano, mientras me mira con lastima—. ¿Crees que podrías perdonarme alguna vez?

—Sí —asiento rápidamente. Por dios, lo amo, claro que puedo perdonarlo.

—Genial, porque yo amo a Sharon y no puedo dejarla —sonríe felizmente, abrazándola con fuerza contra su costado.

Esperen, esperen. ¿De dónde salió ella? No estaba aquí hace unos momentos.

—¿La amas? —susurro.

—¡Charlie! —me grita Sharon, enfadada. Aplaude mientras me grita, aunque suena como si golpeara madera.

—¿Qué? —exclamo, sorprendida por su repentino carácter.

—¡Charlie! —vuelve a gritarme, acercándose peligrosamente a mí, aplaudiendo nuevamente. Miro hacia Troy, pidiendo ayuda, pero él continúa sonriendo de la misma feliz manera de hace unos momentos. ¿Qué demonios le sucede?

—¡Charlie! ¡Despierta, dormilona! —grita Sharon, dos aplausos más, y yo frunzo el ceño

—¿Qué? —pregunto.

—¡Despierta, nena! ¡Ya es hora de ir a nuestra cita del Spa! —los aplausos se vuelven más fuertes y más largos.

—¿Qué mierda?

Sharon me sonríe y se aleja. Troy la abraza y ambos, con una feliz sonrisa, se giran, alejándose de mí. Una niebla comienza a llenar los espacios y todo se vuelve repentinamente blanco y negro. Un horrible y sombrío pasillo en el que todos estamos y al final de este, una puerta completamente negra. La puerta se abre, haciendo un familiar sonido y ellos salen. Intento seguirlos, pero mis pies están clavados al piso. Un ángel, sí eso es lo que veo, un ángel completamente blanco irradiando una luz amarilla se acerca a mí, con una sonrisa celestial. Yo intento rogarle por ayuda, pero él niega. Camina lentamente hacia a mí y me toma por los hombros y repentinamente, comienza a zamarrearme.

¡Sí! ¡Mierda, está zamarreándome y es muy fuerte!

Abro los ojos rápidamente y encuentro a Noelle sobre mí, zamarreándome. Grito y ella también lo hace, bajándose de mi cama de un salto.

—Mierda, tú no eres un ángel —murmuro, incorporándome de la cama, intentando despabilarme. Ese fue el susto del año, déjenme decir.

—¿Qué? —Noelle frunce el ceño y niega con la cabeza—. Como sea, tenemos una cita para el Spa hoy y debes vestirte…

—Noelle, necesito silencio —murmuro de mala gana, intentando despertarme. Rasco ferozmente mi sienes, como si ellas tuviesen la culpa de mi horrible sueño.

Painful Memories (Saga Deep #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora