Parte 1

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«¿Henry?» gritó Emma desde los pies de las escaleras

«Sí, ya voy, acabo de terminar de preparar la mochila»

Emma puso los ojos en blanco, exasperada, cada viernes la misma historia. Tardaba mucho tiempo en preparar sus cocas para pasar el fin de semana en casa de Regina.

«Eres peor que una chica, no te vas tres semanas, solo dos días» dijo la rubia al ver bajar a su hijo las escaleras con una enorme mochila a la espalda.

«Y tú no tienes mucha paciencia»

«Hey, chico, deja de replicar y vete al coche»

Emma cogió su chaqueta y siguió al chico.

«Entonces, ¿qué vas a hacer en casa de tu madre este fin de semana?» preguntó Emma

«No lo sé, quizás equitación. Mamá quiere enseñarme a montar, antes lo adoraba»

«Ah, no lo sabía, de todas maneras no conozco mucho de ella, ¿no tienes miedo a los caballos?»

«Impresionan, pero puede estar bien» dijo él sonriendo

«Hemos llegado. Te acompaño hasta la puerta, te llevo la mochila, pesa bastante»

«Gracias»

Henry corrió hasta el porche. No tuvo tiempo de golpear la puerta, ya que Regina abrió enseguida. Había vigilado la llegada del coche amarillo con impaciencia.

«Llega tarde, Miss Swan»

«Dígaselo a Henry, siempre tarda un montón en prepararse» dijo ella molesta ante la actitud de superioridad de la morena.

Regina no le prestó atención y estrechó a su hijo en sus brazos.

«Gracias por habérmelo traído, entonces hasta el domingo» dijo ella tomando la mochila que la rubia le tendía.

«Sí, hasta el domingo. Diviértete, chico»

Volvió a su coche irritada ante el comportamiento de desprecio de Regina.

La morena cerró la puerta y pidió a Henry que fuera a lavarse mientras que ella preparaba la cena. Así lo hizo porque sabía que el día siguiente iba a ser muy agotador. Después de haber cenado un exquisito plato, decidieron ir a acostarse. Regina fue a arropar a Henry antes de tomar una ducha y acostarse ella también.

Durante el desayuno, Henry padeció el eterno interrogatorio de los sábados por la mañana. En efecto, Regina llevaba mal solo tener a su hijo los fines de semana cuando lo había criado durante diez años.

«¿Qué has hecho de interesante esta semana? ¿Has hecho todos tus deberes y estudiado las lecciones?»

«Sí, mamá, como cada semana y no he hecho nada de especial, ¡Emma trabaja mucho!»

«¡Sorprendente!»

«¿Por qué siempre estás enfadada con ella?»

Regina frunció el ceño, no esperándose tal pregunta.

«¿Debo recordarte que ella te tiene toda la semana mientras que yo solo tengo derecho a dos escasos días?»

«Sí, es verdad, pero nos divertimos mucho juntos el fin de semana, y además, nos llevamos también mejor cuando no estás detrás de mí por mis tareas»

La morena sonrió, él tenía razón, se sentía mucho más relajada y podía disfrutar de su hijo sin el inconveniente de la educación.

«Bien, no nos retrasemos, ¿tienes tus cosas de quitación?»

ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora