Parte 36

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Emma salió de su coche acompañada de su hijo. Se encontraban frente al edificio de los Charming.

«¿Les vas a contar lo del hechizo?» preguntó Henry

«No, todavía no, no es el buen momento»

El muchacho suspiró

«Nunca será el buen momento y lo sabes»

«Lo que me enervas cuando sacas tu lado intelectual» bromeó la rubia

Subieron los pocos escalones que los llevaban al apartamento de Mary Margaret. Emma tocó a la puerta y su madre fue a abrir algunos minutos más tarde.

«¡Emma, Henry! ¡Estoy muy contenta de que hayáis venido!»

Sin miramientos, abrazó a su hija antes de hacerlos pasar al salón. La sheriff se quitó su chaqueta y la colgó en el perchero. David, que había escuchado la voz de la salvadora, bajó y la estrechó calurosamente.

«¿Estás bien desde que te vi antes? ¿Has avanzado en comisaria?» preguntó el príncipe

«Sí, bien, ¡he avanzado bastante!»

«Bien» dijo él evitando cuidadosamente mencionar la presencia de Regina a su mujer.

La salvadora y su hijo se sentaron en el sofá mientras que Snow se enfrascaba en la cocina.

«¿Quién quiere un aperitivo?» preguntó la princesa

«Nada de alcohol para mí, por favor» dijo Emma

Mary Margaret se tensó y se giró hacia su hija, la expresión emocionada

«Emma, no me digas que...»

La sheriff frunció el ceño

«¿Qué? ¿Qué te pasa?»

«¿Estás...estás embarazada?»

David se quedó tan sorprendido como la joven

«¡Qué! Pero, no. No quiero alcohol porque estoy bajo tratamiento médico por mis migrañas»

«Oh, perdón, por un momento creí que...»

«Sí, pues no»

Sintiendo la tensión entre las dos mujeres, el príncipe intentó cambiar de tema.

«Entonces, ¿estás tomando pastillas por tu dolor de cabeza?»

«Sí, he ido a ver a Whale y me ha prescrito un tratamiento y si no se pasa, debo volver a verlo»

«De acuerdo, espero que todo vaya bien» dijo él sonriendo

Mary Margaret trajo los aperitivos: refrescos para Henry y Emma y mojitos para ella y David. La charla giró esencialmente alrededor del muchacho, ante de que Snow propusiera pasar a la mesa. Había hecho pavo con judías verdes y papas salteadas. La salvadora se sentó al lado de su hijo mientras que la princesa y el príncipe estaban frente a ellos. Emma comió en silencio, mientras que Henry y Mary Margaret hablaban de la escuela y también de Grace. Notó que su móvil vibraba en su bolsillo y se apresuró a ver quién era. Un mensaje de Regina

«Buenas noches, ¿todo bien en casa de tus padres?»

«De momento bien, mi madre no está demasiado pesada aunque ha creído que estaba embarazada»

«¡Qué! Pero, ¿por qué ha pensado eso?»

«Porque no he querido beber alcohol...Pero es por mi tratamiento»

ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora