Parte 6

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«Ya estás en casa, cariño» dijo Mary Margaret sonriente, feliz de reencontrar a su hija

«Super, mi nueva prisión» se quejó Emma

«Oh, no lo tomes así, necesitas descansar, el doctor...»

«Gracias, sé lo que el doctor ha dicho, ¡estaba allí, recuerdas!»

Snow bajó la cabeza, tenía pánico de discutir con Emma. La rubia suspiró y abrazó a su madre.

«Perdóname, no debería haberte hablado así»

«No pasa nada» dijo su madre sonriéndole «ve a sentarte, voy a prepararte un chocolate caliente con canela»

«¡Gracias! ¿Dónde está Henry?»

«En este momento, en la escuela, estando tú como estás, lo he dejado con Regina»

«Lo comprendo, no te preocupes, yo habría hecho lo mismo en tu lugar. ¿Cuándo vuelves al trabajo?»

«Mañana, lo siento, no he podido coger más días libres»

«No pasa nada, soy una chica grande»

Snow sonrió, aliviada por ver a su hija en su estado normal. Emma cogió el mando a distancia y encendió la televisión, fue cambiando de canal hasta encontrar algo interesante. Se preguntó qué iba a hacer durante su convalecencia y de repente, sonrió. Acababa de tener una idea y su sonrisa se alargaba cada vez más pensando en su presa...

Los días siguientes fueron un verdadero soplo de aire fresco para Regina. Realmente estaba feliz de tener a Henry a su lado. La reina había evitado cuidadosamente cometer los errores del pasado, aquellos que habían empujado su pequeño a huir al otro lado del país para buscar a su madre biológica.

Así que, después de las clases, ella preparaba actividades para Henry, una vez era el parque, otra, habían dado un paseo en caballo. Sin embargo, se sentía espiada, como si alguien la siguiera. Pero por más que miraba alrededor, nada.

Esa tarde, el pequeño había pedido ir a tomar un helado a Granny's. Sobre las 17:00 estaban entrando en el restaurante.

«Buenas tardes, Ruby» dijo Henry dirigiéndose hacia el mostrador donde la camarera estaba secando un vaso.

«¡Hola, hace tiempo que no te veía! He sabido lo de Emma, ¿está mejor?»

«Sí, la abuela llamó a principios de semana, va mucho mejor, necesita descansar, así que yo, mientras tanto, me estoy quedando con mi madre»

«Oh, ok, si así es mejor, está bien. Buenas tardes Regina»

Regina hizo un ligero signo con la cabeza

«¿Qué os pongo?»

«Yo tomaré un helado de vainilla con mucho chocolate caliente, ¿y tú, mamá?»

«Solo un café, por favor» dijo ella dirigiéndose a la joven

«Ok, en seguida os lo traigo»

Se fueron a sentar cerca de la ventana.

«¿ Han ido bien las clases hoy? ¿Mary Margaret no estaba muy perturbada?»

«Sí, todo bien, y no, al contrario, ella estaba sonriente, dijo que Emma iba mucho mejor»

Regina sonrió, aliviada. No había hablado con nadie de la noche en la que Emma había aparecido en su casa, no quería inquietar más a su hijo. Y ahora la salvadora estaba bien, así que esa historia formaba parte del pasado. Ruby trajo los pedidos

«Para ti...» dijo ella poniendo delante de la cara del niño una enorme copa de helado.

«¡Gracias!»

Se metió en la boca una gran cucharada de helado

«¡Delicioso!»

«Veo que has perdido todos tus buenos modales» dijo Regina «Te pareces a Emma cuando comes»

Henry se contentó con sonreír, los dientes llenos de helado. Para su sorpresa, su madre estalló en risas, así que se permitió hacer aún más el payaso. Ese buen ambiente fue interrumpido por el sonido del móvil de la morena, lo sacó de su bolsillo y miró quién la llamaba: Mary Margaret

«¿Diga?»

«Regina, soy...»

«Sí, lo sé Snow, ¿qué quiere?» preguntó con un tono seco, molesta por haber sido importunada por su antigua hijastra.

«Escuche, no se lo puedo explicar por teléfono, pero es necesario que venga inmediatamente»

«Pero, ¿por qué?»

«¡Regina...por favor!» El tono de Mary Margaret era de súplica, como si estuviera al borde de las lágrimas.

«Muy bien, llego en un momento»

Cogió su chaqueta, sus llaves y ordenó a Henry que la siguiera. No sabía lo que ocurría, pero tenía un mal presentimiento...

ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora