Parte 8

2.5K 251 41
                                    


A la mañana siguiente, Snow tocó a la puerta y entró en la habitación de Emma. Esta aún dormía profundamente, mientras que Regina tenía los ojos abiertos como platos, rojos y cansados.

«Buenos días, ¿ha dormido bien?»

La morena fusiló a Mary Margaret con la mirada.

«¡He pasado la peor noche de toda mi vida! Su hija me ha tomado por un oso de peluche. No me he atrevido a moverme por miedo a despertarla»

«Sin duda un café le hará bien»

«Con gusto» dijo ella intentado zafarse del agarre de la rubia

Siguió a Mary Margaret hasta la cocina. Henry ya se encontraba allí con David. Regina besó a su hijo en la frente antes de sentarse a su lado.

«¿Qué pensáis a hacer con vuestra hija?»

«Vamos a llevarla a ver al doctor Whale» dijo el príncipe

«¿Le hablareis de sus crisis? ¿Y de esa pared con todas mis fotos?»

«Sobre las fotos no sabemos, pero sobre las crisis sí» intervino Snow

«¿Supongo que me quedaré con Henry?» dijo Regina intentando contener su alegría.

Mary Margaret asintió. Estaban desayunando cuando escucharon ruidos en la planta de arriba. Sin darse cuenta, contuvieron el aliento y un malestar se hizo presente en la estancia. Tenían miedo de la reacción de Emma. Esta bajó las escaleras como si nada hubiera pasado la noche anterior

«Buenos días a todo el mundo. ¿Regina? ¿Qué hace usted aquí?»

La morena pestañeó sin saber qué responder

«Bueno, Henry quería verte y desayunar con nosotros» mintió su madre.

«Genial, además tengo mucha hambre»

Emma se sentó frente a la reina y Mary Margaret le puso algunas tortitas en su plato. La rubia les echó por encima sirope de arce y comenzó a devorar su desayuno bajo la mirada pasmada de Regina.

«¿Te acuerdas de anoche?» interrogó su padre

«No, no me acuerdo de anoche, debía estar agotada. Pero...»

Emma enrojeció pensando en las fotos de Regina que tenía pegadas a la pared.

«¿Habéis estado en mi habitación?» dijo exaltada

No tuvieron tiempo de responder, porque su hija ya había corrido hacia arriba. Volvió a bajar muy rápido, la mirada encolerizada.

«¿Quién me ha quitado mis fotos?»

«He sido yo» soltó Regina avanzando hacia ella intentando calmarla

«Pero, ¿por qué has hecho eso? No tenías derecho»

La rubia comenzó a agitarse, cayó al suelo y se tiró de los cabellos. Los Charming y Henry se quedaron estáticos ante la escena. Regina se arrodilló y tomó las manos de Emma entre las suyas.

«¡Duele!» gritó Emma

Con una sensación de deja vu, Regina obligó a Emma a mirarla

«¿Qué le duele?»

«Cora...» suspiró antes de perder el conocimiento

Regina se quedó en shock, sin saber lo que debía hacer. David corrió hacia su hija.

«¿Qué le ha dicho?»

«No lo sé, no he entendido»

La morena se levantó, mientras que David tomó a Emma en sus brazos para llevarla al coche. Snow aún no se había movido del sitio, atónita ante la actitud de su hija.

«Hay que llevarla al hospital» dijo el príncipe

Mary Margaret asintió y salieron del apartamento. Regina subió en el coche con ellos, porque estaba decidida a saber lo que ocurría con respecto a su madre. ¿Qué había querido decir Emma? ¿Acaso Cora la había hechizado? ¿Estaba en Storybrooke? La voz de Snow la sacó de sus pensamientos.

«No entiendo lo que le ha ocurrido, me preocupa»

David apoyó una mano en la pierna de su mujer en un gesto tranquilizador

«Todo va a ir bien, amor»

Regina se aclaró la garganta y se movió para encontrar una posición más cómoda ya que la rubia estaba echada sobre ella.

«Tengo que comentaros una cosa»

Mary Margaret se giró hacia ella así como Henry, mientras que David la miró a través del retrovisor.

«La noche en la que Emma entró en el hospital, vino a mi casa y tuvo más o menos la misma crisis que ha tenido ahora. Logré calmarla y volví a llevar a su habitación. No os lo dije porque pensé que era pasajero»

«¿Qué? Pero, ¡tenía que habérnoslo dicho!» se enfadó Mary Margaret.

«Cálmate, cariño, tenemos que hablar con el doctor» dijo David.

Apagó el motor y salió del coche. Abrió la puerta de atrás y ayudó a Emma a salir, mientras que Snow había ido a buscar a una enfermera. Esta corrió hacia la rubia y la sentó en una silla de ruedas. Una vez en recepción, pidieron hablar con Whale mientras que la enfermera se ocupaba de Emma. Henry y Regina esperaron pacientemente en el hall.

«Su hija está en la habitación 203, pueden ir a verla mientras esperan a que llegue el doctor» dijo la enfermera

«Gracias»

David, Snow, Henry y Regina entraron en la habitación. Emma estaba aún inconsciente. Mary Margaret se acercó a la cama y tomó la mano de su hija en la suya. La morena, por su lado, se encontraba a los pies de la cama, sujetando a su hijo por la mano, y David esperaba en la puerta la llegada de Whale.

«Mamá» susurró Henry «tengo que ir al baño»

«De acuerdo, pide a tu abuelo que te acompañe, no quiero que andes solo por los pasillos»

El muchacho asintió y tiró de la manga de David para se pusiera a su altura

«Necesito ir al baño»

«Oh, ok, voy contigo»

Salieron de la habitación. Un silencio pesado se instaló, Snow miraba a su hija con aire preocupado. Regina encontró un repentino interés por sus uñas, al no saber dónde mirar ni qué decir. Finalmente, el doctor Whale apareció. Mary Margaret soltó la mano de su hija y salió al pasillo para hablar con él dejando a Regina sola con Emma. La morena escrutaba a la joven. Entonces, vio que esta tenía los ojos abiertos y se acercó despacio a ella. Emma clavó su mirada en la de la reina y murmuró algo inaudible al ser su voz tan débil. Regina se inclinó para comprender mejor y lo que escuchó hizo que un escalofrío recorriera su espalda

«Sé todo de tu pasado...»

ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora