«Prólogo»

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Vegeta

El cielo se elevaba azul sobre mi cabeza, el pasto verde se extendía debajo de mis pies, y escuchaba el trinar de las aves sonar desde el interior del bosque. El sonido del agua al descender por la cascada y unirse de nuevo al resto del arroyo. Esos eran, los sonidos y paisajes que me envolvían, ahí, donde la tierra se unía con el suelo, el lugar al que cualquiera escaparía para pasar al menos un día lleno de paz y tranquilidad, cualquiera, menos yo. 

Paoz. La montaña en la que crecí, y que sin embargo no era mi hogar. Cada sonido me resultaba insoportable, el verde y el azul tenían hartos a mis ojos. Entre todo lo que ahí había, yo era el que estaba fuera de lugar. Me sentía en el lugar equivocado.

—Vegeta date prisa con esa leña —Escuché al viejo gritar a mis espaldas, el anciano que juraba haberme encontrado una noche y me hacía compañía en la solitaria montaña, aunque muchas veces me preguntaba sino era yo el que le hacía compañía, la misma persona que me obligaba a llamarlo abuelo.

Son Vegeta, hasta ese nombre me resultaba estúpido. No respondí, flexioné las rodillas mientras apretaba los puños para en un movimiento rápido cortar un enorme tronco en pedazos para leña. 

Entre todo el fastidio y aburrimiento que vivía en Paoz, lo único que me mantenía enérgico y evitaba que estrangulara al anciano por darme órdenes, era el entrenamiento. Me había contado sobre un torneo en el que todas las personas fuertes acudían a demostrar su poder y capacidad. Él sabía que yo tenía potencial, y cada tarde me entrenaba volviéndome fuerte cada vez más.

Estaba decidido a ganar el siguiente torneo. Nadie podía superarme, estaba seguro de aquello, pues, obviamente no pertenecía a ese mundo. Y no lo digo por la cola que únicamente sólo yo entre los terrícolas de apariencia humana poseía, sino también por la extraña repugnancia que tenía ante todo a lo que los demás creían admirable y "hermoso".

Ansiaba largarme de ahí, buscar aventuras. Desahogar el impulso que me abrumaba cada noche y que cuando había luna llena aumentaba. Necesitaba pelear, pero el abuelo ya no era rival para mí. Y pese a eso, me llenaba con sus sermones sobre que la fuerza y la sed de poder puede corromper a la gente. Desconocía fuera de las montañas, y necesitaba un objetivo para irme, por eso no me había largado antes.

Fue por esa razón, que a mis quince años decidí acompañar a la mujer que un día apareció en la puerta mientras pescaba. Tenía los ojos azules y el cabello del mismo color, un año más grande que yo pero no se lo hice ver, llevaba dos esferas anaranjadas y quería la que el abuelo tenía. No la dejaría ir tan fácil.

Milk

—¿Lo prometes?

—Sí, prometo casarme contigo cuando seamos mayores. ¿Puedes darme la esfera ya?

Después de su promesa extendió su mano, aún dudaba, sin embargo su mirada me resultaba sincera. Le di la esfera de seis estrellas, un abrazo que no me correspondió y regresé al castillo de mi padre.

Tenía once años cuando los conocí. El castillo ardía en llamas, mi padre necesitaba ayuda y yo había salido a buscarla, y me encontré a ellos.

Ambos eran realmente desesperantes, no se soportaban entre sí y tenían el peor humor que uno pudiera tener. Pero era una niña, y apenas y me daba cuenta de ello.

Él accedió llevarme volando a casa del Maestro Roshi para que apagara el fuego. Cuando todo acabó se dio cuenta de que poseía la esfera de seis estrellas, una vieja reliquia del sótano de papá que querían más que cualquier otra cosa.

Yo quería algo a cambio. 

Mi sueño siempre fue casarme algún día, vestir de blanco y formar una hermosa familia. Ser una madre amorosa y una excelente esposa. Es raro viniendo de una niña supongo.

Vegeta era cuatro años mayor, pero recuerdo a mi madre decirme una vez que para el amor no había edad.

Así que le ofrecí un pequeño e inocente trato.

Felicidad, fue lo embriagó mi corazón esa cálida tarde. Y tenía la esperanza de que algún día se cumpliría.

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Saludos desde México! n.n

Esta es una historia que he querido escribir desde hace mucho tiempo y ya la había publicado varias veces con el prólogo de otra forma pero en fin. Esta vez la dejaré así, espero su opinión y votos (。ŏ_ŏ)

Cabe aclarar que esto NO será un Vegeta x Milk ni tampoco estoy diciendo que no lo sea. Tendrán que leer si quieren saber a qué me refiero.

Y segundo que esta historia será muy diferente a las demás que he escrito antes. Sin más, se despide SH_S♥







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