«Capítulo 11»

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Vegeta

De nuevo la cabina de entrenamiento es ocupada por Milk y ese gusano. Aun no comprendo qué intenta lograr ella ni con esas prácticas ni con dejarse coger así como él planea. No tardará mucho tiempo para que empiecen a gemir como animales.

Maldita Milk.
No, me maldigo a mi por sentir esta atracción si es que así se le puede llamar.

Ayer, o hace unas horas.
Ese olor, ese sentimiento.
Se estaba tocando a sí misma.

Debo dejar de pensar en todo esto, no es bueno para mi entrepierna.
Duele.

Abro la puerta de la cámara de control y encuentro a Bulma durmiendo en la silla con una lata de soda en la mano y en suelo también con basura.

—¿Cuándo piensas limpiar esto mujer? —La despierto.

—Ah, Vegeta-kun —Sonríe— Justo a ti te estaba buscando ¿puedes traerme otra soda?

¿Quién cree que soy?
¿Su mascota?

—Mejor fíjate en el camino, no quiero morir sin antes asesinar a ese maldito saiyajin con mis propias manos.

—Relájate, no vamos a estrellarnos, soy la mejor —Guiña el ojo— Y hablando de ese gusano como le dices, ¿otra vez está entrenando con Milk?

Asiento de mala manera.
Se lleva la mano a la barbilla. Pensando.

—Mmh, me sorprende que ella haya logrado ese tipo de vínculo con él, es extraño, digo, no es propio de su personalidad.

Por alguna razón su comentario me enoja.

—Limpia esto mujer, con esta mugre ni lo pareces.

Me dispongo a salir pero escucho un lamento agudo de su parte.

—Ay, oie Vegeta... ¿Cuándo lo volvemos a hacer? —Me detengo y la miro— Desde aquí veo que tienes ganas —Frunzo el ceño, es una vulgar— Y yo también tengo ganas, ya lleva tiempo desde la última vez.

No estoy de humor.
Salgo sin responderle.

Kakarotto

—¿No te dije que trajeras otra ropa? —Digo al momento que señalo su kimono.

Se sonroja. Baja la mirada.

—Es... Es que sí la-la...

—Ahórrate explicaciones y mejor lárgate.

Doy media vuelta y me alejo de ella, sólo pierdo mi tiempo.

—Kakarotto —Me llama con voz apenas audible.

¿Ahora qué quiere?

Vaya, vaya...
Cada día me sorprende más esta mujer.

Ha dejado caer el largo atuendo que llevaba, debajo de ello traía una especie de armadura.
Pero joder, se ve deliciosa así.
Es de dos piezas, le cubren apenas los pechos y entre sus piernas.

Sería diferente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora