«Capítulo 23»

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Vegeta

Abro los ojos y parpadeo, el viento sacude mi cabello.
Me acostumbro a la tenue luz y veo el rostro del bicho verde.

Me acomodo en el suelo, no siento mis heridas, supongo que la semilla ya hizo efecto. El cielo está oscuro, miro hacia un lado, de ahí proviene un gran brillo, parece que invocaron a Shenglong, he aquí la razón porla que Piccolo está frente a mí.
Ginyu se apoderó de mi cuerpo mientras hería el suyo, Piccolo no tuvo piedad con mi cuerpo y acabé malherido. 
En el último cambio que hizo acabó en el cuerpo de una rana.

—Vegeta —Me llama.

No le presto atención.

Me concentro en el ki de Milk y en el de Bulma. Bulma parece estar bien, como siempre su energía no sufre cambio, pero el de Milk se eleva, es el mismo cuando está enojada.
Algo ha pasado.

No siento el ki de Kakarotto. Está extinto.
Dejé de sentirlo cuando apareció Piccolo, estoy seguro de que Milk lo sabe, se ha devastado por ello.
Freezer lo asesinó mientras luchaban, me voy por unos minutos y esto pasa.

—¿Cuántas semillas quedan? —Le pregunto a Piccolo después de un tiempo.

—Dos —Dice.

Maldita sea Karin, nunca tienes suficientes.
La tierra tiembla ante la energía de Freezer, si no hago algo ahora irá por las mujeres. Las asesinará a cambio de su deseo con las esferas.
Y no puedo dejar que Milk muera, ni ella ni Bulma.

Me levanto del suelo, Piccolo me sostiene la espalda.
Sonrío de lado. Mi enemigo dejó de tener esa maldad, tal vez no volvamos a luchar de nuevo por la venganza, he sido orgulloso para notar su ayuda. Creí que nunca necesitaría de nadie, me equivoqué.

—Ve por ellas, diles que pidan los últimos dos deseos —Ordeno.

—¿Irás a pelear? —Asiento— Déjame ir contigo —Dice.

—No. Protégelas a ellas. Yo ya sé que haré.

Me pongo de pie y me entrega la pequeña bolsa con las últimas dos semillas. Espero a que se marche para emprender el vuelo. Me alzo lo más que puedo y desde donde estoy observo a Milk, está de rodillas, sujetándose la cara, Bulma tiene una mano sobre ella. Estúpido Kakarotto.

Me dirijo hasta Freezer y lo encuentro de pie frente al cuerpo de Kakarotto. Es más grande y más feo, ahora entiendo por qué perdió el saiyajin. No me explico por qué sus movimientos no fueron más lentos con ese tamaño.

Desciendo frente a él, gira y me mira. Con su horrible cara.

—Ah, príncipe, justo a ti te estaba esperando. Pensaba ir de una vez por las esferas pero antes tengo que encargarme de ti.

Pienso en negarle el hecho de que me llame príncipe pero ya no.
No puedo negar lo que soy, lo que fui desde un principio.

Llegué a La Tierra recién nacido, fui criado por un anciano cuyos esfuerzos nunca valoré, peleé buscando hacerme más fuerte y me sacrifiqué aquella vez contra la Patrulla Roja, conocí a Kaio y fui arrogante aunque me enseñó grandes técnicas. Usé a Bulma en un principio y a Milk le hice daño sin darme cuenta. Pese a todo esto jamás se apartaron de mi lado.
Intenté asesinar a Piccolo sin piedad y ahora él fue quien me ayudó. Qué irónica es la vida.

Soy así sin una causa, canalizando mi ira en mi egoísmo, sólo para superarme a mí mismo.

Observo a Kakarotto, comienza a levantarse entre la tierra. Freezer se colma la paciencia. Milk ya pidió el segundo deseo.

Este saiyajin me enseñó lo que realmente significa pelear por una causa. Es un infeliz desgraciado que robó el cuerpo y el corazón de la princesa de Fri-pan con simplemente hacer nada.
Vio su planeta entero explotar, su vida ahí y su única meta no le es posible. Por qué yo seré el que derrote a Freezer.

Y lo haré porque ya no puedo negar quién soy.
Soy un saiyajin criado en La Tierra. La lucha y la ira se corren por mis venas, y usaré eso para lo único que hecho inconsientemente, proteger a quienes me apoyan.

No dejaré que después de Vejīta, el siguiente objetivo sea La Tierra. Porque soy demasiado orgulloso para admitirlo pero amo a Bulma, la amo, amo a Milk, tanto que nunca podría hacerle más daño. Tanto que me daré por satisfecho con verla con alguien más, sólo tenía que asegurarme que Kakarotto no sea simplemente un idiota como pensé en un principio.

—Kakarotto —Hablo una vez que noto que se levantó. Está desconcertado, no dudo que haya conocido a Enma-daio. Dirige su vista hacia mí y frunce el ceño, le enoja que lo haya salvado— Te haré una única pregunta y quiero que la respondas, gusano.

Se cruza de brazos y escucho su risa. Hacemos de lado a Freezer, pero no quito lo posición de batalla.

—¿De qué se trata, Vegeta?

—¿Por qué dejaste que me acostara con Milk esa noche?

Su sonrisa se desvanece y baja las manos. La vista también.
Le exijo que responda. Se queda callado.

—Por que la mujer quería —Dice al fin.

Bingo.

Lo observo por sobre el hombro y comienzo a reír.

Desde la vez que me la ofreció supe sus intenciones. En esos momentos ambos teníamos la misma fuerza, decir que era más débil que yo...
Fue una estupidez.

—Pues, idiota. Debes saber que entre ella y yo no hubo nada esa noche.

Abre los ojos. Sorprendido.
Duda sobre si lo que digo es cierto, pero no me tiene que creer a mí.
Cierra los puños.

—Si te preguntas por sobre su olor. No te preocupes, yo también sentí ese cambio en ella —Solo me mira, escucha con atención— Pero si te pones detenidamente a examinar, no es mi olor el que ella tiene.

Lo que siento por ella es tan fuerte que esa noche no pude hacerle el amor como deseaba. Me moría, me muero por hacerla gemir mi nombre pero esa vez no pude, ni siquiera pienso hacerlo algún día.
Por qué cada quien ya eligió, cada quien ya obtuvo lo suyo.

Kakarotto sigue sin creer, no dice nada y se me queda mirando.
Y por eso debo asegurar la vida de Milk.
Su vida y la que carga en su vientre.
El hijo de Kakarotto.

Creí que era menos estúpido para notarlo. Así es, Milk está embarazada. Desde esa noche que entré a su recámara lo supe, ella no lo sabe. No se lo dije.

—Escucha, Kakarotto. Quizá tú hayas ganado esa batalla. Admito mi derrota ante ti. Pero debes saber que no dejaré que me ganes de nuevo. Seré y soy más fuerte que tú. ¡Y yo soy el que derrotará a Freezer!

Cierro los puños y todo se desvanece.
El calor sube desde mis piernas a mi cabeza, la ira me llena por completo. Siento la energía en mi cuerpo. Algo que jamás había sentido antes.
Mi cabello se vuelve de otro color, el poder incrementa a cada segundo. Noto a Freezer asustado, esto es a lo que temía.
A eso vinieron a buscarme. Ese soy yo. El que cumpliría la leyenda que haría temblar a Freezer. Yo soy el super saiyajin.

Mi nombre es Son Vegeta.
Príncipe de una raza extinta, el protector de La Tierra.

Y la muerte de Freezer estará en mis manos.



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