«Capítulo 4»

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Vegeta

—¿Te sorprende la cola, Vegeta?  —El de cabellera larga sujeta su cola, la mueve de un lado a otro mientras ríe entre dientes— ¿Y qué le sucedió a la tuya?

Aprieto los puños y la quijada. Necesito saber quiénes son estos tipos y qué hacen aquí, por otra parte, un cosquilleo recorre mi cuerpo ¿Qué tan fuertes pueden llegar a ser? Llevo tiempo sin una buena batalla.

—Debemos irnos Raditz, olvídalo —Exclama el otro— El rastreador indica un nivel apenas de mil, una miseria incluso para nosotros. Daremos la misión por fracasada y acabaremos con este empalagoso planeta.

—¡Estoy presente insecto, no juzgues mi potencial que ahora mismo puedo romperte tu presumido rostro!

—Cálmate Kakarotto, no debemos precipitarnos —Voltea hacia mi— Si puede contra nosotros quizá tenga oportunidad contra Freezer. 

Cada una de sus palabras sólo logra irritarme más de lo que ya estoy. Miro hacia abajo, tanto Bulma como Milk reflejan pánico en sus ojos. Tks, estas personas no saben en qué se han metido.

Milk

Vegeta se coloca en posición de pelea.
Parece que hacen un trato, ellos le dirán quiénes son y a qué han venido si Vegeta logra resistirles la pelea, de lo contrario, acabaran con la Tierra incluyéndolo a él. Al escuchar esto dirijo la mirada hacia Piccolo.

Me mira casi diciendo que todo está bajo control, ojalá y así sea.

El que peleará es el de cabello largo, Raditz.

Todos observamos hacia arriba, dispuestos a no perder de vista ni un sólo detalle.

—Milk, amiga, dime que todo estará bien —Bulma se cuelga de uno de mis brazos. La miro a ver, ni siquiera tiene los ojos en mí, los tiene sobre el otro sujeto, Kakarotto, que se encuentra sobre una pequeña colina, esperando igualmente que la batalla inicie.

No entiendo cómo Bulma puede ser tan... Ella. Aunque no lo negaré, Kakarotto es atractivo.
Casi tanto como Vegeta.

—Estaremos bien —Le respondo por fin.

Apenas termino de hablar y el polvo a nuestro alrededor se levanta. Los primeros golpes acaban de empezar.

***

—¡Vegeta! —Corro intentando llegar a él.

Se encuentra en el suelo con el ceño fruncido, intentado quitarse al tal Raditz de su espalda.

Esto ha ido demasiado lejos, Vegeta nunca antes había estado tan herido como lo está ahora, ni siquiera cuando peleó contra Piccolo Daimaō.

—Apártate mujer —Kakarotto se interpone en mi camino. Impidiendo así, que llegue hasta Vegeta, quería darle una semilla senzu.

—¡Tú no me dices qué hacer! —Grito y empujo su pecho. No lo muevo ni un poco.

—No sabes cómo me ponen las agresivas —Coloca un brazo en mis hombros, evita que siga avanzando. 

—¡Lo van a matar! —Lo vuelvo a empujar.

—¡Milk! —Escucho a Piccolo llamarme desde lejos, volteo hacia él. Niega con la cabeza.

Sería diferente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora