«Capítulo 9»

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Vegeta

La sangre hirviendo sube por todo mi cuerpo, desde los dedos de mis pies hasta mis mejillas. Hirviendo de ira, frustración e impotencia al ver a Kakarotto acorralando a Milk, sumergiendo su cara en el cuello de ella para lamer en donde le dejó "la marca", él sabe que estoy aquí, sabe que lo que siento por Milk es confuso y goza hacerme ver que ya es suya.

Sigo sin comprender cómo ella pudo prestarse a eso e incluso ofrecerse a ir con él al espacio.

Ignoro lo que pasa en la mente de las mujeres.

Milk

—No te preocupes, padre —Me sostiene de las manos- Regresaré después de acabar con mi entrenamiento personal, sabes que superarme siempre ha sido mi meta —Le digo con una sonrisa.

—Lo sé, hija, pero me es inevitable —Lanza un largo suspiro— Solo recuerda regresar junto a tu anciano padre —Bromea.

Reímos. Me abraza y dice que jamás debo olvidar mis deberes reales ni mi procedencia en el reino.

Salgo de su alcoba y me sostengo el rostro.
Siento una opresión en el pecho, me duele mentirle.

Pero la decepción que vería en mi padre dolería aun más si se entera de lo que hice ayer. Las leyes reales dictan que debo llegar pura al matrimonio y en caso contrario desposar al...
El caso es que no puedo casarme con alguien que no amo y mucho menos quiero reinar así.

No pienso regresar pronto. No sé que será de mi una vez que Kakarotto regrese a su planeta pero de lo que sí estoy segura es de que me alejaré lo más que pueda de mi destino aquí, si es que tengo uno.

Siento el ki de Kakarotto desde el umbral de la puerta de mi habitación mientras empaco algunas ropas que llevaré.

—Creí que te arrepentirías de ir debido al viejo, te subestimé —Exclama de nuevo con ese tono burlón que tanto odio.

—Dije que iría, te necesito y tú me necesitas —Lo miro por el rabillo del ojo.

No se molesta en disimular mientras acomoda su miembro en su pantalón. Está excitado. Devuelvo la vista a mi mochila.

En cuestión de segundos se encuentra detrás de mi, coloca sus manos en mi abdomen.

Genial, ahora tendrá con qué o mejor dicho con quién distraerse en este tiempo.

—Ka-Kakarotto —Me resulta difícil respirar cuando mueve sus manos por mi cuerpo de esa forma— Ahora, es-está mi padre.

Se separa no sin antes morder de nuevo donde lo hizo ayer y hace unas horas, me estremezco, pareciera que me asesinará.

Dos meses encerrados en una nave, no será tan malo, o eso creo.
A fin de cuentas hicimos un trato, y todo estará bien mientras no sienta nada, ¿no?

***

—¡Milk! —Llama Krillin desde mi izquierda.

Vuelo junto con Kakarotto en dirección a la Corporación Cápsula.
Después de la dura despedida de mi padre mirar atrás me resultó complicado, no había notado que Piccolo y Krillin nos venían siguiendo desde hace unos kilómetros. No quería que viniesen.

Sería diferente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora