«Capítulo 1»

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Vegeta

—¡Son!

Escucho a la vulgar gritar desde la pantalla de la habitación de gravedad. Un invento fallido de su padre que sin embargo, es un lugar estupendo para entrenar.

Detengo los golpes que lanzaba al aire y giro mi vista hacia la pantalla.

—¿Qué quieres mujer?  —Pregunto mientras hundo mi cara en una toalla secando mi sudor

—Quiero que te bañes ya, te dije que vendrán invitados y no quiero que estés causando desatres en la noche

—¡No me das órdenes mujer vulgar!

Tengo una buena razón para ese apodo que le he dado. Está usando un vestido rojo que no deja nada a la imaginación, le llega una mano sobre las rodillas y sobresalen esas dos esferas que tiene en su pecho ¿Piensa recibir así a sus "invitados"?

—¿¡Cómo que vulgar?!! ¿Qué tu abuelo no te enseñó a respetar a las mujeres?

Odio que mencione al abuelo.

—¡Desde luego que me enseñó a respetar a las mujeres! Pero también me enseñó que las mujeres vulgares no se dan a respetar —Me cruzo de brazos

Noto su ceja izquierda hacer un pequeño "tic". Está enojada. Sonrío.

Salgo del baño secándome el cabello con una toalla. He terminado por hacer lo que ella quería.

Me visto con una camisa y un pantalón con el logotipo de CC. Coloco mis muñequeras azules y salgo al patio trasero.

La casa se llenó de gente.

Música alta y murmullos por todas partes, es realmente irritante.

Dejo el vaso de refresco que tengo en mano sobre una piedra y emprendo el vuelo antes de que la mujer se de cuenta.

Desde que buscamos las esferas del dragón no ha habido nada más que hacer. No han aparecido nuevos enemigos a excepción del hijo de Piccolo que me ha prometido cobrar venganza.

A pesar de que el mundo por ahora está en paz.

Algo no está bien, siento un enorme vacío. Necesito alguien con quién pelear, nuevas aventuras.

Siento que me falta algo.

Milk

Las aventuras acabaron hace tiempo, sin más enemigos qué enfrentar y la paz gobierna en nuestro mundo.

Elevo la mirada a hacia las estrellas desde mi balcón, hoy es noche de luna llena. Mi cabello húmedo cae sobre mis hombros, acabo de darme una ducha pues toda la tarde estuve entrenando.

Mi padre trajo en la mañana a un príncipe de las Islas del Oeste. Sigue intentando que alguien tome mi mano.

Se hace viejo y necesita herederos y verme felizmente casada, yo también quisiera eso. Pero nadie se muestra interesado. Tampoco es que me moleste la idea de gobernar sola. 

No he dormido bien estas últimas noches. No logro conciliar el sueño pese a que me mantengo entretenida en las mañanas. Creo que no soy la única.

Sería diferente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora