«Capítulo 2»

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M

Cada centímetro de mi ser se estremece.
Los latidos de mi corazón aumentan.
Mis manos no buscan donde posarse.
Mis labios están rígidos.

Soñé tanto este momento desde que era un niña. Tanto así que nunca di mi primer beso hasta ahora, se lo guardé a él.
¿Esto significa que siente lo que siento por él?
¿Significa que también me ama?
En el palacio te enseñan cientos de maneras de comportarse.

Nunca te enseñan qué hacer ante esto.

Siento sus manos en mi cintura, cierro los ojos intentando imitar sus acciones. ¡Por Kami esto es delicioso!
Coloco mis manos en su cuello, enreda sus dedos en mi cabello. 

Me empuja.
Me recuesta en la cama, él queda encima.
¿Acaso lo que hago es incorrecto?

Respirar se me dificulta, pero ahora sólo necesito su aire.
Desliza sus manos por mis piernas. Sintiendo cómo la piel se me eriza ante su ardiente tacto. 

¡Milk detenlo!
No sé si estoy lista para algo más.
Pero el problema es que no puedo, no quiero hacerlo. No quiero detenerlo.

Muerde mis labios. Abro la boca como una reacción, su lengua roza la mía, quiere una batalla. Nunca he perdido una pelea -excepto la vez que fue contra él- no pienso perder esta. Le doy pelea, nos separamos por un segundo para inhalar aire a nuestros pulmones, volvemos a besarnos. 

Baja hacia mi cuello sin despegarse un milímetro siquiera, su cálida respiración me hace cosquillear, una corriente recorre hasta los dedos de mis pies.
Aprieto su camisa con fuerza, por primera vez en mi vida gimo ante el tacto de un hombre. De Vegeta.

Noto cómo sonríe en la tenue luz. Sus manos suben hasta el delgado tirante de mi camisón, comienza a deslizarlo por mi hombro izquierdo. Ruego porque a mi padre no se le ocurra acercarse a mi habitación.

Vegeta se detiene.

Me mira a los ojos con un sentimiento que no logro apreciar. Se aparta de mí y se sienta en el filo de la cama.

Imito su acción. Acomodo mi ropa e intento lo mismo con mi cabello. Mi respiración poco a poco se normaliza. Se levanta y camina hacia el balcón de nuevo, lo miro por sobre el hombro.

—Olvida que todo esto sucedió —Cruza los brazos y mira hacia la luna— ¿De acuerdo?  —Pregunta al ver que no optiene respuesta de mi parte

Con todo esto que acabo de pasar me será difícil olvidar. Titubeo y respondo.

—De acuerdo...

Parece satisfecho, ladea la cabeza y emprende el vuelo hacia el Oeste.

Me recuesto en la cama después de golpear las almohadas. Hundo el rostro entre las manos. 

Estúpida.

V

¡Mierda!

Qué es lo que estuve a punto de hacer con Milk. Maldita sea la luna llena. 
Maldigo a quien me cortó la cola, desgraciadamente, éste es Kamisama.

Si tan sólo la tuviera esto no me pasaría. Bastaría con mirar la luna y convertirme para que de nuevo me la cortaran y dormir como me pasaba cuando era niño.
Pero no...

Tengo que lidiar con estos estúpidos impulsos. No sucede con cualquiera, sólo sucede con estas dos mujeres.

Milk.
De tan sólo pensar en ella hace que... que...
Ni yo lo sé.

Cómo desearía estar con ella. Haberla hecho mía esta misma noche, en su cama, en su castillo. A ella no parecía afectarle, podía sentirlo, quería lo mismo que yo. 

Pero no puedo hacerle eso a ella.
Maldigo a quien me enseñó sobre la realeza, una princesa no puede perder su honor. No antes del matrimonio, y no puedo casarme con ella. 

Recuerdo alguna vez decirle que me casaría con ella, una época cuando éramos niños. Al parecer ella lo olvidó, me alegro de que no lo haya recordado. No es que no quiera, es que no puedo, mi vida está destinada a pelear y defender el mundo, ella quiere a alguien que se quede a su lado todo el tiempo. No puedo darle eso, y conozco mis límites.

***

—Vegeta, has estado raro desde que llegaste anoche, te perdiste de la fiesta —Dice Bulma después de pararse frente a mi con los brazos cruzados y una mirada realmente extraña

—No estoy de buen humor —Digo al momento que me hundo más en el sofá de su sala, desde anoche no dejo de pensar en lo que sucedió con Milk

Se acerca a mi sin apartar sus ojos azules de los míos, coloca su dedo índice en mi mejilla. Maldita sea, que no se le ocurra.

—Sé cómo animarte —Se sienta a horcajadas en mi regazo

Rodea mi espalda con sus brazos. Mueve sus caderas, danzando, logrando que algo se despierte en mis pantalones. 

—Vamos Vegeta... —Susurra en mi oreja, deslizando su lengua.

Por instinto la tomo por las caderas, la muevo sobre mí mordiendo mi labio. Maldita mujer vulgar.

—No Bulma —La alejo y me pongo de pie

—Eres un aguafiestas Vegeta —Hace un berrinche— No dijiste eso la última vez

—Fue un error que nunca debí cometer, debí respetarte

Pero realmente es difícil respetar a alguien como ella, la forma en la que se viste, la manera en la que se comporta.

Esa noche había luna llena, ella lloraba después de haber discutido con Yamcha, el mismo que nos "ayudó" a buscar las esferas del dragón, aunque en realidad sólo fue un estorbo. Mis instintos la hicieron ir a buscarla, nada pudo deternernos y cometí un error del que no me arrepentí al momento.

—¡Te refieres a que después de haberme usado....!  —La callo poniendo mi mano en su boca

—Calla mujer, hay algo malo aquí....

Siento una energía maligna acercarse....
No... Son dos. Dos Kis negativos.

Bendito seas kamisama, al fin una pelea.







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