En cuanto Brus se hubo marchado, Alexia fue derecha al despacho de su hermano.
Nicolas ostentaba el prestigioso cargo de director general de Helados Montero.-Quiero que despidas a Brus Dolton-le espetó nada más entrar.
Nicolas, que estaba sentado tras su escritorio, estiró sus anchos hombros y la miró como el poderoso hombre de negocios que era.
-¿Por qué?
«Porque he soñado con él», deseaba decirle. «Porque ha invadido mi cama y mi cabeza».
-Porque le va a causar a esta empresa más daño que beneficio.
-¿Cómo es eso?
-Está pensando en inventarse un gran escándalo para despistar a la prensa.
-A eso es a lo que se dedica, Ale. Es asesor, y además, de los mejores. Él
confía en sus instintos.-¿Y qué pasa con mis instintos?
-Tú eres una mujer inteligente y muy capaz, pero él es un experto en esta
materia.Alexia se sentó frente a su hermano y agarró una goma de borrar de su
escritorio, deseando poder lanzársela. Él era ocho años mayor, y siempre la
había tratado como a una niña. Solía llamarla «pelo de espagueti» porque se le escapaban los rizos de la coleta como espirales de pasta.Alexia miró a Nicolas y se pasó la mano por el cabello. Ahora, ella se alisaba el pelo en una peluquería de renombre.
-O sea, que te pones del lado de Brus.
-¿De su lado? -preguntó Nicolas inclinándose hacia delante para mirarla mejor—. No estarás convirtiendo esto en una guerra de sexos, ¿verdad?
Alexia pensó en la manzana, la fruta prohibida que le había arrojado a Brus aquella tarde.
-Está todo el tiempo mandándome.
-Seguramente porque le cuestionas cada paso que da. Tienes que domar
tu carácter, Alexia.Ella apretó la goma de borrar entre los dedos, y deseó tener el coraje suficiente para lanzarla.
-Hemos contratado a Brus como consultor -continuó Nicolas-. La idea es que ambos trabajen juntos.
-Estupendo.
Alexia tenía claro que aquello no iba a ninguna parte. Se puso en pie y exhaló un suspiro de frustración. La lluvia seguía golpeando los cristales, recordándole que Brus también era capaz de controlar el clima.
¿Conseguiría alguna vez arrancarse de la cabeza la imagen de aquel cuerpo fuerte y húmedo?
-Y no vayas a irle con este cuento a papá -le advirtió Nicolas.
-No pensaba hacerlo -respondió ella, tratando de parecer más adulta de lo
que se sentía-. Si tengo que trabajar con Brus, lo haré, pero no dejaré que se lleve todo el mérito. Quiero que lo sepas.-Has hablado como una mujer inteligente -aseguró su hermano con una mueca-. Te quiero, pelo de espagueti.
Alexia se detuvo en la puerta y sonrió.
Ella también quería a Nicolas
Montenegro, aunque su hermano mayor fuera un sabelotodo.Horas más tarde, Alexia conducía camino de su casa con los parabrisas del coche bailando al ritmo de la lluvia. Vivía en una casa de piedra reformada. Era una construcción que pertenecía a su familia, y la compartía con dos de sus hermanas. Cada una tenía su propio apartamento, pero se reunían
con frecuencia en el salón común del primer piso para sentarse con un cuenco de palomitas a charlar.
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Mi Deseable Rival (+ 18)
RomansaElla la empresaria del inperio de hielo y el su deseable rival. una intensa atracción los.unia mas alla del acuerdo laboral que sus padres le impusieron. El tono de voz de aquel hombre eriza su piel y le hace perder los sentidos. espero que les agra...