Dos días más tarde, Alexia entró por la puerta del impresionante edificio que albergaba la empresa Dolton Marketing, una agencia global de publicidad, relaciones públicas y marketing.
Brus la había llamado por la mañana, solicitando una reunión. Alexia había
tratado de convencerlo para que acudiera él a su despacho, pero se había negado. Por alguna inexplicable razón, quería que ella se acercara a sus dominios.
Alexia sospechaba que él había ideado el escándalo y pretendía hacerle algún tipo de presentación del mismo.Llamó al botón del ascensor principal y, una vez dentro, pulsó la tecla
correspondiente y dejó escapar un suspiro nervioso. No se sentía cómoda volviendo a ver a Brus, especialmente después de aquella cena «de trabajo» tan extraña.Se habían pasado media noche mirándose fijamente el uno al otro como dos adolescentes ávidos de sexo en su primera cita. Alexia había odiado cada minuto de aquel sentimiento de arrobo, y había tratado de luchar contra él durante toda la cena. Pero la comida se fundía en su boca como un no deseado afrodisíaco, y Brus no había dejado de sonreírle ni de bromear con ella con aquella manera suya tan particular, lo que había servido únicamente para ponerla más nerviosa.
El ascensor se detuvo en el sexto piso, y Alexia se bajó, tratando de contenerla ansiedad. Se estiró la chaqueta y se dijo a sí misma que tenía que relajarse. No pensaba permitir que Brus la mirara del mismo modo que lo había hecho en el restaurante. Aquel día se había puesto un traje de chaqueta marrón, jersey de cuello vuelto y botas clásicas. Sin contar con la cara y las manos, llevaba todo el cuerpo cubierto. Era imposible que aquel atuendo lo excitara.
Dispuesta a librar batalla, Alexia entró en la oficina, y se quedó parada observando la inmensa área de recepción. Había antigüedades de todos los rincones del mundo, mezcladas con obras de arte moderno. Ella supo al instante que Brus había trabajado codo a codo con el decorador.
-¿Es usted Alexia Montenegro? -le preguntó una joven elegante acercándose con la mano extendida
-. Soy Laura Barone, la asistente de Brus.-Encantada de conocerla.
Cuando Alexia se dio la vuelta para saludar a la joven vio a Brus. Había
aparecido de la nada, y estaba apoyado en el marco de la puerta de su despacho con la cabeza levemente ladeada.-Está aquí la señorita Montenegro -anunció Laura.
-Ya lo veo.
Brus deslizó la mirada sobre el cuerpo cuidadosamente cubierto de Alexia, y
ella se sintió de pronto tan desnuda como una estatua. E igual de vulnerable.-¿Estás lista? -preguntó él.
¿Para entrar en la guarida privada del lobo? No, no estaba en absoluto
preparada.-Por supuesto.
-Bien.
Brus la acompañó por un pequeño pasillo bien iluminado hasta su despacho.
Le ofreció asiento en una zona elegante y sin embargo confortable. No había escatimado recursos para decorar sus dominios, y Alexia sospechó que su familia sería tan rica como la suya propia. Pero allí acababan sus similitudes.
Brus era hijo único. El príncipe, el heredero del trono Dolton. Por su
parte, Alexia luchaba contra su posición de hija mediana, aquella a la que los padres casi no veían, aquella que tenía que trabajar el doble para que se fijaran en ella.
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Mi Deseable Rival (+ 18)
RomanceElla la empresaria del inperio de hielo y el su deseable rival. una intensa atracción los.unia mas alla del acuerdo laboral que sus padres le impusieron. El tono de voz de aquel hombre eriza su piel y le hace perder los sentidos. espero que les agra...