Alexia lo estaba volviendo loco.
El cabello, el vestido, aquel escote del que no podía apartar la vista... Y si se acercaba algún tipo más para bailar con ella, Brus tendría que darle una patada en el trasero.Nadie, pero nadie, se acercaba a su chica.
De acuerdo, tal vez Alexia no le pertenecía exactamente, pero habían
aparecido juntos en las revistas del corazón, que habían hablando ya su romance, aunque las fotografías eróticas no habían hecho todavía su aparición.Ante los ojos del mundo, Alexia Montenegro era suya.
Ella se sentó frente a él en la mesa y le dio un sorbo a su bebida.
Había empezando tomando una piña colada, luego se había pasado a los mojitos y ahora estaba con la margarita.-No deberías mezclar la bebida, Alexia.
-Esta noche estoy experimentando.
«Sí, con mis hormonas», pensó Brus.
-Ya estás medio borracha.
-Se supone que estamos de fiesta, montando un escándalo, ¿no?
-preguntó ella sacudiendo su melena de rizos.«He creado un monstruo», pensó Brus.
«Un monstruo alto, esbelto y con tacones».-Tal vez deberías comer algo -dijo arrimando un plato hacia ella.
Alexia dejó la copa sobre la mesa y agarró uno de los canapés. Después de probarlo, compuso una mueca de sorpresa.
-Pica —dijo comprobando que el canapé tenía salsa de chile jalapeño.
Alexia le dio otro pequeño mordisco y se puso de pie.
-¿Qué vas a hacer? -preguntó Brus.
-Voy a demostrarte cómo quema.
En un periquete, Alexia se colocó delante de él, se sentó entre sus piernas y le echó los brazos al cuello.
Brus sintió que se quedaba sin aire en los pulmones. Se le congeló la sangre. Los músculos de su estómago se encogieron.
Ella le recorrió los labios con la lengua, convirtiendo el cuerpo de Brus en un puro escalofrío de placer.
-¿Vas a besarme o no? -preguntó él, maldiciendo su debilidad, el deseo
desesperado que sentía por ella.Alexia le acarició la boca suavemente con los labios. Brus suponía que la
mitad de la discoteca los estaría mirando, y aquello lo excitaba aún más. Quería que todo el mundo supiera que la princesa de hielo era su chica.-Primero tienes que contarme tu fantasía más íntima -dijo ella.
Brus contuvo la respiración. ¿Sería así de provocativa en la cama?
-Tengo una relacionada con la miel.
-¿Y qué más? -insistió ella clavándole la mirada.
-Mujeres con faldas corta -respondió Brus acariciándole la cintura, y luego las caderas, perdiéndose en sus curvas-. Sin braguitas.
-¿Quieres que me quite las braguitas para ti, Brus?
Oh, sí. Claro que quería.
-¿Aquí mismo? ¿Ahora?
-Sólo si tú te desabrochas los pantalones para mí -le susurró Alexia inclinándose para mordisquearle el lóbulo de la oreja.
Aquello era una locura.
La atracción que sentían el uno por el otro era algo increíble, algo que iba más allá de lo normal. Funcionaban muy bien juntos.Rematadamente bien.
Alexia lo besó por fin, colocando la boca sobre la suya y absorbiendo su lengua con rabia. Él la succionó a su vez, una y otra vez. Sabía a tequila, a ron y a jalapeños.
-Quema, ¿verdad? -preguntó Alexia retirándose.
«Como el mismo infierno», pensó Brus.
-¿Podrías ponerte otra vez de rodillas para mí, Alexia?
-¿Aquí? ¿Ahora? -preguntó ella alzando las cejas.
No. Cuando estuvieran solos. Cuando no mirara la gente. Cuando pudiera
tenerla sólo para él.Sorprendido por un miedo súbito, Brus la miró a los ojos. Que el cielo lo ayudara: la quería sólo para él. Pero no solamente por sexo.
De pronto, necesitaba algo más profundo, algo trascendente.Y eso le daba mucho miedo.
Alexia no sólo le despertaba la libido, sino que apelaba a su necesidad de
sentirse seguro emocionalmente.-Esto es muy divertido -dijo Alexia con una sonrisa seductora.
-¿El qué? ¿Enrollarse en público? -preguntó él atrayéndola más hacia sí.
-No. Torturarte.
Maldita sea. Brus tenía que haberlo supuesto. Aquella bruja sólo quería
hacerle sufrir. Había convertido su mutua atracción en un juego sin corazón.Tal vez Alexia sólo tenía hielo en las venas.
-Creo que voy a tomarme otra copa -dijo ella levantándose.
Muy bien. La dejaría emborracharse.
¿Qué más le daba a él?Aquel falso romance terminaría pronto, y Brus se buscaría entonces una mujer para reemplazarla. Alguien sincero. Alguien cálido. Alguien que consiguiera arrancarle a Alexia Montenegro de la cabeza.
Se que es corto, crei iba a tener mas tiempo pero me equivoque...
Asique aca les dejo para que se quemen 😘
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Mi Deseable Rival (+ 18)
Roman d'amourElla la empresaria del inperio de hielo y el su deseable rival. una intensa atracción los.unia mas alla del acuerdo laboral que sus padres le impusieron. El tono de voz de aquel hombre eriza su piel y le hace perder los sentidos. espero que les agra...