Al día siguiente por la noche, Alexia estaba sacando sus cosas de baño en
casa de Brus. Habían acordado por teléfono que ella pasaría allí el resto de la semana. Eso era todo el tiempo que les quedaba. El sábado por la noche, en la fiesta que la familia de Brus celebraba todos los años, acabaría su romance.El baño principal tenía un lavabo con espacio de sobra para dos personas, pero Alexia no pudo resistir la tentación de colocar sus cremas y sus cosméticos cerca de la espuma de afeitar de Brus. Tener sus cosas personales juntas daba la impresión de que estaban casados.
¿Casados?
Alexia observó su reflejo en el espejo.
¿Estaba loca? ¿Cómo se le ocurría
fantasear sobre la posibilidad de estar casada con Brus?
Él la había invitado a quedarse unos días, pero eso no significaba ningún compromiso.Brus entró en el baño y Alexia se sonrojó, como si temiera que hubiera adivinado sus pensamientos.
-¿Te falta mucho? -preguntó él.
Alexia no se dio la vuelta. Podía ver a Brus a través del espejo de pie detrás de ella.
-No.
-Mira, tenemos el mismo cepillo de dientes -comentó él agarrando el cepillo eléctrico que Alexia había llevado.
-Lo tiene mucha gente igual —respondió ella, recordándose a sí misma que Brus la había invitado a quedarse por sexo y nada más.
-Supongo que sí -dijo Brus rodeándola con sus brazos-. He encendido la chimenea abajo. ¿Por qué no vienes y te tomas una taza de chocolate caliente conmigo?
Alexia cruzó la mirada con él a través del espejo. Podía escuchar el sonido
del viento soplando fuera con fuerza.-¿Alexia?
Ella se recostó sobre Brus. Era tan
fuerte, tan perfecto...-Bajaré dentro de un minuto.
-De acuerdo.
Brus le dio un pellizquito en la mejilla y la dejó a solas con sus pensamientos.
Alexia se lavó la cara con agua fría, en un intento de espabilarse. No tenía sueño, pero estaba sumida en un algún lugar entre el sueño y la realidad.
«Que el cielo me ayude», pensó mientras se secaba con una toalla.Estar allí, quedarse en casa de Brus, era un error. Y sin embargo, quería estar con él, dormir en la misma cama, compartir el mismo baño, fingir que eran una pareja de verdad... aunque supiera que era un imposible.
Estaba planeado que su relación con Brus terminara en menos de una semana.
«Por lo tanto, no te enamores de él», se dijo a sí misma. «No dejes que
suceda».
Alexia bajó entonces por las escaleras y se las arregló para componer una
sonrisa cuando vio a Brus esperándola.Lo ayudó a preparar el chocolate y luego se sentaron en el salón, donde el fuego ardía cálido y brillante. Alexia se acurrucó en un extremo del sofá, y Brus se sentó a su lado.
-Mientras te esperaba, estaba pensando en pedirle a Leon que me pinte ese retrato -dijo él.
-¿Qué retrato? -preguntó Alexia apartando la vista del fuego.
-El nuestro, el que salió en la portada de la revista. He pensado que sería estupendo tenerlo en un cuadro.
-¿Por qué? -preguntó ella parpadeando, muy sorprendida.
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Mi Deseable Rival (+ 18)
RomansaElla la empresaria del inperio de hielo y el su deseable rival. una intensa atracción los.unia mas alla del acuerdo laboral que sus padres le impusieron. El tono de voz de aquel hombre eriza su piel y le hace perder los sentidos. espero que les agra...