Mi Deseable Rival (+ 18)

19: Demasiado Tarde

Aviso importante:
Debido a que no puedo terminar las otras historias y una de ellas se me borro (1/2 Enamorados) 😣
Decidi seguir con esta que ya hace mucho tenía el capitulo escrito.

ADVERTENCIA!! ESTE CAPITULO
TIENE CONTENIDO SEXUAL 😏
DISFRUTENLO

Brus dio un paso atrás y se pasó la mano por el cabello.
Alexia trató de concentrarse en su casa, pero sólo distinguió un conjunto de antigüedades y un laberinto de color.

-Dime que deseas lo mismo que yo, Alexia -susurró Brus mirándola con tal intensidad que ella se quedó sin respiración-. Dime que no soy yo solo.
Alexia sintió un escalofrío.
-Dímelo -suplicó él con la voz entrecortada por el deseo.

-No eres tú solo, Brus. Yo deseo lo que tú deseas.

Lo deseaba desesperadamente. Lo deseaba tanto que le dolía.

-Y ahora, dime que después no importará lo que haya ocurrido -continuó él acercándose más-. Que no lo utilizarás en mí contra.

-Te lo prometo -respondió Alexia, deseando de corazón no implicarse
emocionalmente, no sentir después la necesidad de seguir con él.

Brus acortó la escasa distancia que los separaba y ella cayó en sus brazos.
Él la abrazó en silencio durante un instante, luego se miraron a los ojos y perdieron el control.

Brus le desabrochó de un plumazo la blusa, arrancándole de cuajo los
botones. Ella le sacó la camisa y le bajó la cremallera. Él le desabrochó el sujetador, ella le bajó los pantalones.
Luego, ambos se quitaron los zapatos y estuvieron a punto de caerse por
la premura con que lo hicieron. Y en medio de todo aquello, se las arreglaron para seguir besándose con las bocas enlazadas, las lenguas bailando, los pulmones implorando un soplo de aire.

Cuando Alexia estuvo desnuda, Brus inclinó la cabeza y le saboreó los
pezones, llevándose primero uno y luego otro a la boca, succionándolos,
llenándola de placer con su calor.
Y luego se deslizó hacia abajo. Y más abajo todavía.

Finalmente, Brus se puso de rodillas y la miró. Alexia le devolvió la mirada,
cautivada por su belleza, por el brillo dorado que desprendían sus ojos.
Ella le acarició la mejilla, sintiendo aquel inicio de barba que le confería sombras a su rostro, otorgándole un aire misterioso a cada una de sus oscuras facciones.
Alexia recorrió con un dedo la línea masculina de sus labios. Pero cuando él le mordisqueó el dedo, sintió una repentina sensación de peligro.
Se suponía que aquel no era un romance verdadero. Se suponía que aquello no tenía que ocurrir.

-Demasiado tarde -musitó Brus, como si le hubiera leído el pensamiento.

-Lo sé -respondió ella hundiéndole las manos en el cabello.

Tenía ganas de él. Lo necesitaba con urgencia.

Él introdujo la lengua entre sus piernas y Alexia se excitó. Y se humedeció.
Y se sintió en la gloria.
Brus la tenía sujeta por las caderas, inmovilizada. Pero ella luchó contra la inmovilidad y se revolvió en busca de la boca de su amante.