Draco antes de salir vio de reojo a Harry, sabía que ya no había vuelta atrás, tenía que seguir con el plan, aunque ahora él lo odiara. Salió del castillo, notando el frío de la mañana, el cabello se revolvía por el viento, tras cada paso dejaba una huella por la nieve que se había acumulado durante la noche.
Volteo a ver el castillo sintiendo que sería la última vez que lo vería, tenía ganas de correr y abrasar a Harry, decirle que lo quería... que lo amaba, pero eso sólo empeoraría las cosas, al pensar eso sintió dolor en el pecho.
– ¡TE AMO HARRY POTTER! –al gritarlo sintió como su alma estaba tranquila, aun dolía pero lo que había hecho era por amor, fuera bueno o malo, era por amor. Sus pies no lo sostuvieron más, cayendo de rodillas, sentía que las fuerzas y la voluntad lo abandonaban, cerro sus puños en la nieve. Siempre había pensado que él jamás dejaría que alguien lo viera derrotado, pero Harry había logrado romper la capa de hielo que había en su corazón.
Podía sentir como sus lágrimas recorrían sus mejillas perdiéndose entre la nieve. No sabía cuánto tiempo se había quedado así, hasta que sintió como la marca volvía a escocer, por lo que con su dorso se limpió el resto de lágrimas, se levantó recordando que tenía una misión que cumplir, por última vez volvió a ver el castillo, recordando los momento más felices que había vivido ahí, eso hizo que sonriera, al menos nadie le podría quitar sus recuerdos.
Se dirigió a los límites del colegio observando los cerdos halados, y dándose valor cerró los ojos y desapareció. Reapareció en frente de la mansión que ya había visto antes, pero ahora algo no le agradaba, observo a su alrededor y le extraño que no hubiera nadie vigilando la entrada, siguió caminando con paso firme, entro a la enorme mansión y no había nadie, pero a él eso no le importaba, lo más seguro era que hubieran ido a una misión encargada por el mago oscuro.
Entro a la puerta donde estaría el Lord, pero se sorprendió cuando vio cómo su propio padre le apuntaba con su varita, él saco la suya lo más rápido que pudo pero ya era demasiado tarde
– ¡Desmaius! –escuchó la voz de su padre y el rubio sólo cayo inerte y no supo de nada más.
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Cuando Blaise observo que el rubio salía, fue a las mazmorras, tendría que avisarle a su profesor que Draco ya se había ido. Llego en unos minutos, y sin perder tiempo llamo a la puerta.
–Pase –escucho la voz de su maestro, cuando entro se acercó con paso firme al escritorio, quedando frente al mayor.
– ¿Qué se le ofrece Zabini? –dijo sin levantar la mirada de los pergaminos que calificaba.
–Draco acaba de ir a ver al mago tenebroso.
Al escuchar lo que le decía su alumno, él levantó su rostro viendo que su alumno decía la verdad.
– ¿A qué hora se fue?
–Hace unos minutos –Blaise vio que por unos segundos el rostro de su maestro se preocupó, algo que no le gusto.
–Está bien, puede irse –dijo levantándose y saliendo de su oficina.
Blaise al ver esa reacción supo que jamás debió de haber dejado ir a su amigo...
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Ron estaba acostado en su cama, envuelto en las suaves y calientes sabanas, pero un desagradable ruido hizo que ya no pudiera dormir, abrió los ojos viendo que sus compañeros acomodaban sus cosas para las clases de ese día.
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¿Obligación...?
FanfictionLord Voldemort le ordena una misión a su nuevo mortifago, Draco Malfoy. Podrá cumplir con la misión?, o al final se rendirá ante los encantos de su victima. (Los personajes le pertenecen a JK Rowling)