•Capítulo 1•

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Otro estúpido y aburrido día. Lo bueno es que es viernes y hoy salimos de vacaciones, igual tampoco es que me entusiasme mucho la idea de entrar en vacaciones, me daba exactamente lo mismo. De todos modos no era de salir mucho.

Me levanté con pereza y agarré una toalla para dirigirme al baño y ducharme.

No tenía ganas de ir al instituto, pero según mi madre era "el último día", no debía ser una amargada. No es que fuera una amargada, pero que estrés soportar a los estúpidos de mis compañeros, también a mis amigos.
No me mal interpreten. Los amaba, pero se ponían insoportables a veces.

Salí de la ducha y busqué que ponerme, un short junto a una musculosa suelta, a la mierda.

Agarré mis auriculares, mochila y por último fue a peinar mi mojado cabello.

—¿Emily no vas a desayunar?—Preguntó mi madre desde la cocina, pero negué.

—Llegó tarde, desayuno allá. Adiós te amo.—Salí apurada y corrí al ascensor que parecía cerrar sus puertas.

—¡Esperen!—Corrí y llegué agitada, levanté mi vista y lo vi a mi sexy vecino, digo, al señor Mendes.

—Gracias, señor Mendes. Me salvó de llegar otros tres minutos tarde.—Bromeé y el rió para luego dejarme pasar.

—No hay por que.—presioné el botón que daba a la planta baja y el ascensor cerro sus puertas—¿y como te va en la escuela, Emily?

Oh por dios, el señor Mendes acaba de preguntarme algo ¡acaba de crear una conversación!

cálmate un poco, estúpida.

Miré a mis costados percatándome de que me hablaba a mi y luego me encogí de hombros.

—Bien, supongo. Me tienen que dar las notas finales hoy y si todo esta bien ya paso a último año.—dije fingiendo poca importancia.

—Ah, o sea que hoy es tu último día.

—Exacto.—Llegamos a destino y me despedí con mi mano de él, saliendo del edificio.

Suspire colocándome mis auriculares. Que hombre mas...¿intimidante? No lo se, pero me encanta, bah que digo. Era un hombre atractivo, solo eso.

Comencé a caminar en dirección a la escuela mientras escuchaba música.

Que suerte que hoy sea el último día, no soporto mas el colegio y no estoy tan entusiasmada como todos los de mi curso con el "¡somos promo! Pasamos a último año"

Es decir, nos esperan cosas muy buenas el año que viene pero no estaba entusiasmada.

Viaje de egresados, fiesta de egresados, entrega de diplomas, demás cosas.

Sentí como me agarraban por la cintura y me di un gran susto, pero al ver a Aaron me molesté y lo golpeé.

—¡¿Eres imbécil?! ¿como me vas a asustar así, estúpido?—Golpeé su hombro y seguí caminando mientras escuchaba su risa detrás mío.

—Que poco humor tiene la princesa el día de hoy, eh.

—Que ya dejes de decirme princesita, demonios.

El me abrazó y yo rodé los ojos devolviéndole el abrazo.

—Yo se muy bien que querés mucho a tu mejor amigo a pesar de ser un idiota.—Me guiñó un y me quitó mi mochila para ponérsela en su hombro.

—Sabes que odio que lleven mis cosas.—Lo miré intentando sacársela.

—Oh, vamos Emily. No seas amargada.

Suspire y deje que la llevara, solo por que no volvería a hacerlo hasta dentro de tres meses.

(...)

—¡¿UN MALDITO CINCO?!—Dije indignada en el escritorio del profesor mostrándole mi cuaderno de notas.

—Si, señorita.

—¿Pero por qué? Si yo hago las tareas y demás.

—Sus pruebas fueron un desastre, las tareas no van a salvarle el trimestre. Lo siento, pero tendrá que venir a recuperar mi materia.

—Usted...usted....—Dije tratando de controlar mi furia.

—Emily, calmate vamos.—Samantha me tomo de mis hombros pero mi enojo era mayor.

—¡Usted es un maldito viejo calvo! ¡me desaprobó en esos exámenes solo por que fallé en dos preguntas!—El profesor me miró indignado y me señaló la puerta—Ni lo diga, ya mismo me largo.

Tomé mis cosas y me fui del aula refunfuñando.

Lo que menos quería era tener que venir a recuperar una materia, encima todo lo que es segunda guerra mundial, estoy realmente jodida.

Gracias al cielo la mañana se pasó rápido y al momento de salir todos se pusieron contentos y empezaron a gritar como estúpidos, yo sólo me despedí de mis amigos y caminé directo a casa.

—Emily, te estaré llamando.—Me ruboricé ante las palabras de Marcos y solo asentí.

No podía ni mirarlo ¡perdí mi virginidad con él! Lo peor de todo es que estaba borracha, Fue tan vergonzoso y horrible.
Él ni sabía que era virgen y estuvo como una semana disculpándose.

Llegué a mi casa en unos minutos y presioné el botón para llamar al departamento.

—Hola, Emily.—Pegue un brinco y llevé la mano a mi pecho por el susto. Miré al señor Mendes.

—Diablos, me asustó señor Mendes.—Reí y me adentré en el ascensor.

—Lo siento, no sabía que llevabas los auriculares puestos. —Me los saqué y sonreí.

—¿Sabe? Tengo que recuperar una materia y no se nada.—Dije realmente molesta.

—Uh, que mal ¿cual te llevaste?

—Historia.—Dije rodando los ojos.

—Pero si es muy fácil.—Me contestó ríendo y lo fulminé.

—La segunda guerra mundial no lo es.

—¡Es lo mas fácil!

—Si tan fácil es para usted, podría ayudarme.—Dije bromeando y las puertas del ascensor se abrieron.

—Cuando quieras, no tengo problema.—Lo miré sorprendida y me sonrió.

—¿Habla en serio?

—Claro, luego me avisas. Nos vemos.—Me saludó con su mano y entró en su departamento.

Que hombre, ese traje le quedaba demasiado bien. Que digo, fantástico.

VECINO: Que sea secreto [S.M]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora