Capítulo 13 Todo ha sido en vano

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Vamos corriendo a la posada, la puerta estaba trancada, yo la arranco y le grito a los chicos que entren que yo me encargaría. Ellos asintieron y entraron en el edificio, yo agarro la puerta, doy unas vueltas para tomar velocidad y se a arrojo al forzudo en la cara, a este le entran trozos de madera en los ojos y se detienen para limpiarlos, miré a mi alrededor y vi que había trepadores asechando desde los edificios. Ya había oscurecido y los zombis empezaban a salir de sus escondrijos, yo entro en el edificio pues no quería luchar con cada zombi que apareciera y si el forzudo me seguía sería más fácil enfrentarlo en un lugar más cerrado donde su corpulento cuerpo no le permitiera maniobrar con facilidad.

El interior de la posada era más amplio de lo que creí, los chicos subían las escaleras a toda prisa, habían algunos trepadores en las paredes, saltaban para atacarme y yo les atacaba; era preferible que me atacaran a mí que a los chicos. Hasta con mis nuevas habilidades y la precisión que había adquirido con la experiencia me resultaba difícil luchar contra ellos a pesar de ser pequeños y delgados eran ágiles y rápidos. Un trepador se lanza contar James y yo le vuelo la cabeza con mi rifle, trataba de ahorrar balas pero en casos como ese un disparo era lo más efectivo. Otros se dirigían hacia Mónica pero yo no se los permito y le disparo a los tres que cayeron al suelo fulminados. Los chicos lograron llegar al segundo piso a salvo mientras yo continuaba luchando con lo trepadores; pasaron como 15 o 20 minutos en los cuales había matado aproximadamente a 23 trepadores pero parecía que no mermaban porque siempre aparecían más, yo luchaba y me esforzaba por mantenerlos alejados de las escaleras, no podía permitir que subieran y encontraran a los chicos. Yo fui subiendo las escaleras gradualmente para mantenerme cerca de los chicos y así protegerlos mejor, de pronto noto que los chicos se detienen yo volteo a ver qué sucede y veo que una enorme tela de araña boqueaba las escaleras y unas dos big spiders caminando sobre ella y mirando a los chicos con sus ojos asesinos. Me vuelvo hacia el frente y veo que más trepadores se acercan entre saltos__ Genial, no podía ser mejor__ pensé malhumorado y sin pensarlo dos veces salté hacia la telaraña y la atravesé, y movía mis brazos para dañarla lo suficiente, luego le volé la cabeza con mi rifle a esas dos arañas antes de que pudieran hacer nada y cuando ya estuvo despejado el paso grité a los chicos que siguieran su camino que yo les seguiría de cerca, ellos obedecieron pero de pronto Mónica se detiene y me mira perpleja.

__ ¿Qué sucede? Sigue corriendo__ le grité desesperado, no quería que llegaran los trepadores y los encontraran.

Chris y Robert también se detuvieron y me miraron igual de perplejos que Mónica.

__ ¿Qué pasa?__ grité exigiendo una respuesta.

__ Nate es qué__ decía Mónica entre balbuceos__ tu ropa... se desvanece.

Yo aturdido bajé mi mirada para ver mi cuerpo y Mónica tenía razón, mi camisa se había disuelto por completo y tenía el dorso al descubierto y mis bermudas se disolvían rápidamente. Había olvidado que la telaraña de esas bestias era corrosiva.

__ No importa sigan corriendo__ les grité desesperado.

Ellos obedecieron y siguieron ascendiendo las escaleras y voltearon a verme un par de veces, en eso aparecieron más big spider bajando desde el techo con sus hilos, yo maldije y me puse en posición de ataque, por suerte ya los chicos se habían alejado de allí. Yo las golpeaba y pateaba, pero eran muchas y sentía que flaqueaban mis fuerzas, yo caigo por el cansancio y esas arañas saltan sobre aplastándome de manera asfixiante, no me dejaban respirar.

En ese momento una furia inmensa se apoderó de mí como cuando maté a ese montón de zombis, y empujé a las arañas que estaban encima de mí y las arrojé lejos, yo estaba totalmente cabreado y fuera de sí, cuando entro en ese estado soy incontrolable y brutal. Doy un fuerte golpe al suelo y esas arañas caen a la planta baja. Noto que unos trepadores peleaban con el forzudo que ataqué a fuera en el piso de abajo, yo di un sonoro grito de cabreo como el de Hulk lo que me indujo a un estado de euforia y excitación. Sentía ganas de querer matar, golpear o masacrar a todas esas malditas bestias en eso llegan más big spiders y yo solté una carcajada maniática y me abalanzo sobre ellas.

Erase una vez un apocalipsisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora