Capítulo 19 Antes de partir

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Jessica en multimedia


Después de esa larga discusión en la que debatimos si nos íbamos o nos quedábamos, la señora Lucía y las chicas prepararon la cena, el tiempo se pasó volando ya estaba oscureciendo. Estaba relajado por no tener que ocultarme o huir de infectados al anochecer por lo menos allí estábamos relativamente seguros.

Comimos unas tortillitas de huevo y arroz deliciosas, esa era una de las pocas zonas de la ciudad donde seguía habiendo los servicios de luz y agua aunque no hubiera señal así que no podíamos ver televisión, el gas se estaba acabando pero eso era lo de menos. Jake y yo nos acostamos en la habitación del medio que tenía dos camas y las chicas y la señora Lucía en la habitación de ella que era más grande con una cama matrimonial y un sofá cama.

__ ¿Por qué siempre nos toca lo peor?__ comentó Jake mientras mullía su almohada.

__ Ya sabes, a las mujeres hay que tratarlas como al pétalo de una rosa mientras que nosotros los hombres podemos dormir hasta en una cama de clavos__ dije riendo.

__ Los movimientos feministas nos están arruinando Nathan muy pronto las mujeres dominaran el mundo sábelo.__ dijo con mirada inocente.

__ ¿Ah sí?__ exclamé riendo, Jake era muy gracioso__ ¿Te volviste adivino mientras no estaba?

__ Sólo digo lo que veo, ya vamos a dormir.

Yo apagué la luz y nos acostamos en nuestras respectivas camas, la mía era muy cómoda la verdad, era como dormir en una nube.

__ Esto no está nada mal. Si vos vivís como un bacán__ le dije a Jake__ tenes privilegios que otras personas desearían y sólo te quedas ahí quejándote por todo

__ Sólo te estaba jodiendo pero como tú siempre eres tan pendejo__ y me arrojó una almohada.

Yo se la arrojé devuelta y luego nos dormimos.

Desperté al otro día y bostecé sonoramente, empujé a Jake al suelo para despertarlo, el cayó y no se inmutó, se acurrucó en el suelo como si nada.

__ Levántate perezoso__ y le patee el trasero.

__ Oye, oye páralo ahí__ chilló palpando su trasero__ Mi trasero es sagrado Nathan.__ Ambos nos reímos y él se levantó.

Cuando fuimos a la cocina ya el desayuno estaba listo, unos sándwiches con jamón y queso. Me sorprende cuanta comida recolectaron. Saludamos a las chicas y nos sentamos en la mesa.

__ Hombres siempre esperando que les sirvas apenas llegan__ comentó Jess rodando los ojos mientras nos daba nuestros desayunos.

__ Y por eso te amamos Jess__ le dije con una mirada inocente y ambos le lanzamos un beso con las manos.

Ella hizo una mueca de burla y se sentó a mi lado, comimos y de inmediato empezamos a empacar. Recogimos armas, ropa, comida etc. Estábamos recogiendo cosas en la habitación donde Jake y yo dormimos cuando el saca una revista de debajo de la cama y me hace una señal para que me acerque, cuando estoy cerca veo que es una revista porno con una hermosa chica morena desnuda de portada.

__ ¿De dónde sacaste esto?__ pregunté con los ojos desorbitados.

__ Mientras buscamos cosas en las tiendas vi que estaba solita en un estante y la tomé__ dio él como si hubiera hecho una hazaña admirable.__ Esto es perfecto Nate, si todas las chicas se convierten en infectados no nos quedara más remedio que masturbarnos por el resto de nuestras vidas ¿Qué dices? ¿La llevamos?

__ ¿Qué si la llevamos?__ repetí la pregunta como si la respuesta fuera evidente, obviamente no me iba a negar__ Se sabe. Pibe eres un genio__ le agarré la cabeza y le bese la frente. El me apartó y fingiendo una mueca de asco me dice:

__ Ya basta Nathan, no porque las chicas sean zombis descerebrados incogibles significa que lo haré contigo para no quedarme virgen.

__ Ya desearías que alguien como yo te cogiera.__ le dije pícaramente.__ Ya vamos que nos esperan.

Salimos de la habitación, Jake buscó papel y lápiz e hizo una lista con las cosas que íbamos a llevar, bajamos las cosas y las pusimos en la acera frente al edificio donde estaba estacionada una furgoneta negra que consiguieron los chicos: más espaciosa y cómoda, amontonamos las cosas ahí y luego Jake le dio la lista a Jessica para que la leyera y tachara lo que ya teníamos.

La señora Lucía y Kitty seguían arriba buscando más cosas y Jessica, Jake y yo guardábamos y organizábamos las cosas en la furgoneta mientras Jessica las dictaba.

__ Comida.

__ Listo.

__ Ropa

__ Listo

__ Armas

__ Listo.

__ Mantas

__Listo

__ Revista porno__ ¿Revista porno?__ repitió releyendo la lista__ Sos un par de pervertidos__ dijo en tono decepcionado.

__ A ver Jessica__ le explicó Jake con descaro__ La mitad de la ciudad ahora son zombis lo que quiere decir que muchas minas también son zombis incogibles así que Nate y yo necesitamos un consuelo piensa en nosotros.

__ Discúlpame por ser tan egoísta Jake__ dijo Jessica con sarcasmo__ y no considerar que necesitan una revista porno para sobrevivir al caos, que mala amiga soy.

__ Tal vez muramos vírgenes Jess ¿entiendes lo que eso significa?__ exclamó Jake haciendo gestos exagerados como si le afectara mucho__ A menos que tú seas buena amiga y quieras ayudarnos con ese asuntito.

__ En tus sueños idiota, cógete a un cadáver o qué se yo pero este trasero no se toca__ bufó rodando los ojos. Estaba molesta__ Sigan cargando imbéciles que no tenemos todo el día.

__ Ay que sensible seguro está en sus días__ murmuró Jake mientras metíamos bolsos en el portaequipaje.

Yo solo reí de su comentario. Que haría sin los chistes de Jake y los sarcasmos de Jessica, en momentos como ese era indispensable tener buenos amigos.

Al poco rato llegaron la señora Lucía y Kitty con otros bolsos. Gracias a Dios no escucharon nuestra conversación me hubiera sentido muy apenado con ellas. Con Jessica podíamos bromear y hacer comentarios ofensivos pero nunca lo hacíamos con Kitty porque ella es más delicada y dulce y ese tipo de cosas la avergüenzan demasiado.

Nos montamos en la furgoneta después de empacar todo. Yo le dije a Jake que me dejara conducir, que conocía un lugar donde encontrar armas y municiones suficientes y que queda más cerca que la estación de policías.

__ Ok papi pero anda despacito que me mareo__ dijo fingiendo voz de mujer.

__ No te preocupes corazoncito no quiero lastimar a mi joya más valiosa__ le dije imitándolo.

Me monté en el asiento del conductor, introduje las llaves, encendí el auto y después arranqué. Nos fuimos del departamento para nunca más volver, yo no me sentía totalmente seguro de partir pero mis amigos insistían en que era lo mejor y yo no podía oponerme a la opinión de la mayoría. Ya me había dado cuenta de que en esa situación una vida sedentaria ya no era posible, no podíamos permanecer en un lugar por mucho tiempo ya que los recursos necesarios para sobrevivir podían acabarse o escasear y habría que buscar en otras partes; estar en constante movimiento. Todos esos pensamientos pasaron por mi mente antes de partir a un destino incierto.

Erase una vez un apocalipsisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora