Capítulo 17 De regreso

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Kitty en multimedia


El ruido de la alarma me despertó al día siguiente, me levanté y me froté los ojos y bostecé. "Es momento de volver a la cruda realidad". Fui al baño, lavé mi cara para despertarme más y me cepillé con un cepillo dental que encontré, suena asqueroso lo sé pero mi boca apestaba a cloaca y prefería cepillarme con el cepillo de un extraño a permanecer con ese repugnante sabor en la boca un minuto más.

Bajé a la cocina y revisé los gabinetes, había serial, galletas dietéticas de soya y soda, y carne seca, me comí la mitad y lo otro lo aparté para llevármelo. Cogí un bolso y allí empaqué un poco de comida, botellas de agua y unas cuantas mudas de ropa.

Salí de la casa y miré a mí alrededor en busca de un vehículo que pudiera usar. Como a cinco casas de donde estaba había una gran vitara plateada del lado derecho de la calle, fui hacia ella, me metí y acomodé el bolso en el asiento del copiloto, uní los cables para encenderla, hicieron un chispazo y el motor se encendió de golpe, puse la segunda velocidad y arranqué.

Estuve dando vueltas por las calles hasta que encontré la salida y salí hacia la carretera y metí la quinta velocidad, quería llegar lo más rápido posible. Me faltaba poco para llegar al departamento, 10 kilómetros o algo así. Las calles estaban vacías y desiertas, se veían cadáveres y cuerpos destripados regados aquí y allá, no se veía ni un alma humana por esas calles, debían de estar escondidos y los zombis también esperando al oscurecer para salir en busca de víctimas desprevenidas.

Como en media hora llegué al edificio donde estaba el departamento, la falta de tráfico me facilitó la llegada, me estacioné y entré por la puerta, avancé por el pasillo y subí las escaleras hasta llegar al tercer piso donde está el departamento no sabía si estaban allí, si habían salido o si se habían cansado de esperarme pero debía intentarlo. Toqué la puerta varias veces, nadie salía, yo un poco irritado golpeo más fuerte pero con cuidado de con romper la puerta. Esta por fin se abre y lo primero que vi fu el cañón de un rifle apuntándome y detrás a Kitty, una gran sonrisa se dibuja en su rostro al verme, deja caer el arma al suelo,  me vuela encima y me abraza con fuerza, yo la abracé también, me agradó se sentir su contacto tan reconfortante,  lo único que necesitaba en realidad era un abrazo para sentirme mejor.

__ Te extrañé mucho, pensé que ya no volvías__ me dijo casi llorando.

__ Les hice una promesa y sabes que siempre cumplo mis promesas.__ Le dije separándome un poco para mirarla a los ojos, esos  cálidosojos azules de mirada bondadosa, le di un beso en la frente estaba muy feliz de verla.

__ ¿Y Mónica? ¿Dónde está?__ inquirió ella mirando el pasillo como buscándola.

__ Mejor entramos sí__ dije en tono distante cambiando de tema, Kitty no dijo nada y se limitó a entrar, pero seguro ya sabía por qué Mónica no estaba conmigo y no quiso incomodarme.

Al entrar en la sala Jake, Jessica y la señora Lucía estaban sentados en el sofá hablando, cuando repararon en nuestra presencia callaron y una gran sonrisa se dibujó en sus rostros y yo les sonreí también, estaba muy feliz de verlos. Se levantaron, se acercaron y parecía que me iban a saludar normalmente pero Jake me dio un puñetazo en la cara que me hizo caer. A Kitty y la señora Lucía se le desorbitaron los ojos por el asombro, pero Jake y Jessica sonreían.

__ ¿Por qué carajo fue eso?__ dije mientras me tallaba la mejilla con la mano.

__ Eso fue por dejarnos esperándote por una puta semana__ me dijo ofendido y luego volvió a sonreír y me dijo en tono burlón__ y esto es por volver con vida__ me ofreció su mano para ayudarme a levantarme, la tomé y me puse de pie de nuevo luego me dio un "abrazo de oso" rudo como lo hacíamos siempre. Debí suponer que Jake haría algo como eso, le gusta hacer ese tipo de bromas donde se hace el ofendido y luego te trata con gentileza como si nada hubiera pasado.

Erase una vez un apocalipsisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora