09. Luz de luna

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Aly

Miro el reloj del cuarto de Clarisse, son las siete de la noche. Salgo con el pijama que me prestó, pero ¿por qué un pijama? Nunca mencionaron nada de dormir en su casa, yo no pedí permiso para eso.

Visto unos pantalones cortos de algodón color verde caña, una camiseta blanca y unas medias grises. He lavado mi cabello y ahora está húmedo.

Salgo de la habitación y me detengo a mirar la puerta de Jason. La última vez que hablé con él fue el martes en mi casa cuando fue hacer el trabajo, se supone que está en su viaje al fórum elemental y regresa mañana sábado.

''¿Qué pensará si me ve en su casa invadiendo su espacio?''

Sigo de largo para evitar abrir la puerta y me adentro al ascensor, presiono el botón del primer piso y comienzo a descender, pero antes se detiene en el segundo dejando entrar a Sam y Jonni quienes ya están en sus pijamas, si a eso se le llama a los pants de cuadros y camisas blancas.

—Muero de hambre —dice el rubio tocando el botón del primer piso, aunque yo ya lo había hecho.

—Yo igual —lo miro cansada y él suspira.

—Aly, espero que ni siquiera tengas un rasguño y si fue así lo siento. —un destello de preocupación llena su rostro y yo niego

—Yo también, disculpa si te ahogaste con el agua o algo así. —prosigue a decir Jonni, quien se encuentra en una esquina del ascensor con los brazos cruzados.

—No, tranquilos, nada pasó, solo que para la próxima deben decirme que debo traer ropa extra —muevo mi cabello y Jonni se acerca a mí, envuelve una mano en las puntas de mi cabello y en menos de un segundo, ha absorbido el agua y está totalmente seco. —Wow, gracias.

El asiente y las puertas del elevador se abren, los tres salimos. En la sala están Nate y Sarah viendo una película, Jonni se va a sentar con ellos, mientras Sam y yo nos adentramos a la cocina.

Clarisse se encuentra sacando una bandeja del horno.

—¿Necesitas ayuda? —pregunto. Sam camina hasta ella y le extiende el cuchillo.

—Sí, Aly, saca siete platos, están en la alacena del medio.

Camino hasta donde me dijo y saco los platos, los acomodo en la isla uno enfrente de cada silla.

—Los cubiertos están en aquel cajón —dice ahora Sam señalando uno.

Saco los siete cuchillos y tenedores, los acomodo y luego Sam pone los vasos.

—Espero que te guste el pastel de carne y queso —Clarisse coloca la bandeja en medio junto al florero —¡A COMER! —grita y el primero en aparecer es Tyler, quien no había visto desde que bajé.

—Al fin —dice sentándose, detrás de él vienen los otros tres.

Sarah saca las sodas del refrigerador y todos nos sentamos.

—¿Que te pareció el entrenamiento, Aly? —pregunta Clarisse mientras se lleva un trozo del pastel a la boca.

—Fue algo que una simple mortal como yo jamás esperó ver.

—Quien lo diría, una mundana jamás entró a esta casa y ahora estas tú aquí sentada —Tyler me señala con el tenedor y yo tomo un sorbo de la soda que me he servido.

—¿Me pueden explicar que es este lugar? ¿Aquí viven más personas con ustedes? No sé, ¿del otro lado de la montaña, tal vez?

—Este es un portal, estamos a las faldas de la montaña Zuelen, que fue nombrada así porque Zuelen Robin la primera elemental que habitó aquí en Green Gold —responde Sam y yo lo miro con intriga.

—Ningún mundano puede cruzar el portal, es por eso que al llegar tú no veías nada. La única manera para que puedas acceder es si un elemental te toma de la mano, solo así puedes pasar, lo mismo es si vas a salir —prosigue a decir Nate.

—Y solo nosotros vivimos aquí, este es nuestro portal, no hay nada más allá de la montaña que arboles —termina de decir Sarah.

—¿Han vivido aquí toda la vida? Hay un chico en mi clase de música que me dijo que ustedes no se separan desde primaria. ¿Acaso nadie quiso saber dónde viven?

—Hemos vivido en Green Gold desde los ocho años, todos en esta casa y nadie sabe dónde vivimos porque jamás hemos tenido una amistad con algún mundano, como para que quieran saber dónde está nuestra casa. Solo hemos sido los siete desde el inicio. —responde la castaña mayor.

—Y si algún día nos queremos ir de aquí, simplemente nos llevamos el portal a donde sea que nos larguemos y este seguirá siendo nuestro hogar —prosigue Tyler.

—¿Cuantos años tienen?

—Todos diecisiete, menos Clarisse, ella tiene veintitrés —responde Nate.

—Jonni me dijo que los elementales tienen de ocho a veintitrés, ¿o sea que de ahí no cumplen más años?

—Los veintitrés es una especie de click de la madures de un elemental, solo hasta esa edad dejamos de ser considerados humanos de corazón, ya que ese día, la parte media humana que tenemos muere, lo que significa que no envejecemos más —explica Clarisse —Esto que vez es lo que seré por los siguientes quinientos años supongo.

—¿Se congelan a los veintitrés? —ni siquiera me importa sonar sorprendida porque de verdad lo estoy.

—Es correcto —afirma Sam.

—Creo que entenderlos es algo más complicado de lo que creí.

—No es tan complicado cuando vas descubriendo todo poco a poco —Sarah me sonríe y yo asiento mientras me pongo a terminar la cena.

Siento que entre más indago, más preguntas tengo y menos entiendo.

Entre ellos comienzan a hablar del entrenamiento de hace unas horas y Tyler asegura que a la próxima ganará. Una vez que todos terminamos de comer ayudo a lavar los trastes con Sarah y Clarisse.

—Cuando estabas en la ducha llamé a tu casa, me contesto tu tía y le pedí que si podrías quedarte a dormir acá y me dijo que no había problema porque ellos entran a las nueve de la noche a trabajar y llegan en la mañana, así que para que no estuvieras sola aceptó —comenta Sarah emocionada.

—Tengo el presentimiento de que ya tenías todo planeado.

—Algo así, será como una pijamada solo que sin juegos y charlas hasta tarde ya que estoy cansada.

—¿Aly dormirá en tu habitación entonces? —pregunta Clarisse mientras se seca las manos con papel absorbente.

—Sí, mi cama es suficientemente grande para las dos, no habrá problema.

—Bueno, descansen yo iré a mi habitación a leer un poco —besa la frente de su hermana, me da un abrazo y se va.

—Vayamos a la terraza —dice Sarah mientras camina a la puerta corrediza y la abre, dejo el ultimo vaso en la alacena y la sigo.

—La luz de la luna es hermosa.

—Es nuestra luna, no es la misma que esta allá afuera del portal, esta es solo para nosotros.

—¿Como es que terminaron viviendo en este portal? ¿No tienen padres? ¿Por qué solo ustedes siete? —pregunto mirando hacia la luna —Se que me han explicado mucho, pero aún no es suficiente, Sarah, no entiendo nada.

—Aly, hablar de nuestros padres es un tema muy delicado para mí —suspira y se sienta en uno de los sofás, la miro y me siento junto a ella —La verdad creo que soy muy afortunada de tener a una hermana, que un elemental tenga hermanos es una posibilidad de tres a cien.

—¿O sea que ninguno aquí tiene hermanos excepto tú?

—No lo sabemos, Aly.

—Está bien, Sarah, no preguntaré más, disculpa —me siento culpable al verla al borde de las lágrimas, así que vuelvo a mirar la luna.

—Tranquila, no es tu culpa —se levanta del sofá y la imito —Solo eres curiosa —me encojo de hombros —¿Vamos? De verdad estoy cansada.

Y concluyendo nuestra charla, subimos a su habitación para una merecida siesta.

Atracción Elemental [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora