Capitulo 23

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La cita con el Señor Bear era en una hora, apenas tenía unos escasos cuarentena minutos para llegar a tiempo

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La cita con el Señor Bear era en una hora, apenas tenía unos escasos cuarentena minutos para llegar a tiempo. Estaba atendiendo las quejas de un cliente cuando un mensaje recordatorio de Dan llegó.

No tardes, yo voy retrasado.

Maldije. Aventando en celular hacia el cenicero de mi auto.
—También tengo cosas que hacer, her-ma-ni-to —dije en voz alta, poniendo música lo más alto posible para desestrezarme, tomando el free-way para llegar al lugar citado.

Aparque el auto cerca del lugar en donde el señor Bear estaría esperando, caminé apresurado, faltaban dos minutos para la hora citada, entonces recordé que Julia también debía venir, ¿Dan pasó por ella y ese fue el motivo de su retraso? Espero que si, de otro modo, esta reunión no tendría caso.
Presioné el botón peatonal, unos segundos después el rojo se puso para los carros, y el verde para el peatón. El sol por un momento obstruyó mi vista pero a cierta distancia vi al señor Bear junto con su personal.

—Señor Bear —le extendí la mano, él devolvió el saludo.

—Que gusto, ¿vienes solo? —miró a mis espaldas para confirmar.

—Si, si. Mi hermano y nuestra publicista ya no tardan.

Él señor Bear miró su reloj, cuando se trataba de puntualidad, este tipo era demasiado estricto y Dan lo sabía, no sé cómo puedo demorarse, conociéndolo.

—¿Sus asistentes? —pregunté, señalando a los hombres que le acompañaban.
El señor Bear me los presentó, buscaba temas de conversación para ganar tiempo mientras Dan y Julia llegaban.

Su retraso fue de quince minutos, exagerados quince minutos para el señor Bear. Estaba planeando de qué manera fulminar a Dan por tardar tanto, cuando de pronto ellos aparecieron en la esquina de la calle, en cuanto Julia me miró, hizo un movimiento con su mano, notando en su rostro algo de lo que se estaba avergonzando. Dan la miró por un momento pero pronto se aproximó hacia el señor Bear, saludando a él y los demás acompañantes, uno de ellos era oriental y lucia extremadamente serio.

Dan llamó a Julia para presentarla.

—Mucho gusto —Julia saludo con una amplia sonrisa, pero esta desapareció cuando le pregunté que si no me iba a saludar a mi. Ignoró mi comentario y avanzamos hacia una pequeña sala dentro de un establecimiento.

Ayudé a Julia a poner sus cosas en orden, ella simplemente me ignoraba, haciendo como si no existiese. Estaba demasiado molesta, verla así me causaba más interés, parecía mas un desafío latente. En cuanto Julia tenía todo listo, comenzó con su presentación. Los cinco hombres la mirábamos, pero eso no pareció incomodarle tanto, solo al principio le tomó un poco de tiempo ordenar sus ideas, pero conforme avanzó, sus palabras fluían como la marea, no dejando rastro de alguna duda, pero el señor Bear si encontraba dudas, hacía preguntas rebuscadas. Julia las respondía fuerte y claro. Se tomaba muy enserio lo que hacía, un punto más para ella.

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