Capitulo 24

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Una vez que Carlo salió de la casa, fui piso arriba para ponerme cómoda y olvidar este ajetreado día, pero una vez estando acostada en el fresco cobertor, tapándome únicamente con una sábana; pensé dos veces si en verdad quería olvidarlo, o más bi...

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Una vez que Carlo salió de la casa, fui piso arriba para ponerme cómoda y olvidar este ajetreado día, pero una vez estando acostada en el fresco cobertor, tapándome únicamente con una sábana; pensé dos veces si en verdad quería olvidarlo, o más bien ignorarlo. No quería ignorar esa sobrecarga que llenó mi cuerpo cuando Dan me tomó de la mano mientras íbamos por la calle, sin embargo no sabía cómo sentirme después de que, justo, una noche antes me había besado con Carlo. Anoche nos besamos, de eso no había duda, hoy fue diferente pero no lo detesté.

Cubrí mis ojos, debatiendo conmigo misma, repitiéndome a mi misma que no podía hacer esto. No entendía el punto de cómo había llegado a esto, ellos podían tener a cualquier mujer, porque ahora mostraban interés por mí. Justo estaba mi pelea interna cuando mi celular vibró. Un mensaje de Ashley anunciando que tenía nuevo número.

De acuerdo, lo guardaré :D

Ash: Qué tal tu día hoy, ¿nerviosa? Siento tanto no estar ahí :(

Mentirosa. Pensé. Sintiendo un poco de recelo.

No fue horrible *carita pensativa*

Ash: No moriste, eso es bueno.

Es cierto, entonces te dejo para que descanses...

Iba a preguntarle por cómo le había ido, pero ya había mandado el mensaje, además suponía que bien. Ahora tenía celular nuevo.

Ash: Si es que me dejan ;) besos primor!

Adiooos!

Deje el celular en la cómoda, no sin antes ver por la ventana que los señores Ferrer, llegaban a la residencia. Me hice un ovillo, tratando de no hacer que más pensamientos llegarán a mi cabeza. Cerré mis ojos, anhelando que el día de mañana, fuese un día menos problemático para mí.

Desperté únicamente por la ansiedad de las cosas que debía hacer este día, el señor Bear nos confirmaría los puntos principales en los que la publicidad iniciaría y nos asignaría a las personas que colaborarían para instalar correctamente la publicidad. Después de asearme, bajé las escaleras para acomodar las cosas que Carlo había traído la noche anterior, no eran las cosas que una mujer habría elegido, pero si un hombre. Sonreí ante sus gustos por escoger las compras, tenía que agradecer, mis padres me habían enseñado eso; aunque las cosas no fueran lo que uno esperaba, tenias que ser agradecido. No tenía que agradecer por el beso, por supuesto que no. Torcí la cara cuando lo pensé.

Al terminar de desayunar un tazón de cereal con leche, me dirigí al baño para darme una buena y revitalizante ducha. Una vez que salí, pude ver que los señores Ferrer nuevamente salían, cada uno con una pequeña maleta en mano. No era algo de mi incumbencia, pero no podía dejar de notarlo.
Tardé más en la ducha que en vestirme, bajé para poner mi material en orden, frotando mi cabello con una mediana toalla, quitando los excesos del agua. La puerta sonó, mis ojos rodaron cuando vi a través de una de las ventanas junto a la puerta. Carlo estaba parado, mirando sus zapatos esperando a que apareciera.

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