Capitulo 25

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El sueño se iba justo entre las seis y siete de la mañana

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El sueño se iba justo entre las seis y siete de la mañana. Tenía tantas cosas en mente. Mis padres. Ashley. Fede. Mi trabajo... el trabajo era el que encabezaba mi lista, aunque no quería que reemplazará el lugar de mis padres, pero en este momento lo hacia. Tenía que fijar mi atención en el trabajo y todo lo que este exigía, de algún otro modo no podría tener a mis padres conmigo, compartirles lo que estaba ganando.

A pesar de que tenía muchas cosas que arreglar —como mi ropa —, me fui a mirar por la ventana, unos débiles rayos apenas penetraban las delgadas cortinas.
En cuanto me acerqué lo más que pude, mi atención se fijó en Dan, quién estaba nadando en la piscina. Cada brazada que daba, lo hacia con intensidad, como si estuviera golpeando el agua, descargando su pesar. Todo el tiempo miré su rutina, era fácil hacerlo desde la ventana, ya que daba directo a la piscina. Él iba y venía, jamás perdiendo el ritmo que llevaba, hasta que salió y froto su cabello contra una toalla y la botó hacia una de las sillas. Su perfecto pecho subía y bajaba, se había cansado sin duda.
¿Qué te tiene tan enojado?
Suponía que era una duda que iba a permanecer.

Desempaque solo lo necesario y después de tomar una ducha, alguien llamó a la puerta.
Era Carlo informando que el desayuno estaba listo.

—¿Tu lo preparaste? —pregunté divertida.

—Por el bien de todos... no —amplió una pequeña sonrisa.

—No puedes ser tan malo cocinando —dejé las palabras al aire.

—De hecho no soy malo en nada, pero solo trabajo en lo que me deja ganancia.

Rodé los ojos.
Era obvio, cualquiera que lo conociera tan solo una hora se daría cuenta que es pretencioso hasta la pared de enfrente.

—Eso se nota, pero bueno, vamos.

Cerré la puerta de la habitación y bajamos las escaleras hasta estar en el comedor. Con su mano señaló mi silla y me senté. Carlo se sentó justo de frente. Solo estaban nuestros dos lugares puestos.

—Solo hay dos lugares...

Esperé a que Carlo captara la interrogativa.

—Si —lo dijo más como pregunta.

—¿Dan no desayuna? —dije con extrañeza, no tendría porqué tomarle relevancia, pero hacer ejercicio y no desayunar, era ilógico. Aunque también pensé que desayunó mucho más temprano.

—Claro, es humano, también come, pero probablemente esta desayunando en otro lugar.

¿En otro lugar? ¿No le gusta desayunar acá? O... ¿es por qué le incomoda que este aquí? No tiene sentido, él ya me había traído una vez. 

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