Veintitres

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Daniela

Me quede dormida y cuando desperté me encontré con Michael que estaba sentado en una silla a mi lado, tomando mi mano.

-hola -dije llamando su atención. Abrió los ojos como platos y se acercó más a mi.

-¿Cómo te sientes? -acarició mi mejilla.

-mejor, el suero me da sueño ¿qué hora es?

-son las siete de la mañana.

-¿No has ido a casa? -él negó y me sentí culpable -deberías ir.

-Ethan dijo que dirías eso -sonrió -tal vez vaya más tarde... para almorzar, pero volveré. Aún me debes una explicación -fruncí el ceño -¿Por qué no me avisaste de tu...?

-¿Enfermedad? ¿Condición? ¿Patología? ¿Quieres mas sinónimos? -medio sonrió -lo hice porque no me gusta hacerlo público, Ethan lo sabe porque una vez que me invitó a desayunar me desmaye frente de él... tampoco quería contárselo... y mis amigos del Instituto saben porque paso mucho tiempo con ellos y es mejor que no se lleven una sorpresa... lo siento, de verdad... pero no quería que lo supieras.

-bueno, eso ya no importa. Lo importante es que te mejores, aun me debes esa cita -sonreí -yo me voy en media hora, pero suerte con sacar a Ethan de aquí... y en cuanto a Alison -lo miré -no le diremos nada -suspire con alivio.

-ella sabe una parte -llame su completa atención -Ethan le contó la primera vez que me desmaye aquí... pero no sabe cómo es la situación exactamente, prefiero que se mantenga así.

-y yo respeto eso -asentí, luego él salió de la habitación.

Volví a cerrar los ojos.

Luego de pasar todo el día en el hospital, los médicos dijeron que el golpe que tuve fue en el hemisferio izquierdo y afecto partes de mi corteza cerebral, justo en el lóbulo temporal... eso explica porque no pueda pararme o sostener cosas con la mano derecha... y los espasmos que me daban, era una Hemiplejia derecha leve, algo que podría solucionarse con el tiempo y tratamientos.

Estoy en terapias y esas cosas, ¿Qué rayos va a ser de mi vida ahora? el doctor Dallas dijo que el proceso de recuperación podría tardar varios meses, y aunque dijeron que no fue nada muy grave, el más mínimo golpe podía hacer que el caso empeorará. Entonces estaba en estricta observación.

¡Qué mamera, parce en serio!

¡Lo odio! ¡Odio tener que estar en observación! ¡Odio que mi padre sufra esto por mi culpa! ¡Odio arrastrar a las personas que me importan en situaciones como estas! ¡Lo odio!

Le rogué y supliqué al señor Dallas que me dejara ir a casa, que en ese hospital mi estado solo empeoraría y luego de ser persuadido por mi padre y por Ethan, quien no había dejado el hospital ni un minuto, accedió.

Entonces empezaron con el traslado del equipo y esas cosas, se aseguraron que el lugar donde me iban a llevar (mi casa) tuviera las condiciones necesarias para mi estadía y designaron una enfermera para que me ayudara a cambiarme e ir al baño... cosas de ese estilo.

El traslado fue el domingo a las tres de la tarde y yo no podía estar más emocionada y hambrienta, la comida de hospital es muy desabrida e insípida... y no llena, así que le pedí a mi padre que me comprara algo de comer decente para llenar mi estómago. Y como estaba tan complaciente me compro una buena presa de pollo, papas, ensalada y arroz.

Para las cinco de la tarde ya estaba en mi casa, en mi cama y debajo de mis cobijas. Ethan se había ido a su apartamento a preparar una exposición y yo llame a Noah y Connor para avisarles lo sucedido, no pasó más de una hora cuando ya tenía a mis tres compañeros en la puerta de mi habitación. (Al parecer Elliot se invitó solo)

Entre Tú y Yo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora