Entre Tú y Yo

Especial #2

#EspecialScottWallas

Había sido un día de trabajo muy pesado, eran las ocho de la noche y aun me encontraba en la oficina, tuve una reunión muy temprano con un cliente que me estaba pidiendo modificar unos planos, al parecer este recibió una asesoría externa y ahora quería cambiar prácticamente todo. Recurrí a mi buen trabajado carácter y me lleve a un punto de completa calma y paciencia para darle mejores consejos y que no me tocara trabajar extra, sin embargo esto fue en vano y termine de hacer los planos a las doce y media de la noche en mi casa. Agradecí que fuera viernes y que el sábado no tuviera que hacer gran cosa, solo tendría que ir en la mañana a supervisar una obra, luego iría a mi apartamento a dormir como nunca. La semana en general fue muy pesada y necesitaba descansar. Por ahora me encontraba en la obra, estaba con el eléctrico mirando los planos cuando sonó mi teléfono.

-¡Scott! -era mi hermana

-hola Gina –le pedí al eléctrico que me excusara un momento.

-¿Cómo estás?

-bien ¿A qué debo tu llamada? –Suspiro y no respondió por un tiempo -¿Qué pasó? –ya me estaba preocupando.

-no lo puedo creer –dijo con decepción, ahora que hice –te llamo para saber si ya tenías el regalo de papá.

¡Rayos! Lo había olvidado.

-sí, claro.

-mentiroso, sabía que lo ibas a olvidar... en fin. Te propongo algo, yo le quiero comprar un conjunto que vi en Vittali, esta di-vi-no, sé qué le va a encantar, pero como sabes... yo no tengo mucho dinero... entonces ¿lo compramos los dos?

-sí, claro –asentí a la nada –perfecto, entonces...

-espera, aun no termino, hable con papá y dijo que estaría aquí en Venecia en unas horas, le quiero hacer una cena familiar, nosotros tres pero no tengo tiempo ni la habilidad para cocinar...

-bueno, te paso el teléfono de una chef que es muy buena ¿Dónde estás?

-en la academia, salgo a las tres.

-listo, te recojo para ir a comprar el regalo.

Desde que Gina se había mudado conmigo cambio muchisimo, mi padre nos visitaba mas seguido y como el divorcio ya había sido firmado, nosotros estábamos mucho más tranquilos y ahora mi hermana no causaba tantos problemas.

Me dijo que si y entonces colgué; bueno, no podría dormir nada. Volví a mi trabajo con el eléctrico y salí de la construcción a la una, almorcé en un restaurante cerca y luego fui a recoger a mi hermana. Tal vez, sino se extiende mucho la comida pueda ir a descansar temprano y el domingo verme con Antonio para ir a correr.

Lo que me molestaba de ir a la academia de mi hermana eran sus amigas, cada vez que iba se trataban de llamar mi atención, a Gina también le molestaba y por eso casi nunca me pedía que la recogiera.

Llegue a la entrada y la vi parada en toda la salida, estaba con uno de sus amigos, esos que ella sabía no me agradaban, pero era como hablarle a un pared, nunca me hacía caso. Mi hermana se cree rehabilitadora de perdedores y por eso siempre termina igual, con el corazón roto por culpa de un idiota que no la valora lo suficiente, yo trato de impedirlo, me duele ver a mi hermana así, pero tampoco la puedo obligar. Ella debe aprender de sus errores.

-Gina –dije bajando la ventana del auto. Ella me miró.

-hola hermanito –dijo con una sonrisa, volteo a ver al joven y luego de despedirse con un beso en la mejilla se subió al carro.