Cuarenta y dos

26 6 10
                                    

#EntreTuyYo

#RectaFinal

#YaMerito

#VivanLosHastag

#AetCadaVezQueEscriboUnHastagMeAcuerdoDeTi


Daniela

Selle la carta y me quedé mirándola un momento, si se la entregaba a Ethan antes de irme ¿Qué pasaría? Lo que le decía era muy importante para mi pero no sabía qué opinaría él, tal vez las cosas estaban mejor así y de esta forma tendría un mes para pensar bien las cosas y tomar una decisión, estar alejada me ayudaría a pensar bien. Después de todo llegue muy alterada a casa.

-cálmate -dijo mi primo sentado en el sofá.

-¡Nunca le dices a una persona alterada que se calme, mucho menos si es mujer! -dije y seguí caminando de un lado a otro.

-bueno, si tiene un hijo tu no puedes hacer nada y no deberías alejarte por eso, tal vez puedas ser buena mamá.

-no, es que no es por eso -me detuve para ver a Alex -no es porque tenga un hijo es porque... desde que lo conocí nunca lo vi preocuparse por esa criatura, jamás hizo una llamada o hablo de él, ¿Qué clase de padre es?

-no deberías juzgar sin conocer, tal vez la madre no se lo deja ver.

-eso es ridículo, está estudiando derecho, imposible no pueda lograr una custodia y aunque no lo pueda ver, nunca hablo de él, nunca.

Mi preocupación era esa ¿Ni siquiera le importaba su hijo? Suspire pesadamente y escondí la carta en mi mesa de noche, nadie tiene porque verla, punto. Es mejor así.

Recosté la cabeza en la silla del avión, tenía que organizar mis ideas y tratar de pensar con cabeza fría, me iría a Colombia por un mes para trabajar y darle a mi primo su nueva responsabilidad como representante legal de la empres en Colombia, él estaba emocionado por su nuevo trabajo y yo porque la empresa crecía más, trabajar con familiares es difícil pero nosotros lo manejamos muy bien.

El vuelo me dejó muy cansada pero me sentía muy feliz de volver a mi país luego de tanto tiempo, extrañaba la comida, el clima, la gente... todo, muchos dicen que se acostumbran a otro país, pero yo no, siempre echaría de menos mi ciudad, pese a todo lo malo.

Me quedaría en casa de mi abuelito, con Santi y Juanca y mis tíos. La idea de esto era minimizar gastos y la verdad no me molestaba pasar tiempo con mi abuelito, quien me recibió con una sonrisa de oreja a oreja y luego de darme un fuerte abrazo me dio un beso en la mejilla.

-¡Mijita! Que bueno que venga a verme -dijo sonriendo.

-me alegra verte abuelito -dije hablando fuerte para que me escuchara.

-¿Y donde estaba, mijita? -frunció el ceño -duro mucho tiempo sin visitarme.

-perdona abuelito pero me fui a Londres ¿Recuerdas? -me miró sorprendido.

-¿Y su papá le dio permiso? -estaba muy confundido.

-sí, abuelito, él fue conmigo, ahora vivimos allá, ¿te acuerdas? Hicimos una fiesta de despedida en tu casa, yo vengo a trabajar y me quedaré contigo durante un mes -sonrió.

-¿Un mes?

-sí, abuelito ¿Te gusta la idea? -él rió.

-claro mijita, sumerce puede venir aquí todo lo que quiera, su primo Santiago es muy desordenado, toca que hable con él -solté una carcajada, mi abuelito era muy estricto con Santi.

Entre Tú y Yo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora