Corazón De Demonio [Kakashi Hatake]

Adiós bakakashi

Poco a poco abrí los ojos un poco mareada, cuando logré ver bien mi entorno noté que estaba en ¿el hospital?.

- Veo que ya despertaste bebé de cabello negro - escuché la voz de Asura sensei.

- Asura sensei ¿qué pasó? - pregunté débilmente, mi voz sonaba ronca.

- Nada del otro mundo, tranquila, se hirieron en pleno combate con sus kunais - me explicó mientras acomodaba mi almohada

- ¡¿El combate?! ¡¿quién ganó?! - lo había olvidado, aquella batalla, la que iba a definir quién es el más fuerte.

- Empate, ambos se hirieron y fueron llevados al hospital de inmediato, el Hatake tiene graves heridas por culpa de tu tornado, tú también las tenías por culpa de su chidori - me explicó Asura sensei, me di un golpe mental, no podía creer que esto fuera un empate.

- Empate... no hay peor cosa que esa - dije decepcionada - ¿Y sabes algo de Yui y Aoyagi? ¿están bien? - pregunté al acordarme de ellos.

- ¡Hola! - Yui derribó la puerta y entró sonriéndome.

- Veo que ya estás mucho mejor - detrás de Yui, entró Aoyagi que tenía esa sonrisa con la cara aburrida, por eso Asura sensei le decía emo celeste, aún así lo quiero.

- ¡Yui! ¡Aoyagi! - grité feliz al verlos en buenas condiciones. 

- ¿Adivina qué? - Yui estaba totalmente emocionada.

- ¿Qué cosa? - pregunté ¿cómo es que puede estar tan feliz después de lo que pasó?.

- ¡Soy chūnin! - gritó alegre dando saltos.

- ¿Y sabes algo de mí? ¿qué dijeron los Kages? - pregunté desesperada.

- Bromeas ¿cierto? Ellos no lo pensaron 2 veces, ahora eres chūnin Atsuko, felicidades - en anunció Asura sensei lanzándome mi nuevo chaleco.

- ¡¡SIIIÍ!! - grité emocionada y salí de la camilla para ponerme a saltar junto a Yui.

- En total sólo 4 lograron pasar a rango chūnin : Maito Gai, Mizuki Yui, Hatake Kakashi y Atsuko - explicó mi sensei.

- Entonces Aoyagi no... - alcé la vista para ver a mi compañero, él estaba a un lado de la habitación cruzado de brazos.

- No importa, lo lograré en la próxima - dijo Aoyagi con la mirada baja.

- Eso lo sabemos Aoyagi... - Yui se acercó a él para levantar su mentón.

A veces pensaba que a Yui le gustaba Aoyagi, pero el sentimiento no parecía ser mutuo; volví a la camilla al sentir el dolor en mis pies.

- Bien, niña canosa y emo celeste, hay que irnos, Atsuko necesita descansar - Asura sensei los agarró de las orejas y los arrojó fuera de la habitación - Volveremos mañana Atsuko, muchas felicidades y adiós - mi sensei levantó la puerta para que pareciera cerrada, supongo que después alguien la iba a reparar.