Corazón De Demonio [Kakashi Hatake]

Atsuko/Kinoe

Estaba con Kinoe en la oficina del señor de un ojo, era sombría y con poca luz, y en el fondo estaba Danzou sentado en su escritorio con el semblante totalmente serio, pocas veces solía cambiar la expresión de su rostro.

- Kinoe, a partir de ahora, no sólo serás el compañero de habitación de Nazaki, sino que también serás su vigilante, supervisarás el entrenamiento especial que recibirá Nazaki en Raíz, y sólo tú podrás ayudarla - explicó Danzou, por primera vez no tenía ninguna queja para decirle.

- A sus órdenes Lord Danzou, daré lo mejor de mí para que mi compañera pueda tener éxito en su entrenamiento y deje de ser considerada peligrosa - dijo Kinoe mostrándole respeto al anciano gruñón.

- ¿Peligrosa yo? Pfff ¡Soy más que eso! - golpeé mis puños, yo podría derribar esa oficina si quisiera.

- Silencio - Danzou elevó su tono de voz  - Nazaki - me nombró.

- ¿Ahora qué hice? - pregunté enfadada, estaba harta de que cualquier cosa que hiciera fuera considerada una falta de respeto.

- Estás en Raíz y debes tratar con respeto a tu superior ¡Yo soy tu dueño ahora! - Danzou golpeó su puño contra la mesa de su escritorio causándome un poco de temor. El anciano estaba loco.

Apreté los puños tratando de contener las enormes ganas que tenía de golpear su cara - Está bien... - respiré hondo - Con su permiso Lord Danzou, me retiro - hice una reverencia y salí de su oficina cerrando la puerta con fuerza.

- No está acostumbrada a vivir como nosotros, antes de llegar aquí, ella era una persona alegre, debe darle tiempo  Lord Danzou - dijo Kinoe, pude escucharlo desde lo lejos, mis oídos me lo permitieron.

- Con el tiempo su corazón se alimentara de odio y rencor, Nazaki se convertirá en un verdadero shinobi de Raíz - declaró Danzou poniéndose de pie - Su poder me servirá a mí y a nadie más, al igual que tú, Kinoe.

Odiaba la idea de que quisiera convertirme en su esclava.

- Grábatelo en la cabeza... Nazaki - dijo por última, el anciano sabía que lo estaba escuchando, sabía todo sobre mí sin la necesidad de haberme conocido antes.