Corazón De Demonio [Kakashi Hatake]

Crónicas de un shinobi: Atsuko/Kakashi

Ella era Atsuko, una niña, la hija de nadie, huérfana, despreciada, y el único familiar que tenía la negaba, por lo tanto, ella era simplemente una hoja en blanco, era insignificante, creció con la tristeza de no haber podido conocer a sus padres, y aún peor sabiendo que su padre mató a su madre, ella no sabía en qué creer, no sabía cómo vivir.

- Viejo Sarutobi, quiero salir de aquí - suplicó la pequeña de tan sólo 4 años.

La mayor parte de su corta vida, Atsuko había estado encerrada en una habitación y sólo salía bajo la vigilancia del Hokage, Hiruzen la consideraba peligro a pesar de tener sólo 4 años - Atsuko, debes quedarte aquí, es por tu bien. Ahora debo buscar a otra niñera para que te cuide - explicó el hombre mayor.

- ¡Yo no quiero que una desconocida me cuide! ¡Siempre tienen miedo de mí! ¡las ancianas de la aldea siempre  me gritan que mi papá era un monstruo! - contó Atsuko enfadada mientras las lágrimas amenazaban con escapar de sus ojos negros.

- Entiende Atsuko, esto es muy difícil para mí, pero no tengo otra alternativa, soy el Hokage y tengo muchos deberes que atender - Hiruzen se marchó no sin antes cerrar la puerta con llave.

- Yo no soy la hija de un monstruo - murmuró para sí misma mientras caminaba hacia su ventana en donde tenía una vista perfecta de los rostros de piedra de los Hokages - ¡Ya lo verán! - les gritó - ¡Seré más fuerte que ustedes! ¡Y la aldea y todo el país de fuego sabrá quién es Atsuko Sarutobi!.

- ¡Ya cállate! - le gritó el vecino de en frente.

Atsuko de inmediato cerró la ventana con las cortinas - Maldito gruñón - se tapó la boca de inmediato - No debería decir groserías a esta edad o el viejo Sarutobi se enojará conmigo.

- Bien Atsuko, este es tu primer entrenamiento, debes demostrar la fuerza y habilidad que posees - Hiruzen le entregó una kunai - Sólo debes dar en el blanco.

- Bien - la pelinegra tomó la kunai - Es un poco pesada viejo Sarutobi.

- Después te acostumbrarás a su peso - comentó alejándose unos pasos - Ahora concéntrate y trata de dar en el blanco.