La vida puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos, nadie sabe lo que ocurrirá mañana e incluso en unos años más, es todo una sorpresa que a todos nos gustaría descubrir con tiempo, pero gracias a que no lo sabemos vivimos altos y bajos, aprendimos de nuestros errores y nos volvimos cada día más fuertes de lo que somos, aprendimos a disfrutar la vida como si fuera el último día y a apreciar lo que tenemos a nuestro lado, porque en cualquier momento todo se puede ir, así quedándonos en completa soledad, perdiendo lo más preciado en nuestra vida entera, lo irreemplazable.
Me encontraba recostado en la blanca camilla de hospital, miraba hacia el techo mientras una enfermera curaba mi herida más profunda, la del brazo. Me dijeron que un fierro proveniente de mi auto se incrustó en mi piel y provocó esa gran herida, pero pronto sanaría si la curaba todos los días y la cuidaba.
Los chicos venían todas las tardes a verme después del trabajo, esperaban con ansias mi vuelta a casa y me regalaban comida cada vez que venían de visita ya que no me gustaba para nada la del hospital.
—Buenos días, señor experto en manejo —Dijo Hoseok entrando a mi habitación con una bolsa de comida en cada mano.
—Jaja —Reí sarcástico— ¿Que trajiste hoy?
—Algo de sushi y ramen... ¿te gusta?
—¡Claro que si! —Apenas respondí la enfermera cubrió mi herida con una venda y se fue.
—Hoy es tu último día aquí, despertaste hace ya una semana —Se notaba algo apenado.
—Solo estuve dormido cinco días, no es para tanto —Respondí mientras comía el delicioso ramen que había traído.
La doctora encargada de mi entró a la habitación interrumpiendo nuestra conversación, saludó a mi compañero y luego se acercó a mi con una gran sonrisa.
—Tu amiga ha despertado, puedes ir a verla.
Sin esperar más me levanté de mi cama y salí de la habitación en compañía del rapero, quién hace días quería conocerla. Al entrar a su sala la vi, estaba sentada sobre la cama mirando por la gran ventana que tenía a su lado, se podía ver toda la ciudad y se veía realmente hermoso, pude ver uno que otro corte en sus brazos y rostro, pero sin duda ella había resultado menos herida que yo.
—Por fin despiertas -Me atreví a decir después de un rato, ella se dio la vuelta y me miró, sonriendo.
—Esta vista es realmente hermosa, no creí ver algo así en mi vida -Suspiró.
—Seúl es bonito -Interrumpió Hoseok y ella sonrió nuevamente.
—Hace algunos días vi a un señor con una niña pequeña, ¿quienes eran?
—¿Vinieron? —Asentí con la cabeza— Probablemente era mi padre con mi hija...
—¿Tu hija? —Pregunté tratando de esconder mi sorpresa, pero fue imposible, ella lo notó de inmediato.
—Si —Comenzó a reír— Olvidé hablarte de ella, siendo que era lo que tenía más pendiente.
—Y vaya que lo olvidaste —Dije en tono burlón.
Iba a seguir hablando cuando una enfermera llegó a la habitación para curar de sus heridas, obviamente nos pidió que saliéramos y nosotros obedecimos, así volviendo a mi habitación y recostándome nuevamente. Hoseok recibió una llamada y salió del lugar por algunos minutos, pero luego volvió y se sentó a mi lado.
—Los chicos vienen en camino, pronto estarán aquí —Guardó su celular en un bolsillo de su pantalón.
—No tienen porque venir todos los días, es un poco molesto de su parte —Reí nervioso.
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¿Quién es Agust D? / YoonMin [FINALIZADA]
Hayran Kurgu¿Quién es Agust D? Se preguntaba cada vez que veía alguna publicación o carta de esa persona, era como un psicópata que extrañamente le agradaba cada vez más, ya que conocía sus altos y bajos tan perfectamente como si viviera en su mente, Park Jimin...