Cap.1

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DIEZ AÑOS ANTES...

Narra Kendall:

Querido diario, me llamo Kendall Schmidt. Tengo ocho años, pero todos me dicen que soy alto para mi edad. Quería escribir en algún sitio para conservar todos mis recuerdos, pero secretos. No quiero que piensen los demás que soy medio chica. Hace una semana se mudó una niña muy bonita a mi lado. Al parecer, se llama (Tn)____, he hablado con ella varias veces, pero no nos conocemos del todo. Tiene siete años, uno menos que yo, pero es hermosa. Vamos a la misma clase, aunque no nos sentamos juntos. Es pelirroja con los ojitos azules, se parece a Caperucita Roja, por eso muchos niños de mi clase se burlan de ella. Aunque ella no se lo toma como un insulto, sólo se divierte. Yo también la llamo así, pero sin burlarme.

-¡Kendall, cariño!-Gritó mi madre desde la cocina- Ven a comer, la comida está lista.

-¡Sí, mamá!-Grité yo desde el comedor cerrando el diario con la llave que colgaba de mi cuello.

-¿Por qué tardaste tanto? -Preguntó Kenneth, uno de mis hermanos. Tenía dos. Eran Kenneth y Kevin, y eran gemelos. Sólo eran mayores que yo por dos años, pero aún así, me trataban como a un bebé, cosa que me fastidiaba. Se alian juntos para hacerme caer a algún charco de barro, o asustarme de noche cuando estoy dormido. A veces pienso que me odian por no ser un gemelo.-No me digas que... Oh, ¿Estabas coloreando dibujillos?-A eso mismo me refería.

-No.-Dije con la mirada baja-  Estaba escribiendo.

-¿Escribiendo? ¡Ja!-Kevin soltó una carcajada- Con lo enano que eres vas a saber tú escribir... -Chocaron las manos con su típico saludo.

-Niños, no digáis eso. Kendall está empezando a escribir, vosotros sólo tenéis dos años más que él, no es mucho.-Me defendió mi madre.

-A los nueve se pueden hacer cosas más chulas que a los siete, ¿Verdad gemelo?

-Así es, tú siempre tendrás que hacer cosas más tontas que nosotros.-Respondió Kenneth.

-¡Chicos, basta ya!-Gritó mi madre- Si no calláis, iréis los dos castigados a vuestra habitación.

-Mamá...-La paré- Déjalos. No tengo hambre.

-Pero Kendall...-Me levanté de la silla y fui a mi habitación a encerrarme, a llorar y a mirar por la ventana, como todas las veces que mis hermanos me humillaban. Sólo que esta vez había algo diferente... (Tn)_____ estaba jugando con unas muñecas en su jardín. Me pasé el rato observándola.

CINCO AÑOS ANTES...

Querido diario, hoy fue la fiesta de cumpleaños de (Tn)_____. Cumplía once, me invitó y me lo pasé muy bien con sus amigos. Mis hermanos también vinieron, sólo que ellos se pasaron el rato ligando con chicas tres años más jovénes que ellos. Son unos descarados. Por lo menos ella hizo algo que antes no había hecho. Me abrazó agradeciéndome el regalo que le di. Un collar con una bonita perla rosa colgando. Me sentí muy afortunado. Y... voy a confesar un secreto. Sé que soy demasiado pequeño para estar así, pero a mí, con doce años de edad, me gusta una chica. Me gusta la pelirroja. Me gusta Caperucita.

UN AÑO ANTES...

-¡Esto es perfecto!-Grité con emoción al ver la carta de Los Ángeles.- ¡Mamá, mamá! ¡Mira esto!-Le mostré la carta.

-Oh, cariño, ¡Te han aceptado! ¡Estás dentro!-Mi madre chilló al igual que yo hace unos instantes.

-Sí, lo estoy.-Solté un suspiro de alivio- Con dieciseis años, no creí que me pudieran aceptar para hacer una prueba de un grupo musical. 

-¿Nos vamos a mudar?-Preguntó mi madre aún con una sonrisa en la cara.

-No. Bueno, aquí dice que no hace falta, sólo es la prueba y si gano, podré hacer giras mundiales con mi grupo. Pero no dice nada de que tengamos que mudarnos. Sólo será un día para hacer el cásting y volveré a Kansas. -Mi madre se sobresaltó un poco- Tranquila... Puedo ir solo.

-Pero Kendall, eres demasiado joven y no sé yo...

-Puedo hacerlo. Pasado mañana estaré aquí sano y salvo... Te lo prometo.

ACTUALIDAD

Querido diario, hoy, hace justo un año que entré en la banda. Los amigos son muy agradables, ya te los presenté una vez. Está Logan Henderson, James Maslow, Carlos Pena y dejaron que trajera a mi mejor amigo, Dustin Belt. Ahora mismo es el guitarrista del grupo. Pero ya hace más de tres meses que no veo a mi familia ni a Caperucita. Los extraño mucho. Caperucita casi llora el día que me iba de gira por tres meses, hoy la volveré a ver. O al menos... eso espero.

...

Llamé al timbre con suavidad. Sabía que mi familia iba a estar detrás de la puerta esperando este día, el día que terminaba mi gira y me volvía a casa a componer canciones en solitario. Me había hecho muy famoso con sólo un año. Tenía millones de fans que me apoyaban, más bien conocidas como Rushers, pero extrañaba los abrazos de mi madre y las cachetadas de mis hermanos... Sí, a pesar de ser unos imbéciles, los quería. Tenía unos amigos fantásticos que ahora residían en sus casas por un tiempo para estar con la familia, antes de volver a hacer nuevas giras mundiales. Y tenía a Caperucita. Pero ella aún no sabía que yo había vuelto, a no ser que hubiera visto las notícias de los últimos dos días.

-¡Cariño!-Dijo mi madre tirándose a mí con un enorme abrazo.-Oh, no sabes todo lo que te eché de menos.

-Y yo a ti, mamá.-Besé su mejilla- Tenía ganas de volver a casa por fin. ¿Y los gemelos?

-Arriba, no han querido recibirte.-Rodé los ojos. Era muy típico de Kenneth y Kevin sentir un extraño odio hacia mí.- Aveces tus hermanos pueden ser unos críos, no maduran.-Mi madre rió.

-¡Oh, Kendall!-Mi padre se lanzó a mí como mi madre habí hecho hacía unos segundos- Qué bien que volviste, pasa, pasa.-Pasé a mi salón y me dejé caer en el sofá cerrando los ojos de cansancio.- (Tn)_____ ha estado preguntando mucho por ti.

-¿Qué? ¿Caperucita ha estado preguntando por mí?-Asintieron.- Ya tengo ganas de verla.

-Y ella a ti, parecéis ser muy amigos...

-Mamá...-Rodé los ojos de nuevo. Aunque mi madre me hubiera protegido de siempre, llevaba la sangre en las venas de mis hermanos, y aveces le encantaba molestarme.- Sólo amigos, ¿Recuerdas?-Le recordé frunciendo el ceño. La verdad es que odiaba que mi madre se metiera en mi vida amorosa.

-Bueno, deja tus cosas arriba y ¡Saluda a tus hermanos imbéciles, hombre!-Mi padre me empujó y subí las escaleras con pesadez. Seguramente, tendrían una trampa o un susto preparado para mí, pero al fin y al cabo, no les había visto en tres meses, y quería verlos de nuevo.

No es fácil ser famoso (Kendall Schmidt & Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora