-No puedo creer que tenga ahora dos hermanitos.-Dijo Caperucita asombrada- Me muero por cogerlos en brazos.-Reí.
-¿Tienen nombre?
-Vaya, ahora que lo dices... No pensamos en ningún nombre.-Se puso pensativa- Bueno, debería decidirlos mi madre, al fin y al cabo, ella ha hecho el esfuerzo.-Asentí.
...
-¡Felicidades!-Gritó abrazando a su madre, pero yo la aparté con cuidado.
-Está débil, ve con cuidado.-Le susurré al oído. Ella asintió.
-¿Verdad que son unos bebés preciosos?-Preguntó mirando a sus dos hijos. Los tenía en brazos, más bien, uno en cada brazo.
-¿Y como les llamarás, mamá?-Ann bajó la mirada.
-No lo sé. Ahora mismo, no tengo ningún nombre en mente.-Nos miró a Caperucita y a mí- Pero... bueno, tú eres mi hija, y creo que tendrás mejor gusto que yo.-Le entregó a la niña en brazos y ella sonrió al poder por fin tomar a su hermanita- Y tú, Kendall... Me has ayudado mucho, y me gustaría que eligieras el nombre del chico.-Me dio al otro bebé.
¿Yo, elegir el nombre del chico? No éramos familia, ni siquiera de lejos. Aunque... no podía rechazar esta oportunidad. Sonreí al ver que el niño bostezaba. Tenía varios nombres en la cabeza. Mark, Jimmy, Tod, Spenser... ¿Hans tal vez? No, demasiado pequeño. ¿Elliot? Tampoco, no terminaba de agradarme. Al fin elegí uno bonito, la verdad es que me encantaba ese nombre. Andy. Se llamaría Andy.
-Andy.-Dije de la nada y las dos volvieron a verme.
-¿Andy? Me gusta ese nombre.-Sonreí a Ann.
-Bueno... Andy, bienvenido al mundo.-Le susurré balanceando al bebé en mis brazos con cuidado.
-La niña se llamará Evelyn.-Dijo ahora Caperucita y a su madre tampoco le desagradó.
-Bueno, pues ya tenemos nombres. Evelyn y Andy. -Anunció contenta- Tengo unos hijos maravillosos. Y un vecino fantástico.-Me sontió y por segunda vez, le sonreí a ella. La verdad es que era una mujer muy amable.
-5 días después-
Narra (Tn)_____:
Volvimos a casa. Kendall se había pasado prácticamente toda la semana con nosotras, sin descansar, me preocupaba por él, pero sólo quería ayudar. No sabía nada de mi padre, desde que anunció mi madre que iba a volver, no oí nada más sobre Richard. Quizá Kendall tenía razón y se había cansado de esperar. Y nosotros teníamos los móviles apagados, o sea, que no tuvimos contacto alguno. Y ahora los gemelos estaban a salvo.
-Oh, Ann, felicidades, son preciosos.-Dijo Kathy, la madre de Kendall.
-Gracias.-Mi madre le sonrió. Eran grandes amigas.- ¿Y qué tal tus gemelos? -Ambas rieron- ¿No se quieren pasar para ver a los míos?
Kenneth y Kevin... Eran los hermanos mayores de Kendall, aunque con ellos no tenía mucho roce. Siempre me juntaba con Kendall porque me gustaba su personalidad, y supongo que él se juntaba conmigo por la misma razón.
-Uy, no sabes como son aquel par... Nunca maduran. Parecen dos niños de parbulario, siempre molestando y avergonzando a mi Kendall, no sé como no les da verguenza discutir así con su hermano menor. -Kathy rodó los ojos mientras negaba con la cabeza. Mi madre rió de nuevo.- ¿Y cómo decidiste llamarlos?
-Bueno, mi hija decidió el nombre de la niña, se llama Evelyn. Y tu hijo decidió el nombre del niño, se llama Andy.
-Bonitos nombres.-Abrió los ojos a tope- ¿Cómo? ¿Mi hijo eligió el nombre del tuyo? ¿Por qué?
-Porque me ayudó bastante a tomar una decisión, Richard estaba de vuelta... Y antes de que me hiciera abortar de nuevo, Kendall se ofreció para llevarme al hospital y que me sacaran a los niños, sinceramente, no podría haberlo hecho sin él.-Sonrió- Tienes todo un caballero de hijo, eres muy afortunada, Kathy.
-Lo sé. -Su madre se acercó a Kendall y besó su mejilla. La verdad es que mi madre tenía razón.
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¡Rushers! Bueno, esta novela está quedando bastante bien, pero nadie la lee, así que para subir por lo menos el próximo capítulo, quiero 3 comentarios de personas diferentes, ¿Sí? Sé que estoy siendo un poco exigente, pero no quiero esforzarme para nada. ¡Muchos besos!
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No es fácil ser famoso (Kendall Schmidt & Tú)
Novela JuvenilTodos quieren llegar a cumplir su sueño. Todos dicen que es fácil ganarse un aplauso. Todos dicen que hay una posibilidad entre un millón de triunfar. ¿Y por qué tenemos que hacer caso a lo que digan los demás? ¿Por qué no cumplir nuestro sueño? Est...