Cap.4

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-¿Está segura, señora?-Preguntó la enfermera. Ann me miró a mí y a su hija- Este bebé tendría que nacer esta semana, pero hoy... lo veo un poco pronto.

-Estoy segura.-Se limpió las lágrimas.

-Bueno, como quiera. En una hora vendrá el ginecólogo para comenzar con el parto. No coma nada, puede beber, pero no puede comer nada, ¿Entendido?-Asintió.-Descanse.-Dicho esto, la enfermera salió por la puerta de la habitación.

-Todo saldrá bien, mamá.-Dijo Caperucita acariciando la mano de su madre.

-Eso espero.-Me miró a mí- Gracias Kendall, si no fuera por ti, ahora estaría en mi casa pasándomelo mal. -Asentí- Mañana no le podrá hacer nada a mi bebé.

-Claro que no.-Besé su frente.- Mi madre me deja quedarme en el hospital hoy por la noche, para asegurarme de que todo va a ir bien.-Sonreí.

-Gracias Kendall.-Repitió- Estás haciendo todo lo posible.

-Y haría más si es por salvar una vida.

...

-Lo harás bien, te lo prometo.-Dijo Caperucita despidiéndose de su madre- ¡Suerte!-Gritó desde la otra punta del pasillo del hospital, se la llevaban en una camilla portátil. Una vez dentro de la sala, se aferró a mí con fuerza- Kendall, tengo miedo.

-¿Miedo? ¿Por qué miedo?

-Porque esto está siendo muy repentino. Mi madre va a tener a un bebé, dios sabe si le va a salir con vida, será muy prematuro.-Le acaricié el cabello- Y mi padre vuelve mañana, quizá intente agredir al niño o a la niña, en un sólo golpe puede matarlo.

-Shhh...-Reí ante sus palabras- Oye bonita, tu madre no estará mañana en casa.-Me miró extrañada- Normalmente, las mujeres se quedan cinco o seis días en el hospital, para que controlen su organismo. No tienes que preocuparte.-Sonreí- Tu padre acabará marchándose, tranquila.

-¿Es cierto?-Asentí y sonrió- Lo tenías todo planeado, ¿Cierto?-Asentí de nuevo.- Muchas gracias Kendall...

...

-Bien, tenemos los resultados.-Dijo el médico despertándonos de un profundo sueño en las sillas del hospital.

-¿Resultados? ¿Que resultados?-Dijo Caperucita exaltada- ¿Todo ha ido bien?

-Bueno, tuvimos unas complicaciones...-Se tapó la boca con la mano- El primer bebé estubo apunto de morir, al sacarlo, se enredó con el cordón umbilical y no podía respirar. Pero lo metimos en la incubadora y se recuperó.

-Oh, gracias al cielo.-Dijo Caperucita de nuevo tapándose la boca con la mano.

-Tu madre está bien. Se ha recuperado del parto, se complicó un poco y sufrió, está descansando.-Anunció el médico.

-¿Es chico o chica?

-El primero chica.-Caperucita me abrazó de nuevo.

-Una pregunta doctor,-Dije con cortesía- ¿Por qué no para de repetir la palabra "primero" cada vez que nombra al bebé?-Pregunté confuso, la verdad es que me picaba la curiosidad.

-¿No lo sabía?-Los dos negamos con la cabeza al mismo tiempo.- Su madre ha tenido gemelos, un chico y una chica.-Y por tercera vez, se lanzó a mí a abrazarme. El doctor rió.- Enhorabuena. Son unos bebés preciosos.

-Gracias... ¿Podemos verlos? -Dijo emocionada.

-Claro, pasen a la sala siete.

Caminamos hacia esa sala. Me alegraba que el parto hubiera sido un éxito, los bebés estaban a salvo. ¡Y eran dos! Normal que su barriga estuviera más hinchada de lo habitual. Nos acercamos a esa sala y nos ordenaron ponernos mascarillas. Entramos y pudimos ver a los cientos de bebés que estaban en incubadoras. El doctor nos guió a dos que ponían "Los Brown" y nos mostró a dos bebés preciosos pelirrojos. Caperucita explotó en llanto al ver a sus nuevos hermanitos, yo también me moría por hacer eso, pero no lo haría. 

-La verdad es que tuvimos las complicaciones porque no sabíamos que había un segundo bebé, y al hacer la cesária lo vimos. -Anunció nuevamente el médico.

-Muchas gracias, doctor. Esperaremos a que Ann despierte.-Le contesté, el doctor asintió y se marchó de la sala dejándonos solos con mis dos nuevos vecinitos.

No es fácil ser famoso (Kendall Schmidt & Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora