Querido diario, ayer volví a Wichita, Kansas. Vi a Caperucita, estaba más hermosa que nunca. También vi a su madre, su embarazo iba en aumento, y me dio la sensación de que de un momento a otro, su vientre iba a explotar. Pero bueno, así son los embarazos. Le dije que hoy iría a por ella para dar un paseo, la verdad es que me muero de ganas por pasear de nuevo por la ciudad.
-¡Anda! ¡Pero quién está aquí!-Dijo Caperucita abrazando a Yuma- Te la llevaste a la gira, eso no es justo.-Reí entre dientes y la até a la correa para que pudiera caminar junto a nosotros.
-Bueno, mi madre no quería hacerse cargo, y yo la echaría mucho de menos.-Solté una carcajada.
-¿Más que a mí?
-Em... Sí.-Dije sarcásticamente y me dio un codazo- Hey, hey, ¡Estoy de broma!
-Bueno, al menos me alegra volver a verla.-Bostezó.
-¿Estás cansada?-Asintió- ¿Por qué?-Me atreví a preguntar, normalmente, nunca estaba cansada por la mañana.
-Porque mi madre se lo ha pasado muy mal esta noche, no ha parado de gritar de dolor, y yo no he podido dormir.-Abrí los ojos a tope- Ese bebé quiere nacer pronto, lo sé.
-¿Ha ido al médico?
-No. Dice que no le hace falta, que una vez esté preparada, lo tendrá y ya está.
-Debería ir...-Insistí- Bueno, no la obligues, ya verá ella misma.-Asintió- Tu padre no ha intentado volver a por la custodia, ¿No?-Pregunté esperanzado. Su padre era un idiota que golpeaba a su madre, aunque a ella nunca la tocó. Le hizo perder un hijo, y la última vez que lo vi, iba a por la custodia de Caperucita, pero ya no supe nada más. Si ese cabrón se entrometía en su nuevo bebé, yo estaba preparado para enfrentarme a él.
-Sí, Kendall.-Suspiró preocupada- Ha estado intentando recoger la custodia muchas veces, mi madre está muy estresada. Y además con el bebé. Pero lo peor es que Richard no sabe que mi madre está embarazada, y podría hacerle volver a abortar. No lo soportaría.
-¿Pero está embarazada de él?-Asintió- Joder, entonces tiene derecho a reclamar la custodia del bebé, y la tuya... Pero no le dejéis.
-Lo intentamos. De momento, estamos bien. No quiero que descubra que mamá esta esperando un hijo o una hija suyo. La haría abortar, lo conozco.
-¿Tienes idea de donde está?
-Sí, se fue de viaje a Texas, hace como dos semanas... Pero me dijo que el viaje duraba tres, así que en menos de una semana estará de vuelta. Mamá tiene que tener al bebé ya, aunque sea prematuro.
-¿Has probado métodos naturales para inducir el parto?-Me miró extrañada.
-Ehh... No, ¿De dónde sacaste eso?-Rió- Miraste demasiados vídeos, Schmidt...-Me uní a sus risas.
-Bueno, hay varias formas de inducir el parto naturalmente. Digo, sin cirujía ni ayuda médica.
-¿Cuáles?-Preguntó interesada. La verdad es que convendría tener a su hermanito antes de que llegara su padre y se lo cargara.
-Pues botar con pelotas de yoga, comer comida picante, hacer ejercicio... Muchas cosas, Caperucita.
-Ayúdame. -Me miró con cara suplicante- Ayúdame a que tenga el bebé antes de la semana que viene...-Negué con la cabeza. Nunca había ayudado a una embarazada, ni que yo fuera un médico.-Por favor... Kendall, házlo por mí. No querrás que mi futuro hermano o hermana muera, ¿No?-Suspiré. No podría resistirme a su mirada.
-Bueno... Está bien.-Saltó con alegría y me abrazó- Pero con una condición. Nadie sabrá de esto, jamás, ¿Entendido?-Asintió.-Bien... vamos a tu casa.
-Sí, ¡Gracias, gracias, gracias!-Besó mi mejilla y caminó alegremente hacia su casa.
Llegamos al portal. Traía llaves, así que abrió la puerta y se encontró a su madre tumbada en el sofá. Estaba muy sudada, estresada y parecía que el bebé iba a nacer. Me asusté.
-¿Mamá? ¿Te ocurre algo?-Preguntó sentándose a su lado.-Ayer estabas bien, ¿Cómo has cambiado tanto?
-Cariño...-Bufó casi llorando- Tu padre vuelve. -¿Qué? ¿Cómo? - Mañana. Mañana estará aquí de vuelta.
-¿Qué?-Gritó- ¡No! ¡No puede ser! ¡No puede hacerte abortar de nuevo! ¡Ahora no, mamá!
-Lo siento. Yo tampoco quiero, pero dice que estará mañana aquí, y no puedo hacer nada.-Caperucita se echó a llorar. En verdad, yo tampoco quería que perdiera a su hermano.
-Vayamos al hospital. Que lo saquen.-Ordené de la nada- Una vez fuera, ya no se considerará aborto, además, si llega a tocarlo, se metería en prisión.
-Kendall... No creo que eso sea buena idea...-Dijo la madre preocupada ahora más.
-¿Quieres perder a tu hijo, Ann?-Pregunté esperando un "No" por respuesta. Y así era.- Bueno, Caperucita, olvídate de los métodos de parto naturales.-Me cruzé de brazos- Lo tienen que sacar, ahora.
-¿Cómo? ¿Ahora?-Preguntó estresada la madre.- No estoy preparada, Kendall.
-¿Y crees que mañana lo estarás?-Había confianza- Mañana tu ex marido volverá, y quién sabe, igual te hace perder el bebé que llevas casi nueve meses esperando.
-No, eso jamás.-Dijo firme.
-Te llevaré al hospital.-Me ofrecí.- Tengo el coche delante, además...-La miré de arriba a abajo- Creo que estás de parto.
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No es fácil ser famoso (Kendall Schmidt & Tú)
Teen FictionTodos quieren llegar a cumplir su sueño. Todos dicen que es fácil ganarse un aplauso. Todos dicen que hay una posibilidad entre un millón de triunfar. ¿Y por qué tenemos que hacer caso a lo que digan los demás? ¿Por qué no cumplir nuestro sueño? Est...