Cap.12

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¡¡Chicaaas!! Comenzé una nueva historia, se llama "Criminal con sentimientos" Está muy chula, ¡Pasaros a verla! De verdad que os lo agradecería, creo que triunfará =)

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-¿Cómo tardaste tanto?-Preguntó Caperucita haciéndome pasar.

-Tuve... complicaciones.-Le respondí sonriendo, aunque más bien hice una mueca.

-¿Tus hermanos?-Preguntó riendo. Negué con la cabeza.-¿Alguien de tu família?

-No te preocupes pequeña, todo está bien.-Suspiré y miré a los alrededores.-¿Estás sola?-Negó con la cabeza.-¿Y los gemelos?

-Quiero explicarte una cosa, Kendall. -Se acercó a mí. Una espécie de escalofrío recorrió mi cuerpo a medida que avanzaba sus pasos.- Mañana mi madre también va a salir.-Me miró triste.- Y me preguntaba... ¿Si me ayudarías a traer a mis hermanos a una guardería?

-¿Una guardería?-Pregunté confuso.-Normalmente, los bebés no van a la guardería hasta que tienen por lo menos un año de edad, estos tienen una semana y poco más.

-Lo sé, pero yo me voy con mi madre, vamos a hacer unas compras importantes...-Suspiró- Sé que te estoy pidiendo demasiado, quién tendría el lujo de estar con "El famoso Kendall Schmidt"-Hizo comillas. Reí.

-Vamos, sabes que puedes contar conmigo para todo, además... Nos conocemos desde hace nueve años, ¿Y te sabe mal pedirme algo?-Reí de nuevo- Te ayudaré encantado, preciosa.-Besé su mejilla. Se puso colorada.

...

-¿Cómo lo haces para no sufrir tanto estrés?-Pregunté tirándome del pelo yo mismo mientras no sabía que hacer.

Teníamos que preparar dos biberones, teníamos que cambiar de ropa a los gemelos, teníamos que preparar el carro para llevarlos, teníamos que cambiarles el pañal, y por si fuera poco, ambos tenían un llanto destructible de tímpanos.

-No lo sé, es la primera vez que lo hago, igual que tú.-Me respondió cambiándole el pañal a la niña. Para ser sincero, prefería que ella hiciera eso mientras yo preparaba los biberones.

Acabé de hacer los biberones, ella terminó de cambiarlos, entre los dos preparamos los carros y conseguimos calmar a los bebés. Todo parecía salir bien.

-¡Ah!-Gritó ella haciendo que diera un bote del sofá- Mierda, me he cortado...-Me acerqué y así era, había roto un vaso haciendo que el cristal de este, cortara su dedo. La salgre fluía rápidamente, y ella metió el dedo debajo de agua fría.

-Hey, hey, no hagas eso.-Cerré el grifo.- Voy a por medicinas.-Fui hacia su baño y abrí el armario. Habían varios botes de medicinas. Betadine, Cristalmina, Agua Oxigenada, Alcohol... Me decidí por el Betadine, al fin y al cabo, ese era de toda la vida. Cogí varias tiritas y cerré el armario para volver donde Caperucita.- Bien... Dame tu mano.

-¿T-Te doy mi mano?-Preguntó levantándola. Aunque no le doliera demasiado, no podía dejar que se le infectase. Asentí.

-Sí, dame tu mano, tranquila, no te voy a morder.-La puso sobre la mía, yo comenzé a curar esa herida. Una vez lista, la sequé y le puse la tirita.-Listo.

-Gracias.-Sonrió- Vaya Kendall, no sabía que mientras estuviste de gira, aprendiste a ser cirujano.

-Sí, soy todo un experto.-Dije con sarcasmo y ella rió- Y también aprendí a hacer esto.-Me puse en medio del salón y me impulsé a mi mismo dejando mis brazos atrás para hacer un movimiento de caderas que haría en uno de mis conciertos.-Mola, ¿Verdad?

-Venga ya, parece que intentes hacer otra cosa pervertida.-Reí. No lo había pensado.-Bueno, vayamos a dejar ya a los bebés en la guardería.-Asentí.

...

 -Gracias por cuidarlos, tía Brenda.-Dijo con una gran sonrisa mientras abrazaba a su tía.

-De nada cariño, es fantástico cuidar de mis dos sobrinitos, aún no los conocía. Y es un placer volver a verte, Kendall.-Se despidió y cerró la puerta de la casa.

-¿No decías que los ibas a dejar a una guardería?-Pregunté un poco confuso, al menos, eso era lo que me había dicho.

-Sí, y así lo he hecho... En la guardería de mi tía.-Sonrió.

-¿Tu tía tiene una guardería?-En realidad, nunca supe que Brenda tenía una guardería. Habíamos coincidido varias veces en casa de Caperucita, pero nunca supe demasiado de ella.

-No, idiota, mi tía los cuidará.

-Aún no entiendo por qué dijiste lo de la guardería.-Repetí.

-Brenda es la guardería.-Repitió ahora ella.

-¿Y tiene niños? O sea, digo, si ella tiene una guardería, ¿Por qué no lo sabía?

-Kendall, no hay guardería, mi tía los va a cuidar.

-¿No hay guardería? ¿Dónde está la guardería?

-No lo sé, en el centro de la ciudad, supongo. Pero aquí es mejor, así no pago.

-¿Pero no los ibas a dejar a una guardería?

-¡Kendall!-Me interrumpió- Olvida lo de la guardería, mi tía los va a cuidar, fin de la conversación.-Dijo entre risas. La verdad es que estaba hecho un lío.

-¿Y ahora te vas? -Asintió- Bueno, pues entonces, nos vemos mañana, no creo que hoy sea muy buena idea volvernos a ver después de el cansancio que tendrás.-Sonreí y besé su mejilla.-Hasta mañana, Caperucita.

-Adiós, Kendall.

No es fácil ser famoso (Kendall Schmidt & Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora