Narra Kendall:
Estábamos junto la puerta de mi casa. Mis dos hermanos, iban cogidos con esposas del policía, al otro lado de la puerta, estábamos mi madre, mi padre y yo, mirándoles sorprendidos. Aunque ya sabía de esto.
-Sí, agente, ellos pagarán la multa.-Dijo mi padre mirando agresivamente a Kevin y a Kenneth. -¿Este mes? Sí, de acuerdo, este mes. -Dijo por última vez y el policía empujó a los gemelos para que entraran, cerraron la puerta y se sentaron en el sofá. Menudo sermón les esperaba...
-No fue nuestra culpa, mamá.-Dijo Kenneth de la nada.
-¿Cómo que no fue vuestra culpa?-Yo reí- Kendall, no tiene gracia.-Paré intentando detener las ganas de exclatar en risas.-A ver, ¿Qué hacíais borrachos conduciendo?
-Sólo tomamos varias cervezas.-Intervino Kevin.-Además, no estamos tan borrachos...
-¿Cómo que no estáis borrachos? Por favor, no podéis ni aguantar el equilibrio.-Suspiró- Podríais haber tenido un accidente y mataros a vosotros mismos, no estoy nada orgullosa.
-Somos mayores de edad.
-¡Y por eso váis a pagar la multa!-Dije sin contenerme. Mi madre me lanzó una mirada asesina y por el miedo, acabé cerrando la boca.
-¿Sabéis qué?-Intervino ahora de nuevo mi madre- Tenéis razón. Sois mayores de edad, tenéis derecho a emborracharos, a perderos por el pueblo y a hacer todo lo que se os pase por la mente. Pero que conste, que todo juego, tiene sus consecuencias.-Ellos parecían no oír la conversación, miraban al suelo perdidos- Así que haréis servicios comunitarios durante un mes para pagar la deuta, o si no, haber encontrado trabajo antes.
-Que Kendall nos preste dinero, total, él gana millones.-Dijo Kenneth.
-El dinero que yo gano, me lo he merecido durante este último año, triunfar no es fácil. -Me excusé- Haced caso a mamá...-Subí las escaleras para no entrometerme más. Conociendo a mis hermanos, probablemente, me molestarían hasta sacarme todos los papeles verdes.
Querido diario... Hoy tengo algo importante que contarte. Aunque haya sido un día difícil, ha habido varias cosas por las que he estado feliz. Bueno, a mis hermanos los han detenido por hacer las gilipolleces diarias y normales que suelen hacer, y he sido notícia por segunda vez por culpa de ellos y el estúpido del policía que quería chantajearme. Pero... antes de salir de mi casa con Caperucita, pasó algo por lo que me quedé impresionado. Ella tropezó con un cable que había por el suelo, yo la cogí y nos quedamos a pocos centímetros de nuestros rostros. Vi como ella sólo miraba mis labios, lo que me da a pensar lo que se estaba imaginando. ¿Tal vez sólo son ilusiones? ¿Tal vez fue una bobada? ¿Tal vez estoy loco? Puede que sí. Pero no puedo parar de pensar en ese momento, en esa chispa. Esa chispa que me habría encantado apagar juntando nuestros labios. Y aquí llegó una tontería más. Caperucita nunca se enamoraría de su mejor amigo, lo digo por experiencia.
...
-Lo harás bien, no te preocupes.-La voz de la chica sonó por detrás mío.- Además, ya te han hecho miles de entrevistas, ¿No?
-Sí, pero no sé como mentir, Caperucita.-Dije sobando mi cabello.
-Aún es media mañana, tienes todo el medio día para pensarlo.-Sonrió, pero al cabo de unos segundos, su rostro cambió por uno más pensativo.- ¿Y por qué tienes que mentir?
-Porque probablemente me preguntarán si eres mi amiga, o mi amante, o qué se yo...
-¿No soy tu amiga?-Preguntó extrañada. Mierda, la había fastididado. Estaba pensando en voz alta qué le iba a decir, al fin y al cabo, estaba enamorado de ella.- ¿Kendall?-Preguntó, sacándome de mis pensamientos.
-Oh, emm... Sí, claro.-Sonreí falsamente. No quería que me descubrira.
-Bueno, pues ve allí y ¡Enséñales quién manda!-Reí ante su último tono militar.
-Lo haré, no te preocupes, pequeña.-Besé su frente y salí por la puerta.
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No es fácil ser famoso (Kendall Schmidt & Tú)
Ficção AdolescenteTodos quieren llegar a cumplir su sueño. Todos dicen que es fácil ganarse un aplauso. Todos dicen que hay una posibilidad entre un millón de triunfar. ¿Y por qué tenemos que hacer caso a lo que digan los demás? ¿Por qué no cumplir nuestro sueño? Est...