-Kendall, ven, debo hablar contigo.-La voz de mi madre me hizo girarme para verla de frente. Asentí y me acerqué a ella.- ¿Esta tarde vas a algún sitio?-Negué con la cabeza.- Es que me preguntaba, si podrías cuidar de tu prima Mel.
-Ahm, oh, claro, mamá. -Metí mis manos en los bolsillos- ¿A qué hora?-Pregunté dispuesto a cuidarla. Hacía un año entero que no la veía.
-A las cinco de la tarde. Verás, yo tengo que irme a hacer unos recados, papá estará trabajando, y si te digo la verdad, me fío más de ti que de tus hermanos.-Reí- Bueno, gracias, hijo.
Mi prima Mel era muy simpática. Sólo tenía cuatro años de edad, supongo que ahora cinco. Tenía un pelo rubio, igual que el mío, y unos intensos ojos azules que eran los mejores que había visto. Aparte de los de Caperucita. Tenía muchas ganas de verla.
...
-¡Primo Kendall!-Gritó emocionada bajando del coche. Se lanzó a mí para abrazarme y yo la subí en brazos.
-Vaya, Mel, si que has crecido.-Sonreí y le aparté un mechón de cabello que corría por su rostro.- ¿Cómo estás?
-Muy bien, tenía muchas ganas de verte.-Me abrazó- ¿Sabes qué? Voy a pasar todo el día contigo, me lo dijo papá.-Asentí- ¡Wiii!-Chilló bajando de mis brazos y corriendo hasta la casa.
-Hey, Kendall.-Saludó mi tío y estrechamos las manos- ¿Cómo vas?
-Bien, estoy de descanso. Estuve tres meses de gira, y fue agotador, la verdad.-Sonreí- Ya tenía ganas de ver a la adorable Mel.-Mi tío rió a causa del apodo que le había puesto a su hija.
-Bueno, pues que la disfrutes. Nosotros volveremos como a las nueve, ¿Te parece bien?-Asentí- Gracias, enano.-Desordenó mi cabello y subió al coche- Luego nos vemos.-Asentí de nuevo y desaparecieron por la carretera.
Caminé hasta llegar a casa. Mi madre había subido al coche con ellos, supongo que se iban a dejarla en donde quisiera que tenía que hacer los recados. Entré y vi a Mel jugando con Yuma, una cosa que me agradó. Cerré la puerta y me acerqué a ellas. Parecían pasárselo pipa.
-¿Desde cuando tenéis a este cerdito?-Dijo sin parar de reír, a causa que Yuma le estaba lamiendo toda la cara. Me uní a sus risas.
-Desde hace unos meses. Un amigo mío no podía cuidarla, y yo me la apropié.-Acaricié a la cerdita- ¿Verdad, Yuma?
-Es muy mona.-Dijo aún riendo- Ojalá mamá y papá me dejaran tener mascotas.-Mel subió al sofá-¿Qué hacemos, tete?-Preguntó con brillo en sus ojos. Me encantaba verla así.
-Melinda Juliet Schmidt Jonhson...-La llamé por su nombre completo- ¿Con cinco años de edad, no sabes divertirte?-Ella rió mientras negaba con la cabeza aposta.-Pues entonces me toca divertirte a mí.-Me lancé encima suyo sin hacerle daño y empecé a hacerle cosquillas. Ella reía sin parar, hasta que la dejé unos segundos para que tomara aire y que no se asfixiara en ese mismo instante.
-¡No me hagas cosquillas!-Gritó divertida mientras se hacía a un lado de mí.- ¿Dónde están Kevin y Kenneth?-Sonrió.
-Ellos no están en casa, cielo.-Mentí. En realidad, si que estaban en casa, pero no podía dejarla en su cuidado, la última vez que lo hice, acabó con cemento en sus pies.- Vayamos a pasear, ¿Sí?-Ella asintió y se levantó del sofá.
...
-¿Y tú quién eres?-Preguntó Caperucita agachándose para ver a mi prima de frente.-Eres igualita a Kendall, sóis família, ¿No?
-Soy su prima.-Dijo Mel sonriente. Estaba cogida de mi mano y no se soltaba, tal vez se notaba indefensa. Caperucita llevaba a los bebés uno en cada brazo.- ¿Quiénes son?-preguntó Mel refiriéndose a los gemelos. Caperucita sonrió y se los acercó a la niña.
-Mira, ella es Evelyn.-Mostró a la pequeña de cabellos naranja.- Y él es Andy.-Ahora mostró al otro bebé, que jugaba con los pelos de su hermana mayor. Sin apenas decir nada, le robé un bebé a Caperucita y me miró con el ceño fruncido.-¿Qué haces?-Preguntó poniéndose de pie ahora con Andy solamente.
-Cogerte a un gemelo, no quiero que se te caigan.-Dije juguetonamente y ella sólo rió sarcásticamente.
-¿Caérseme? No dejaría que se cayeran, son mis hermanos.-Dijo al parecer, ofendida.-Dame a la niña.-Exigió y negué con la cabeza, quería jugar un rato.- ¡Dámela, Kendall!-Soltó una carcajada y dejó a Andy en su cuna para tirárse encima de mí y coger a Evelyn.
-No te la daré.-Negué con la cabeza mientras le guiñaba un ojo a Mel.-¡Se te caerá!-Exclamé de nuevo riendo para pinchar a la pelirroja.
-¡Que no se me caerá!-Gritó riendo. Mel nos miraba sonriendo, para ella todo esto era una función de teatro. Finalmente, ignorando a Caperucita, dejé a Evelyn en la otra cuna para que no chillara más.-Idiota...-Susurró mientras negaba con la cabeza.
-¿Sóis novios?-Preguntó Mel ahora captando nuestra atención. ¿Cómo preguntaba eso?
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No es fácil ser famoso (Kendall Schmidt & Tú)
Teen FictionTodos quieren llegar a cumplir su sueño. Todos dicen que es fácil ganarse un aplauso. Todos dicen que hay una posibilidad entre un millón de triunfar. ¿Y por qué tenemos que hacer caso a lo que digan los demás? ¿Por qué no cumplir nuestro sueño? Est...