Kendall se levantó un poco aturdido mientras paraba su mano para atarme a ella y levantarme yo también. Nos quedamos unos segundos mirándonos a los ojos, lo que me pareció ser un poco incómodo. Después de que rompiera el silencio entre nosotros, al decir "Voy a desayunar" sacudí mi cabeza y lo acompañé de nuevo hasta la barra.
-¿Dónde están tus hermanos?-Subió los hombros y negó con la cabeza.
-No lo sé, hoy me he despertado solo. -Sacó un pastel de la nevera- Ya volverán.
-¿Comes pastel todos los días?-Asintió mientras yo reía.- Que dieta más "equilibrada".-Hize comillas con mis dedos mientras reía más. Paré en seco.-Ahm... Kendall...
-Dime.-Dijo con una grave voz, mientras que yo no me había enterado y ya se lo había comido entero. Dejó el plato en el fregadero y se puso delante mío.
-¿Nos vamos ya?-Pregunté aburrida. La verdad es que no me divertía demasiado verlo desayunar.
-¿Irnos?-Bufó- Caperucita, quedémonos en casa...-Me hizo cara de cachorrito. Negué con la cabeza.-Bueno, está bien, vámonos.-Accedió y cerró la casa con llave.
...
-¿Pero qué mierda...?-Dijo Kendall mientras afinaba la vista para ver a sus dos hermanos a lo lejos plantados enfrente de la policía.
-¿Son tus hermanos?-Pregunté confusa. No respondió. Sólo me miró frunciendo el ceño y me cogió del brazo para acercarme con él.
-¿Qué hacéis aquí?-Preguntó mirando a los gemelos. No había nadie más, sólo ellos.
-Señor, ¿Usted es responsable de esos dos hombres?-Preguntó un policía refiriéndose a Kendall.
-No, soy su hermano menor.-Respondió apenado.
-¿Sabe usted? Su cara me suena mucho...-El policía abrió los ojos a tope- ¡Vaya! Usted es Kendall Schmidt, mis dos hijas estan locas por sus canciones.-Me sorprendí. Vaya que era famoso.
-Sí, soy yo... ¿Me puede decir por qué mis dos hermanos están aquí?-Preguntó esquivando la frase del policía. Kenneth y Kevin aún no habían dicho palabra.
-Bueno, tiene unos hermanos muy irresponsables. Iban conduciendo borrachos.-Kendall miró a los dos y les fulminó con la mirada.-No sé si poner multa... Puede que un autógrafo me haga dudarlo.-El policía sonrió. Pero que idiota era.
-¿Soborno? Sí, claro, y usted es agente.-Kendall negó con la cabeza- Póngales la multa, al fin y al cabo, ellos lo han merecido. No quiero saber más.
-Pero señor, se la puedo retirar.
-¿Sabe? -Kendall rió sin humor- Yo doy mis autógrafos sin nada a cambio. Pero no voy a permitir que un agente descerebrado me soborne, así que ya puede ir cerrando el pico, puedo demandarle. Vámonos, Caperucita. -Me cogió del brazo y salimos de ahí.
-¿No vas a avisar a tus padres?-Pregunté más lejos.
-No. Son mayores de edad, pueden apañárselas solitos. Son igual de imbéciles como el policía.-Me miró con cara enfadada, aunque para mí, se veía dulce.
...
"Por tercera vez en el mes, Kendall Schmidt vuelve a ser notícia."-Anunció la televisión y Kendall se tiró en su sofá sólo para oírlo.
-¿Cómo que notícia?-Cogió el mando de la televisión y subió el volumen.
"Sí, así es, sus oídos no les fallan. Hoy, se ha negado a firmar autógrafos a un guardia de seguridad, a parte de que sus dos hermanos estaban detenidos. La chica pelirroja, también le acompañaba, y podimos identificar el nombre por la que la llamó. "Caperucita", así la llamó. Todas las Rushers están enloquecidas, piensan que hay algo más que amistad entre ellos dos. Y nosotros nos preguntamos, ¿Será su nombre, o un simple apodo? Schmidt siempre fue un reservado. Intentaremos hacerle una entrevista, y ampliar el tema más adelante. Buenos días."
-¿Cómo? ¡Mierda, mierda, mierda! Todo por culpa de los estúpidos de mis hermanos.-Kendall apagó la tele con furia, se levantó y comenzó a caminar por el salón tirándose de su hermosa cabellera dorada.- ¡Los odio! ¡Siempre acabo yo fastidiado!
-Kendall, tranquilízate.-Lo calmé y lo senté de nuevo en el sofá.- Te van a hacer una entrevista más tarde, podrás explicarles la verdad y lo que hizo el policía.-Le acaricié el cabello. Suspiró.
-Al menos no saben tu nombre.-Reí- Por fin sirve de algo llamarte Caperucita.-Rió ahora él.
-Sí, supongo.
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No es fácil ser famoso (Kendall Schmidt & Tú)
Ficção AdolescenteTodos quieren llegar a cumplir su sueño. Todos dicen que es fácil ganarse un aplauso. Todos dicen que hay una posibilidad entre un millón de triunfar. ¿Y por qué tenemos que hacer caso a lo que digan los demás? ¿Por qué no cumplir nuestro sueño? Est...